Breve en espacio, pero con unos camareros la mar de eficientes. Aunque parece un bar de barrio, por su diseño y decorado, se trata de pub donde tomar copas. Donde no falta ni variedad, ni tampoco calidad en lo que se refiere a las mismas sin cobrar demasiado. Y siempre las acompañan de cestas de frutos secos. Disponen de diana electrónica para engancharse con las partidas, aunque el reglamento resulta bastante peculiar por lo menos en la modalidad de cricket, y sólo lo entiende la máquina. Fueron de los primeros lugares en instalar setas que irradian calor, para no perder los clientes fumadores de copas. Suele ser uno de los puntos de reunión de amigos, tras los partidos importantes que se pasan los sábados por la noche se montan unas tertulias futbolísticas entre copa y copa… Pero nunca llega la sangre al río.