Strover es una cadena de zapaterías que tiene sucursales por todo el centro de Madrid. Varias decenas de ellas, me atrevería a decir, porque es difícil no ver una de estas de cuando en cuando al pasear por la ciudad. A mí las zapaterías me resultan un poco intensas porque hay que hacer muchas decisiones en muy poco tiempo y porque, generalmente, se me hace imposible comprar en ellas: siempre termino dudando de si el zapato me quedará bien, me hará daño, es demasiado grande, demasiado pequeño y una amplia variedad de dilemas que me asaltan cuando voy a comprar calzado. Por si esto fuera poco, en estas tiendas la música suele estar a tope, a todo meter, una locura, algo que me lleva a estar más incómodo si cabe. Eso por no hablar de las cantidades de cajas de zapatos y gentes probándose con zapatos sueltos por todos lados. Me entran sudores fríos de solo pensarlo, y en ese sentido, Strover es de este tipo. Aunque –eso sí– tienen una variedad de modelos gigante.