Tío Timón

¡Vivan las terrazas de La Latina! Si encima están en una placita tranquila, amplia y con árboles que te dan sol y sombra… ya es perfecto.
Nos sentamos aquí para tomar una caña un domingo a mediodía. Plan típico madrileño, se que no es original peeeeeero… se está tan a gusto :)
Pensábamos que no tenían mucho de comer y la verdad es que nos sorprendió. Carta cortita pero todo bastante bueno. Tomamos una ensalada de tomates al horno con pesto y mozzarela buenísima. Y después unos huevos revueltos con jamón y una tosta de queso de cabra con cebolla caramelizada muy ricos.
Hay que tener un poco de paciencia. La cocina es muy pequeña y van lentos, pero a cambio el personal es majísimo.

«Vamos al Timón, por favor, al mamoneo». Recuerdo a mi amiga Elena diciendo esta frase como si no hubiera un mañana. Ella es fan acérrima del Timón, le encanta. ¿Por qué? Porque las tardes del domingo en La Latina son Madrid puro. Son cañeo, son terraceo, son mamoneo. ¿Y qué es el mamoneo? Pues salir a charlar con gente, a flirtear, a ligar y a pasárselo bien para despedir al fin de semana como se merece. Los domingos son, sin duda, lo mejor de Madrid.
El otro día, después de una jornada maratoniana en la Casa de Campo (y con maratoniana no hablo de zapatillas de deportes, sino de dobles de cerveza); enfilamos hacia La Latina. Teníamos «El Triángulo» en mente (la zona de La Sixta, El Atril y El Perla) pero como era pronto, después de salvar los cientos de escalones de desnivel entre la calle Segovia y la zona alta de Las Vistillas, terminamos recalando en el Tío Timón.
El sitio estaba tranquilito, mucho más tranquilo de lo que recuerdo. También es que hacía un día estupendo, y todavía era momento de estar en la terraza que tienen en la plaza de la Paja, que se estaba divinamente en la calle. Tomamos unas cuantas cañas y luego enfilamos a otro sitio. Tienen comida, que eso yo no lo sabía, pero veníamos tan llenos que no queríamos nada (¡además, eran como las 6 de la tarde todavía!).

A veces acabo en este bar cuando todos los demás están requetellenos. Y no entiendo por qué no voy directamente cuando lo cierto es que me gusta.
¿Qué tiene de especial? Pues… que la comida está buena. Y en la Latina eso es normal, pero como lo que se busca es variedad pues aquí la tienen. Un día pedimos un algo para untar (no recuerdo bien) aunque ya estábamos llenos. Estaba delicioso.
Por cierto, alguna vez me han comentado que entre semana hacen el famoso aperitivo italiano con parroquianos y recién llegados, pero es una información aún por confirmar.

El Tío Timón es un lugar pequeñito en una esquina de la plaza de la Paja. Antes trabajaban allí unos amigos, de camareros, asi que lo he frecuentado mucho.
Dependiendo de la hora y del día el ambiente es muy diferente.
Por las tardes, puedes sentarte alli con unos amigos, de tranquis, a tomar una cañitas y picar algo.
Sin embargo, si te acercas un domingo, no lo reconocerás. El ambiente del rastro inunda toda la Latina y a media tarde la gente ya está hasta arriba de mojitos! Incluida yo! Y es que hacen unos mojitos tan tan ricos que nunca puedo pedirme solo uno!

Vuelvo a una de mis zonas preferidas de Madrid, La Latina, para hablaros de ‘El Timón’, un pequeño bar que, sin tener nada especial, yo lo adoro. Tienen unas tostas para morirse de lo buenas que están, principalmente esta es la causa por la que suelo llevar hasta allí a mis amigos cuando queremos cenar algo rico, barato y generoso.
Lo malo es que llegar y encontrar una mesa a la primera es casi imposible, es tan pequeñito que con que haya más de 10 personas ya está el bar completo, pero basta con esperar 5 minutillos para hacerse con una mesa. En verano además sacan las mesas de la terraza y se está mucho más cómodo.
Si sois muchos no os lo recomiendo, por el tema del espacio, pero si vais un par de amigos o tres coleguillas, pasaros a tomar una cerveza y acompañarla de una tosta, veréis como no os arrepentís.