The Stuyck Co.

Si quieres probar cervezas artesanas… Este es el sitio! Ademas tienen platos y tapas que enganchan, un lugar idoneo para pasar con amigos, RECOMENDADO!!!

Hasta yo me estoy preguntando ahora ¿Qué hago yo escribiendo una reseña de una cervecería y encima positiva? Pues por eso porque me parece un buen sitio para ir incluso para los que no somos amantes de la cerveza.
En general la gente me dice que está hasta arriba de gente, pero yo creo que siempre que he ido he podido sentarme sin problema y hablar tranquilamente con la gente que he ido sin necesidad de dar gritos. No sé si es suerte.
Agradezco que en una cerveceria tengan, a veces, sidra de grifo o alguna cerveza tipo gose o lambic que es lo que más se parece y que además al ser de grifo me pueda pedir un vaso pequeño y no como en otros sitios que si tienen ese tipo de cerveza suele ser de botella y grande.
Si podeis acompañar vuestra bebida de un trozo de tarta de cerveza negra lo disfrutareis mucho más.

Tenía ganas de probar este sitio y encontré en una lluviosa noche de viernes el momento y los acompañantes perfectos para hacerlo.
Para beber yo me decanté por una nº 5 debido a que el camarero comentó que era ácida y me encantó.
Para comer pedimos aros de cebolla y corndogs (puntazo que son 4 unidades y nos pusieron 5) para compartir y yo de principal elegí sándwich de roast beef con ensalada de col.
Los aros estaban muy buenos, con una salsita de tomate y orégano, y el corndog sin más por mi parte.
El sándwich tenía un tamaño bien hermoso aunque esperaba que la carne estuviese un poco más cruda, pero estaba bien, normalito, no destaca entre los sándwiches de roast beef de mi vida, la ensalada de col que acompañaba rica, normal también.
La carta sólo tiene dos postres y pedimos ambos: cookie y tarta Guinnes. Decentes y aprobados.
En la cuenta se confundieron y nos cobraron dos tartas, tras enmendar el error (ya habíamos pagado con tarjeta) nos rembolsaron en cash y salimos a 20 € cada uno (sin llenarnos, sin comer ni beber mucho).

Tenía muchas ganas de ir a este sitio de craft beer del que tanto se habla últimamente y en el que se han organizado varios eventos Unilocal a los cuales desgraciadamente no he podido asistir y este fin de semana de fiestas en Madrid por fin he podido probarlo.
Quedé con una amiga en Bilbao y vine a Stuyck sospechando que, al ser Viernes a la hora de cenar, iba a estar a reventar, pero la verdad es que había bastante sitio libre, por lo que escogimos un par de sillas que había en una mesita pegada a la barra. La decoración le da al local el aspecto de lo que realmente es: una cervecería con 14 grifos de cerveza artesanal. Paredes de ladrillo a cara vista y yeso, parquet en el suelo y los conductos al aire, ambiente muy industrial propicio para disfrutar de una buena cerveza. La lista con las catorce cervezas disponibles se encuentra en una pizarra nada más entrar a la que, siendo mi primera visita como fue, miras como quien contempla un haiku escrito en japonés: tiene muy buena pinta pero ni idea de lo que pone, por lo que es necesaria una pequeña explicación.
Algo que me gustaría reseñar aquí y en lo que quiero ponerme estricto es que una pinta no es un tipo de vaso, ni un tipo de cerveza ni nada del estilo, sino UNA UNIDAD DE VOLUMEN correspondiente a 0,56826l en caso de pinta inglesa y 0,47317l en caso de pinta americana, por lo que una pinta debe tener la misma cantidad de cerveza en Stuyck, en Casa Manolo o en la tasca a la que van los ancianos de mi pueblo a jugar la partida. Pero parece ser aquí no es así y con «pintas» simplemente se refieren a «cañas un poco grandes». Y a un precio nada económico.
Total, que salí un poco decepcionado con The Stuyck. Debería ponerle tres estrellas pero quiero empezar de buen humor este Lunes en el que el resto de madrileños descansan pero yo trabajo por tener el puesto de trabajo fuera de Madrid. Me gusta el concepto, me gusta la decoración, me gusta el servicio que dan y, qué coño, me gusta ir a sitios que estén de moda. En cambio, no me gusta que, escudándose en la artesanía, te disparen los precios como te los disparan y te intenten vender no gato, pero sí liebre coja por liebre sana.
En fin, que fueron 14 € por una media ración de carne picada para acompañar la cerveza y dos pintas a.k.a cañas algo grandes. Y que luego fui a La Vía Láctea y me cobraron una caña con más cantidad de cerveza a 2,50 € y con la música que me gusta de fondo.

Es la cervecería de moda ahora y se nota, apartir de la hora de apertura empieza a llenarse y ya no cabe ni un alfiler. Te puedes encontrar todo tipo de gente y que hablan todo tipo de idiomas, yo recomiendo tirar para el fondo porque suele haber sitio, si te quieres sentar, claro. La mayoría de la gente se suele quedar en la entrada.
Personalmente he ido un par de veces ya y he de decir que he tenido experiencias muy variadas en ambos casos. La primera vez, el camarero que nos atendió no fue muy centrado en recomendar, nos indicó las cervezas que había, las pizarras y se fue. Optamos por probar y decidir entre nosotros de los más que variados grifos que tienen y parece ser que no nos equivocamos, sin embargo, si no conoces todas las cervezas o eres nuevo, si que es cierto que puedes precisar de cierta «guía profesional». La segunda vez que fui sí que tenían las cosas más claras y no hubo necesidad de gran orientación aunque uno de los acompañantes pidió consejo y se le orientó aunque pienso que faltaba información, ya que, quizás la cerveza ena «demasiado» para esta persona.
Un detalle a tener en cuenta, aparte de lo evidente (la gran variedad de cervezas) es la cantidad de camareros que hay tanto en barra como recorriendo el local pero cuando está lleno lo entiendes porque es un no parar de trasiego.
Otra cosa es el local, decorado muy a la moda actual, estilo fábrica: paredes de cal y ladrillo, suelos de madera, mesas y bancos corridos de madera y hierro forjado con velas y plantas en las mesas para decorar. Tiene ese punto cálido que te anima a quedarte un rato relajado de charla.
Tienen una cocina y platos (raciones) interesantes aunque sí que no he cenado aquí, suelo venir a la caña de después de o ya para hacer ruta de bares. También ponen aperitivo pero muy light, normalmente te ponen conservas: pepinillos, olivas, cebolletas etc, o ya las socorridas patatas que le quitan lustre a según qué cerveza te pidas.
En general, no lo considero excepcional porque pienso que, al estar empezando, aún hay cosillas que se podrían mejorar, como el aperitivo, la dedicación y atención en mesa (no es la misma que en barra), etc.
PD, un detalle, en la planta baja tienen los enfriadores de las cervezas y el baño, si bajas, ¡prepárate para el fresco!

Local imprescindible para cualquier ruta que hagas de cerveza artesana en Madrid. No sólo por el conocimiento de los camareros y dueño, sino por la estética y ambiente acogedor.
14 grifos de cervezas muy variadas, con opción a media pinta o pinta entera. Últimamente, han añadido alguna patatilla frita para acompañar, cosa que se agradece! Me encantan especialmente las copas en las que sirven las cervezas. Son del tipo TQ, por si os da por comprarlas.
Efectivamente, la nueva tendencia cervecil está recién nacida en Madrid; porque mira que nos gustan las cañas, pero esto es nuevo amigos. Cerveza buena de verdad; con matices, bien tirada, de multitud de países y tradiciones.
Animaos a probar. No defrauda!

El Stuyck es de esos bares en los que uno piensa cuando le hablan de locales de referencia en el mundo de la cerveza artesana. Madera, piedras, detalles cuidados, look nórdico y ese tipo de cosas. 14 tiradores y varias pizarras para que sepas qué quieres pedir sin importar si estás junto a la barra o en el fondo del local, además que te pueden tomar el pedido en la mesa.
Curiosidades en los tiradores que no había visto en otras partes y buen trato por parte de los encargados, que saben sobre las referencias que tienen. Muy buen ambiente y precios correcto a pesar del aspecto elitista que pueda tener… además tienen vino y otras bebidas para que puedas ir con acompañantes no cervecer@s. No me parece que tenga mucho tiempo, pero imagino que se convertirá (si ya no lo es) en un referente de la escena de la birra artesana en Malasaña y Madrid.

Siempre estamos a vueltas con las medias estrellas en Unilocal,y la verdad es que este es el sitio perfecto al que le plantaría tres estrellas y media sin pensármelo dos veces. Porque, en mi opinión, la cerveza se merece cuatro, sin lugar a dudas. Tienen una enorme variedad de cervezas, y cuando llegas y lees las descripciones, te apetecen un poco todas.
Por otro lado, el personal sabe lo que vende, aunque no siempre está interesadísimo en contarte hasta el último detalle de las cosas que tienen. Cuando manejas un producto como la cerveza artesanal, en una ciudad como Madrid, más te vale evangelizar. Porque esta ciudad, mal que nos pese, todavía está encarcelada en la cerveza industrial. Así que empezar a explicarte un poco con desgana no me parece una opción, mucho menos cuando tu clientela puede ser enteramente néófita en la materia y está buscando cosas diferentes. En el cliente recurrente está la pasta, amigo, y si le ofreces a alguien que no conoce algo que le gusta, probablemente lo tengas ganado de por vida.
Las cervezas son buenas, buenísimas, muy bien servidas. El estilo del local recuerda a lugares parecidos que he visitado en Estados Unidos, Italia o Reino Unido, así que no puedo por menos que congratularme de que esta tendencia haya desembarcado por fin en España.
Con respecto a la comida, pedimos algunas cosas para picar, porque por la hora que era todavía no tocaba cenar. Los precios me parecieron un tanto altos para las cantidades manejadas, pero bueno. La tarta de stout es verdad que está increíble, y los malvaviscos son bastante novedosos, aunque esos no terminaron de gustarme y los corndogs, como concepto muy guay. Pero como digo, poca cantidad para un precio que –a mí, personalmente– me resulta un poco alto.

«¿Vamos a tomar unas cañitas? — Anda, mira. Este sitio tiene 14 grifos de cerveza– ¿Cómo, catorce? –Sí, sí ¡y todas artesanales! — Dale, dale, me convenciste en la parte de tomar unas cañas, vamos dentro»
Sí señor, un local muy chulo. Modernillo, con sus paredes de ladrillo visto y las vigas de madera desnudas, bombillas tipo Edison y una pizarra donde exponen las variedades de cerveza que tienen en ese momento y su procedencia. Digo en ese momento porque van cambiando cada poco tiempo.
Al entrar corres el riesgo de quedarte delante de esa pizarra con cara de panoli pensando qué escoger. Además, justo debajo de la pizarra hay mesas y el momento es algo incómodo, ahí plantado a un metro de esas personas mirando en su dirección pero un metro más arriba, como si fueras Dustin Hoffman en Rain Man. Pero tiene fácil solución.
Los expertos no necesitarán más que un vistazo para seleccionar rápidamente su cerveza. Para todos los demás recomiendo dos maneras de proceder. La primera y más sensata es
preguntar a los camareros y dejarte aconsejar, cosa que hizo alguno con resultados muy satisfactorios. La segunda, más divertida y que os animo a probar es ir a lo loco. Para mí, que mi criterio en materia de cerveza es «me gusta mucho» y «me gusta menos», fue como:
Los precios son caros si comparas con otros bares, pero normales si eres consciente de lo que sirven. Además la comida que tienen para picar tiene una pintaza increíble y las tartas también. Probamos los aros de cebolla y me prometí volver a por el resto.
Si te pilla cerca no dudaría en entrar, al menos una vez.

Rating is *ONLY* for the beer as the food was ‘meh’
Beer: This is by far the best brewery/​taberna/​beer bar we have been to since we arrived months ago! They have a great list of craft beer anything from I.P.As to Stouts which I highly recommend! (The Apple Pie Stout was awesome!)
Food: My husband had the fish tacos and our friend had the burger (same as me). The fish tacos were pretty good although I will admit I have had much better. The burgers were ‘meh’ unfortunately. They had no real flavor and they only give you like 3 fries… Seriously.
Overall: We are definitely going back FOR THE BEER!

Nuevo sitio a peregrinar por los beer geeks como nosotros! 14 grifos de cerveza, bastante variedad, sitio grande y agradable, trato amable y buena música (el rato que estuvimos allí sonó Queen, Iggy Pop, etc). De precio, el normal para un sitio de este tipo. Cuando probemos la comida (que tenía muy buena pinta), decidire si le pongo esa estrellita que le falta :-)

Nuevo sitio a peregrinar por los beer geeks como nosotros! 14 grifos de cerveza, bastante variedad, sitio grande y agradable, trato amable y buena música (el rato que estuvimos allí sonó Queen, Iggy Pop, etc). De precio, el normal para un sitio de este tipo. Ahora que hemos probado la comida que ofrecen, podemos decir que es sensacional.
Recomendado: chili con carne, no defrauda. De postre, mousse de platano: original y estupendastica!

Este restaurante se encuentra en una zona en la que jamás pensé que habría uno.
El ambiente del local imita al estilo «hipster». Estaría bien si no fuera por la cantidad de gente gritando que uno se encuentra dentro a la hora de cenar. Lo normal al estar en una zona de fiesta.
El servicio es amable y eficiente, así que en ese aspecto sin problemas.
La comida tiene una calidad aceptable y la carta, escueta cosa que aquí se agradece, ofrece platos que buscan sorprender por su combinación, como pueden ser los tacos de cazón. Arriesgado pero interesante.
Puede que sea mejor para comer que para cenar… Por la tranquilidad.
Se puede recomendar.

¿Qué hay un local con 14 grifos de cervezas artesanales y yo sin probarlo? Pues nada, allá que voy.
Stuyck & Co se trata se autodenomina como un «craft beer» bar, es decir, bar de cerveza artesanal. Dispone de 14 grifos rotatorios, es decir, que los cambian cada cierto tiempo, de cerveza artesanal, o mejor dicho, de microcervecería, tanto nacional como extranjera. En mi visita pude ver opciones variadas tanto patrias como italianas, noruegas, danesas o americanas.
La oferta es también variada en cuanto a estilos, pils, IPA, stout, brown ales, fruit sour… Vamos, que hay para probar de todo y para todos los gustos.
Los precios son los habituales en este tipo de establecimientos, vamos, que barato no es, pero es que tampoco es Mahou ni Estrella la cerveza que ofertan. Los precios varían depende de cada cerveza aunque rondan los 3 – 4 € por media pinta y los 6 – 7 € por pinta entera.
Sinceramente creo que es la mejor cervecería en cuanto a oferta de craft beer se refiere en Madrid y su tarta stout está de muerte.

Conocimos este lugar gracias a Franco V. Porque su debilidad es una buena cerveza. Alguna vez no fui tan amante de las cervezas pero con los años he a pedido a quererlas.
El lugar al entrar encuentras una barra con varios grifos y varias mesas por el borde derecho, después pasas y encuentras otro salón más acogedor con varias mesas y sillas dirigiéndose a la cocina. Si también encuentras comida! Cuando llegamos uno de los meseros de apariencia adulta nos atendió súper bien y nos enseñó la carta que es una pizarra con 14 cervezas diferentes. Te desgusta primero para que sepas que vas a tomar y si vas a comer te asesoran con que debes maridar la comida.
Yo elegí una oscura y no amarga no soy muy amiga de ellas. También queríamos comer algo, ntonces decidimos pedir varias cosas para compartir. Los aros de cebolla son absurdos literalmente saben a pizza ! Los corndogs me detonar mucho antojo al ver una foto de Lolo quería saber que eran, muy ricos creo que tipo muy americano. Como somos un poco gordobeso a esta barriga le cabía algo más pedimos dos bao que tampoco los conocía muy ricos en general.
De precio es un poco alto pero el la calidad lo amerita. Muy buen lugar !

Si hay algo que puede conmigo es una buena cerveza.
Fui en dos ocasiones a este lugar porque me queda literalmente a la vuelta de casa, esta ciudad no es benigna con mi figura jaja.
The Stuyck Co. es un local de cerveza artesanal que cuenta con una oferta súper amplia y que se renueva todo el tiempo. La carta está en unas especies de pizarras y vas ordenando por número. Suele haber varias españolas algunas del Reino Unido, vi alguna que otra belga también. Lo bueno es que la gente de allí te suele recomendar las cervezas según tus gustos y también según lo que pides para comer, cosa de maridar todo. Recomiendo que les preguntes porque suelen ser muy buenas sugerencias.
En cuanto la comida es bien de gastropub, probé los aros de cebolla (mis favoritos de aquí) y los corndogs como entrada. Están bastante buenos, luego de principales pude probar los bao y el filete de vaca maduro, este último un poco decepcionante la cocción porque realmente vino mugiendo, no sé si ese es «el punto».
Los precios son un poco altos, lo reconozco, pero la cerveza es muy buena. Lo mejor es ir tomando de a medias pintas para probar la mayor variedad posible, y así no se hace tan excesiva la cuenta.
Está bueno encontrar un lugar donde tomarse una cerveza distinta y no la caña de Mahou que te encuentras en casi cualquier sitio.

Que la «craft beer» está de moda está clarísimo desde 2014 por lo menos, así que no es de extrañar que lugares como éste abran por Malasaña. The Stuyck Co. es bastante espectacular porque tienen hasta 14 grifos diferentes, todos con cervezas artesanales. Cuando yo fui la mayoría eran españolas, con sólo un par de Reino Unido y una de Italia, y supongo que también tienen una selección en botellín para elegir aunque no pude ver ninguna carta ni nada.
La decoración es del rollo este industrial con madera, metal, tuberías a la vista y bombillas con filamentos que tanto se lleva. La verdad es que va bien con el concepto de cervecería artesana. Hay bastante espacio y es cómodo en general. Los camareros son bastante simpáticos, aunque no está muy claro si vienen a atender a la mesa o si vas a la barra y pides…
La lista de cervezas que tienen en los grifos está colocada en la pared, en dos partes del local, en una especie de listones de madera. Esto tiene la ventaja de que pueden ir cambiando listones cuando se les acaba un barril o cambian un grifo, pero es un poco molesto porque debido a la forma del local, lo normal es que desde tu sitio no lo puedas ver por lo que te tienes que levantar e ir a mirar la pizarra antes de pedir. Si hay un grupo numeroso decidiendo qué pedir se monta un poco de lío.
Todas las cervezas de grifo se pueden pedir en tamaño pinta o media pinta, y los precios son elevados, pero en la línea de este tipo de local y producto. Nosotros nos pedimos una pinta de «Viakrucis La Pirata», una American IPA de Cataluña (6 €), y media pinta de la Brown Ale «Four Lions» de León (3.80 €). Los vasos son propios del bar y están chulísimos, y las cervezas estaban súper buenas. A ese precio no es como para venir súper a menudo pero de vez en cuando apetece tomar una cerveza diferente y merece la pena.
En cuanto a comer, vi que en algunas mesas tenían una carta que no sé si sería de comida. Tienen cocina y creo recordar que tenían unos cuantos platos interesantes en la carta colgada en la puerta, pero no pude saber mucho. Con las cervezas nos pusieron una tapilla de hummus que estaba bueno. De todas formas imagino que la comida no es su principal atractivo ni en lo que se centran más.

Friendly place with 14 taps of well-​curated craft beers. Made this Portlander feel at home.

Nice place to drink good artisanal beers. They’re costly but it worth it. Didn’t try their tapas but they seemed good. The decoration is cool too, New York style.

¡14 grifos! 14 grifos ni más ni menos son los que tiene este nuevo local de cerveza artesanal. Si te sientes abrumado por la cantidad de elecciones los camareros son majísimos y trataran de ayudarte a elegir la cerveza que más te apetezca, incluso te comentarán que tipo de cerveza has pedido si pides algo poco peculiar (a mí me avisó de que la Berliner Weisse se aleja mucho de una Weisse normal y es bastante ácida). Los precios pues lo habitual en los locales de cerveza artesanal, las pintas se mueven entre los 5 € y los 7 €, dependiendo del tipo.
En cuanto a la comida he probado los baos, los corn hot dogs y la tarta de cerveza negra; estaba todo buenísimo, especialmente la tarta, que el camarero dijo que nos hubiera traido un vasito de cerveza negra para maridar, pero deben de estar teniendo bastante éxito porque el día anterior se les había acabado toda (fuimos a comer un domingo, debió ser un sábado duro… jeje).

This place is a standout for quality Spanish and European craft beers in Madrid. Tremendous.