Sanchez Romero

Soy profesor de cocina a domicilio y este es uno, de los supermercados que quedan cerca de unas de las casas a las que voy, vamos a comprar los productos y materias primas aquí. La verdad es que es muy, muy caro pero una calidad de productos y variedad muy alta. Creo que estos supermercados son competencia del gourmet de El Corte Inglés. Encuentras de todo, pero de la máxima calidad. Pasta italiana, cangrejo imperial de Rusia, caviar, jamón 5 jotas, carne de wagyu (Kobe), salmón, etc. Si no hay algún producto o es realmente selecto, se puede encargar sin ningún problema. El servicio del personal es impecable y realmente atentos y educados. por poner un ejemplo, las cajeras ponen la compra en las bolsas, hacía tiempo que no veía algo así.
por poner alguna, la sección de quesos es algo escasa y algunas frutas no son españolas ni de la mejor calidad.
En resumen, un gran servicio, los mejores productos, altísima calidad pero que se paga.

Fantástica tienda, muy agradable y con personal muy atento. Pero siendo madrileña me gustaría que identificase los productos de proximidad de forma más clara, los potenciara y apoyase más el producto local.
Por ejemplo, por citar un grupo de productos, en la enorme sección de vinos hay sólo dos pequeños estantes con 4 vinos de Madrid, sin marcar y sin etiquetar los estantes.
Creo que hay un amplio sector de ciudadanos que iría a Sánchez Romero si se supiera que apoyan públicamente el consumo de proximidad, marcando e identificando de forma clara sus estantes. Es la tendencia del momento y los comerciantes de Madrid se deben aprovechar de ello.

Me declaro superfan de este elitista supermercado donde puedes encontrar absolutamente de todo, de un montón de marcas diferentes y productos bastante poco frecuentes (por supuesto ibéricos de los buenos).
Tiene de todo, cafetería propia, panadería, frutería (de las que da gusto pasear por ellas por lo perfecto que se encuentra todo), …, por tener tiene hasta una pequeña sección de productos americander!
Obviamente, la atención es impecable, y obviamente, pues hay cosas caras (y también medias!).