Taruffi

Sorpresón el que me llevé yo con la versión «chiringuito» de Taruffi situado en la zona central de uno de los pasillos de La Vaguada, planta uno creo recordar, cerca de las escaleras de restauración. Pululábamos Merche M y un servidor con un dolor de garganta importante y la imperiosa necesidad de encontrar algo caliente que purificará nuestro maltrecho garganchón, café señor mío, si puede ser digno mejor.
Resignados por la absurda sensación de que el café de calidad brilla por su ausencia una vez salidos de Malasaña y aceptando que La Vaguada no ha sido ni será la meca de Juan Valdés, nos decidimos por este stand por calidad/​precio/​terraza/​sofá, acercándome con sigilo y un terror atroz a pedir los susodichos latte.
La resignación se torno sorpresa cuando divisé una La Marzocco, gentilmente acompañada por un buen recipiente de café sin moler y es que según la camarera desean ofrecer un café de calidad a pesar de encontrarse dentro de un centro comercial. ¿Conclusión? Dos latte por 1,60 unidad que nos supieron a gloria bendita, para que luego digan que la vida no te sorprende, encontrando un oasis cafetero en un desierto desayunil.

Uno de mis planes favoritos para primavera/​verano es comprarme un heladito y sentarme en alguna terraza a disfrutar de él a la vez que disfrutas de un rato de descanso y charla con los amigos… Pues justo esto es lo que hacemos cuando pasamos por Taruffi.
Tengo una amiga que vive por la zona de la Vaguada y éste se convierte en uno de nuestros planes preferidos. No tengo queja de este sitio porque todas las veces que he ido me he sentido super a gusto y muy bien atendida.

El local es bastante pequeñito, pero puedes salir a la terraza o comerte el heladito dando una vuelta por La Vaguada.
Yo los helados los reservo para mi marca favorita en casa, pero los «freskitos» (smoothies y granizados) están bastante bien.
El personal es amable, y te sirven lo que quieras tomar para llevar.