Tavern-Tran

Al entrar te sientas en el vagón cafetería de un tren totalmente revestido de madera con asientos con mesas.
He de confesar que pensaba que sería el típico bar sencillo de croquetas, patatas bravas y poco más, que no me apetecía nada esa noche… Pero al ver la carta te encuentras con variedad de entrantes, tostas, sándwiches…
La hamburguesa completa, no es de las mejores que he probado, pero estaba rica. Lo que está impresionante es la tosta de sobrasada con miel ¡me hubiese comido 3! Volveré para seguir probando las tostas y a comerme una de sobrasada.

Siempre que he ido ha sido de tapeo. Es un sitio mágnifico y barato. El doble se sirve en vaso de media pinta y son 2 €, la jarra en vaso de pinta y son 3 €. Te ponen tapita rica con la consumición. La decoración está bien, es diferente, recreando un viejo tranvía con paredes de madera, en claro homenaje al nombre del negocio-​. Decorado con fotos costumbristas del Madrid castizo, del Madrid de principios de siglo. Que yo que seré muy tonto, pero me encanta ver lo que han cambiado los barrios de la city. Como era la glorieta de Bilbao en 1900 y cosas por el estilo.
El trato humano del dueño es muy calido. La dura competencia que supone el ondiñas do mendo supongo que le frena tener más público (y fama) del que realmente se merece y tendría en otra ubicación. Pero la competencia y la demanda son enemigos feroces.
Tienen también carta relativamente profunda de cervezas de importación un puntín más abajo del precio estandar. Los copazos y cocteles se anuncian baratos por lo que habrá que catar alguna vez el nivel de veneno. Me sorprendió ver ruso blanco.

Las mejores hamburguesas del barrio con diferencia! El local está forrado en madera e imita un vagón de tranvía, con fotos antiguas de Madrid y un pequeño tranvía que recorre parte del local. Los camareros son amables y la carta tiene un poco de todo, desde hamburguesas caseras y tostas deliciosas a batidos de fruta variados y granizados que cambian según la época del año. Ideal para desayunar, merendar o una cena informal.

La foto es parte de la carta. Una taberna de madera imitando un viejo tranvía con sus paradas incluidas, sobre nuestras cabezas un circuito de tranvía eléctrico que pita y todo.