Rocambolesc

Delicioso, un placer para el paladar. La originalidad de los toppings y la mezcla de gustos soprende a todos. El precio de los helados no es para nada exagerado. ¡Muy recomendable!

Muy bien, pero no son para tirar cohetes tampoco, ni para justificar darse un paseo hasta aquí para subir a la última planta del Corte Inglés a asfixiarte con las hordas. A mí me resultaron poco más que el típico yogur helado de máquina con saborizantes, generosamente servido y cubierto con un montón de exóticos toppings que son, sin duda alguna, los que le brindan originalidad al asunto. Los mejores para mi gusto son las nubes de violeta y los peta-​zetas de chocolate.
En cuanto al local, es poco más que un carrito del que salen los productos, con un pequeño mostrador donde tienen la caja registradora; el resto está ocupado por tres mesas pequeñas que están siempre llenas y por publicidad del hermano Roca que se dedica a estas cosas en el restaurante. Supongo que allí será todo mucho más destacable, esto me pareció más bien sosito.

Riquísimos helados por parte de los grandes cocineros del Celler de Can Roca. Fuimos a buscar los helados más frikis, el de Juego de Tronos y el de Star Wars, pero por desgracia sólo tenían el Rocatocha y el Oso de Madroño.
Sin embargo, esos helados fueron espectaculares. Recomendado, incluso teniendo un precio muy parecido al de los helados Frigo del Parque del Retiro.

Kind of let down by this place considering its owned by the pastry chef of El Cellar de Roca. They have special soft serve flavors and you get to add three toppings to it. Flavors are interesting but I think I should have gotten gelato instead.

Después de leer los comentarios de otros Unilocalers, he dudado un poco en qué nota ponerle, pero el helado es un dulce que me gusta mucho y es fácil satisfacerme con él, con lo que, ante la inexistencia del 3,5, le pondré las cuatro estrellas.
La calidad del helado me pareció buena: probé el de chocolate (decente, algo dulce, bien) y el de manzana asada (perfectamente conseguido). Como extra, está decorado como la fábrica de Willy Wonka, algo que siempre da alegría.
Coincido con todo el mundo en aquello de que los toppings son lo original de este sitio, lo que eleva el precio, su toque especial. Yo pedí peta-​zetas de chocolate, un concepto ya popular entre los reposteros de vanguardia desde hace años (Oriol Balaguer, por ejemplo), pero que me sigue encantando. Con esto quiero decir que la alta cocina, Adrià y las estrellas Michelin están hasta en la sopa últimamente y, poco a poco, se han convertido en una alternativa conocida ya por todos. Es una opción, no es la panacea, pero considero que sí tiene cierto valor o interés para todo aquél que aprecie la comida. Así, en esta heladería puedes probar ciertas virguerías reposteras a modo de topping. Yo soy de helado en cucurucho de toda la vida, con lo que, aunque no me parezca mal tomar un helado barroco de vez en cuando o para enseñárselo a las visitas y disfrutar de los tejados madrileños desde la terraza, no se encuentran entre mis favoritos.

Aprovechando que pasaba por aqui… nos dejamos caer en la original heladería de Jordi Roca.
Más que una heladería, es el típico puesto de heladicos móvil, eso si, muy cuqui.
No se si van variando los sabores, pero nosotros coincidimos con una variedad de 5 sabores, basados todos ellos en platos reales de postres del Celler de Can Roca.
La verdad es que estaban muy cremosos y los toppings deliciosos. Pero realmente un poco caretes para ser un helado.
¿Repetiría? Quien sabe, pero preferiría catar el postre inspirador.

Original heladería obra de Jordi Roca. Echo de menos más sabores de helado, no hay muchos, aunque tiene alguno original como el de coco y violeta.
Eso sí, donde este lugar despliega toda su originalidad es en los toppings, pues los hay de todos los gustos. Desde frutas, siropes a algodón de azúcar, nubes de violeta o peta zetas de chocolate.
El precio, mmmm, no es barato, pero tampoco es tan caro como uno se podría esperar de un repostero tan famoso.
Como curiosidad decir que además de los helados tienen tres tipos de polos, dos de ellos muy originales, el «RocaTocha», una reproducción de la nariz del susodicho Jordi Roca y el polo «helado oscuro» con la máscara de Darth Vader, especial para frikis.

Tuve una mala experiencia inicial en el local de Girona, pidiendo un helado de manzana al horno en pleno agosto. Me pareció calentorrísimo y soso. Mis tres experiencias posteriores en Madrid han sido estupendas. Especialmente recomendable el helado de violeta y coco (si uno de los toppings puede ser de galleta, mejor que mejor). Igual algo caros (4,75 € la tarrina más grande), y ahora siempre está demasiado lleno. La pega: me parece que tendría muchíiiiisima más gracia este local fuera de El Corte Inglés. Le quitaría un poco de caspa al asunto.

Tras tanta crítica, acudí sin muchos ánimos, pero lo cierto es que el sabor del yogur helado me convenció. Claro está, el plato fuerte son los toppings de autor, que también justifican unos precios por encima de la media pero asequibles: nubes de violeta, manzana caramelizada, perlas de chocolate con peta-​zetas…
Lo que no me gustó tanto fue la ubicación, en un córner de la planta alta de El Corte Inglés, con apenas tres mesas para sentarte y la opción imposible de tomar helado en una terraza sin sombra, a 40 grados. El aire acondicionado tampoco sirve de mucho en el interior, pues el helado empezó a derretirse al minuto de servido.
El tamaño de las tarrinas es mínimo, incluso en formato grande. A poco que seáis glotones, la pequeña os durará cinco cucharaditas.

Están muy buenos, quizá son un pelín caros.
Lo mejor tomárselo en la terraza a última hora de la tarde. No hay que hacer la pp-​cola para salir a la terraza, la cola es para entrar a los dos restaurantes, así que una vez que has comprado algo (por ejemplo un helado de 5 euros) puedes entrar libremente y ocupar una de las mesitas … te podrán caras los de la cola …
Los helados tienen una consistencia muy muy cremosa, no están excesivamente fríos, y las raciones a mi particularmente me parecieron excesivas (compre la tarrina grande), tomé el de violeta aderezado con cachitos de «espuma de miel» y unas «esponjitas de violeta». Estaba bueno pero los adornos enmascaraban un poco el sabor (sobre todo el dulzor de la miel). No hay una gran variedad de sabores, el de manzana asada que pude probarlo estaba también muy bueno.

No he podido evitar que me guste, la verdad, aunque preferiría mil veces ir a su heladería en Girona, pero de momento nada, así que he de conformarme con este pequeño esquinazo del que gozan en la zona Gourmet de El Corte Inglés, que aunque intenta parecerse más o menos a su hermana mayor, pues no llega.
Jordi Roca (a.k.a. «Gru, mi villano favorito» –si no te lo crees, busca imágenes suyas, tienen la misma nariz prominente y sonrisa de buenazo – ), uno de los tres artífices de El Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo (al menos este año) ha puesto en marcha esta heladería, que tiene bastantes pros y contras, que paso a destacar a continuación:
CONTRAS:
— Está en un Corte Inglés, que meh. El espacio es limitadito, aunque hay una enorme terraza sin toldos ni nada en la que se pasa un torramiento importante.
— El yogur es yogur helado. Algunos sabores son chachis (espárragos y trufa, violeta, manzana asada) pero no deja de ser yogur helado.
PROS:
— Los toppings, que para mí son las auténticas creaciones de Roca, por encima del helado. Las nubes de violeta, los Petazetas de chocolate. Yo creo que ahí reside la gracia de este sitio.
— Precio contenido. No diga barato, diga contenido. Es decir, te lo puedes permitir.
— Al fin y al cabo, pone a la altura del ciudadano común y corriente las creaciones de un Estrella Michelín.
A mí, la verdad, me gustó. No es el mejor helado que me he comido nunca, pero creo que tampoco iba con las expectativas tan altas, imagino que por las reseñas que había leído previamente aquí.

Fuimos después de que apareciera en Masterchef y de haber oído hablar mucho de ellos.
Llegamos y resulta que se abre el ascensor y hay una cola de 30 minutos para entrar, con otra cola enfrente para StreetXo en un espacio de 4 metros x 5 metros. Sólo había una chica atendiendo: tomando pedidos, sirviendo y cobrando. Muy leeeeento. Sin aire acondicionado. Horrible.
Pedí helado de manzana asada que te recomiendan con tres toppings de manzana. Obvio, porque la base de helado no sabía a manzana.
5 € por una tarrina que podría haber costado 2,5 € en cualquier heladería.
Las modas son lo que tienen… No volvemos.
Pero mucho mejor los helados de La Romana o Mistura.

4 estrellas por lo original de sus sabores y porque el mío era de, agárrate, ¡puerros y trufa! Sí, mucho más puerro que trufa. Y lo pedí yo porque quise y porque me dieron a probar antes y me gustó y dije que sí. Claro que no recomiendo la tarrina grande, es un poco de más para este sabor, sabor salado que cantara Radio Futura.
Decoración originalmente parecida a la de Charlie y la Fábrixa de chocolate. Nos comimos nuestros respectivos helados y una cervezas en la terraza bajo un Sol de justicia aplatanante que hizo que el helado desapareciera muy rápidamente. Que sí, que lo recomiendo, en especial el de manzana, que fue el que yo no me pedi.

Ubicación: ideal
decoración: divertida
Servicio: LEEEEENTO
Sabor: probé chocolate y manzana al horno, el chocolate estaba más o menos bien, el de manzana era sólo un helado de yogurt con color distinto que no me dijo nada.
este sitio es más fama que otra cosa, esta sobrevalorado o tal vez es que las espectativas eran muy altas.
No me ha gustado nada.

tasted like froyo — thick with a strong chocolate and weaker banana. interior design is cool but ice cream didn’t stand out as a 3 star Michelin creation

«Helados» entre yogurth helado y gelato italiano.
Sabores originales y alrededor de 10 variedades donde elegir con mil toppings.
Nada del otro lunes

La ubicación de Rocamboles es insuperable. En plena calle serrano, en lo más del edificio de El Corte Ingles, con una terraza con vistas alucinantes en la que sentarte a disfrutar del helado…
Lo primero que me sorprendió es que el modelo de negocio es como el de las típicas heladerías de yogur helado que están por todas partes… Un mostrador con todos los toppings expuestos y en la pared de detrás las mismas máquinas para rellenar las tarrinas de helado. Ciertamente esto me desilusiono un poco al tratarse de un helado de un chef con 3 estrellas michelín.
Sin embargo los helados, aunque salgan de una máquina, son artesanos y buenísimos. Es cierto que no tienen mucha variedad de sabores, pero los que tienen son distintos a lo habitual y están muy ricos.
¿A destacar? Los panellet, una especie de bizcocho caliente relleno del helado que elijas; pringa un poco pero es delicioso, de verdad, muy recomendable. Yo probé el de helado de manzana y le puse sésamo caramelizado. Todo un acierto: D

Tenía muchas ganas de visitar el nuevo local en Madrid porque el año pasado visité el Rocambolesc de Girona y quería comprobar que realmente los helados estaban tan buenos como los recordaba.
Pues sí, están buenísimos, al menos el que yo probé, que era de coco y violeta (una auténtica maravilla). Pero la cosa no quedó ahí, estuve curioseando y venden tarrinas de helado para comerlas en casa y estaba el helado de espárrago blanco con trufa, una maravilla que probé en el Celler de Can Roca y que ahora voy a poder disfrutar de vez en cuando aquí en Madrid (sólo por eso ya tienen las 5 estrellas).

Cualquiera que me conozca un poco sabe que los helados, el gelato y en general cualquier postre que haya pasado por un proceso de congelación son una de mis obsesiones culinarias, puede que la mayor. Me encanta probarlos todos, todo tipo de sabores, texturas… Así que cuando me enteré de que nada menos que la heladería nacida del carro de postres de El Celler de Can Roca iba a abrir un espacio en Madrid me apunté en la agenda el día para ir a probarlos. La verdad es que ya los había probado antes con motivo del festival Film & Cook 2014, pero en esa ocasión trajeron un carrito muy pequeño con sólo 3 sabores y poquitos toppings, así que no me parecía justo juzgarlos por eso.
La decoración del espacio que han abierto en el Gourmet Experience del Corte Inglés de Serrano es del estilo de la heladería que tienen en Girona, como muy de Charlie y la Fábrica de Chocolate, con engranajes, tuberías de colores… Muy chula. La estética desde luego está cuidada.
El helado que tienen en Rocambolesc es del tipo «soft ice cream», de éste que se sirve usando una máquina con una palanca, como los del McDonalds o como el frozen yogurt. Pero no os dejéis engañar, lo que ponen en las máquinas es helado hecho artesanalmente con ingredientes muy buenos y originales, absolutamente nada que ver con un McFlurry. Tienen 6 sabores que creo que cambian con el tiempo. Cuando yo fui tenían vainilla, chocolate, carota (sorbete de mandarina, zanahoria y albaricoque), panettone, yogurt y creo que manzana caramelizada, o manzana al horno… No recuerdo exactamente. Aparte de los sabores de helados, tienen los toppings o aderezos para complementar el postre. Hay un montón, desde frutas y salsas hasta algodón de azúcar o marshmallows artesanales, y os aseguro que esto sí que no tiene nada que ver con los toppings que encuentras en las tiendas de frozen yogurt. La calidad es infinitamente superior. Puedes pedir la tarrina o el cucurucho sin nada o con 3 toppings a elegir. Ellos tienen una recomendación para cada sabor, creo que inspirada en algún postre del Celler. La tarrina pequeña con toppings costaba algo menos de 4 € y la grande algo menos de 5 €. No son demasiado grandes.
Nosotros pedimos vainilla y carota, con los toppings recomendados, pensando que sería probablemente la mejor elección. En mi caso fue un poco fail porque uno de los toppings de carota era physalis, y sólo *un* triste fruto, así que fue como tener 2 toppings en realidad. El de vainilla estaba más conseguido. En conjunto nos resultaron bastante insípidos, el helado se derretía súper deprisa y no tenía ni de lejos el sabor que tienen por ejemplo los helados italianos hechos a base de frutas sin leche. Fue una gran decepción porque nos esperábamos algo súper rico de un sitio con tan buena reputación, con unos ingredientes de tan buena calidad y precios más bien altos.
Igual otros sabores u otras combinaciones de toppings están mejor, y no está mal ir una vez para probar o si estás allí, pero creo que me quedo con cualquiera de las heladerías buenas de la ciudad que sirven gelato italiano sin más pretensiones.