Tupperware

Pas mal mais pas exceptionnel non plus. Je né vous conseille pas fortement le détour si vous n’avez que quelque jours à passer à Madrid.

The name of this bar is pretty interesting but it was a nice place to chill. I went here with some friends and there weren’t many people here on a Tuesday night. They play very old school music which fits the vibe of the décor. The bartender was cool, because he’ll make you any drink. If he doesn’t know how, just tell him what’s in it and he will remember for the next time around.

Es un sitio al que siempre que voy con mis amigos lo acabamos cerrando… Serán los colorines que me atren como a las urracas?
Ambiente divertido, postureo pero del que mola… La música me encanta, popera a no poder más, que junto con una cerveza en mano, amigos y ganas de bailar y cantar hace que al final siempre lo pases bien en ese sitio… (aunque no me regalen ninguno de los geyperman que tienen detras de la barra).
En la planta de arriba hay «sofales» para los más tranquilos. Los fines de semana esta abarrotado, asi que si no vais tempranito puede que os quedéis fuera.
En definitiva uno de los grandes de mañasaña que si no conocéis os recomiendo… lo pasaréis bien!!! (no apto para epilépticos, tanto colorín no puede ser bueno!)

Fuimos antes de las 24:00, lo que significaba dos cosas: una buena y una mala. La buena, que las copas estaban baratas (2 euros el tubo de cerveza, 5 una copa). La mala (o quizás no tanto ante el agobio que es Madrid?), que estábamos casi solas en el local. La parte de arriba estaba cerrada, supongo que la abrirían más tarde cuando hubiese, de hecho, gente.
En cuanto al local, la decoración es de las que a mi me gustan, porque las frikadas tipo muñecos de E.T., y de la familia Monster me atraen, aunque puedo entender que a más de uno le resulte demasiado «psicodélica», con esas pintura en las paredes, y las lámparas, que tardé en darme cuenta de que eran ojos.
La música fue mejorando por momentos. Por ejemplo, Lori Meyers hizo presencia con «Mi realidad». Y el resto de canciones, aunque ahora no me venga ninguna en especial a la mente, animaban a quedarse y esperar a la siguiente.
Nos fuimos pronto, pero nos dejó muy buena impresión. Para añadirlo a «la ruta».

Wandered the neighborhood a bit and came into Tupperware –gotta love the name — what I did love was the quirky, retro-​fun nature of the place, the reasonably priced drinks, friendly bartender, music, and HOLY Batman, Batman cartoons! If I was still in Madrid I’d go back in a heartbeat.

This place has a really great vibe… cool lighting and décor! It was crowded when I went but not too crowded. It also has a large upstairs with lots of seating. The bar was easy to get to and you didnt have to crawl over people and the drinks were also reasonably priced even for cocktails! Really enjoyed this bar and plan on returning for sure.

I can dig it. It’s a retro-​inspired locale that can feel a bit forced, but all in all a pretty solid choice for a night out in Malasaña. Copas are reasonable at 5 € each, and they’re not too stingy with their alcohol portions either. We stayed downstairs for quite a while before someone suggested we go upstairs. Thank goodness we did! Much easier to hear each other up there. Also, there was a birthday party when we were there and so some people were dressed up in wacky, wacky costumes that seemed to just add to the appeal of the bar. In fact, wacky is a pretty darn good word to describe the place. Even the name is a little odd but it fits. Beware, no wifi. It’s in plena Malasaña, so next time you’re having a hipster-​y night out, try your luck at Tupperware.

Tengo una confesión horrible que hacer y sé que no os va a gustar nada: a mí ya no me gusta nada salir de esta forma. Ir tarde a un local abarrotado de gente a pagar un dineral por bebida de calidad poco óptima solo porque es lo que venimos haciendo toda la vida… Qué queréis que os diga, lo de hacer las cosas sin pensar no va conmigo.
El Tupper nunca ha sido uno de mis locales favoritos, sencillamente porque la música que suelen pinchar no es de mi particular agrado (lo mío son los 80’s más horteras), pero entiendo que este no es motivo suficiente para decir algo malo porque vivimos en un Estado de Derecho (cough cough) y ha de haber de todo en la viña del Señor. Sin embargo, tengo poco aprecio por los locales abarrotados en los que para sentarte tienes que esperar horas, solo para descubrir que no puedes hablar con tu gente porque la música está demasiado alta. Y sí, se aprecia que los precios sean más baratos antes de determinada hora, pero siguen siendo demasiado caros; no, de verdad, un zumo de 20 cl hecho a base de concentrado de pulpa y un 50% de azúcar no vale eso ni siquiera echando cuentas de todo el trabajo humano intermedio. Cada vez me resulta más insultante pagar ciertos precios.
Por otra parte, estoy un poco cansado de los locales que llevan décadas sin reinventarse, limitándose a vivir de la herencia de tiempos remotos; sé de lo que hablo, he «trabajado» durante años en uno que era así, y así pasó y así nos fue. En un tiempo en el que la inmediatez de la información nos abruma, estos locales estáticos suenan a una radio cascada de hace mucho tiempo que solo se siguen llenando porque nuestro carácter latino nos impele a seguir la tradición y la «fiesta». Por desgracia, a mí me impelió a irme rápidamente a mi casa, donde no hay agobios y los precios por productos de baja calidad no son tan altos.
Y hasta aquí mi gruñido de hoy.

Genial, simplemente genial, por fuera parece un bar más, pero entras y parece que lo han sacado de un delirio de abstinencia de Transpotting. Yo personalmente me he enterado de la mitad de las conversaciones, porque siempre estoy mirando las paredes: D

Una de las catedrales de Malasaña!
No has estado en «La Movida» si nunca has pisado el Tupper! Con una decoración única, seguro que te pasas unos minutos (copa en mano), intentando identificar a cada uno de los personajes que aparecen en el muro pintado del pub. Música de ahora y de siempre, que te hará saltar y cantar hasta dejarte la garganta en ello.
Pero lo mejor sin duda es sus gentes, ya que por un momento te sumerges en una charca, donde te encontrarás gente de todos los tipos y de todos lugares, siendo tu el raro!
Amo el tupper… porque no le pongo 5 Estrellas?.. es mi batalla personal contra el garrafón, que aquí por supuesto hará que tu testa sufra la mañana siguiente!

El Tupper es uno de los sitios más clásicos de las noches indies malasañeras. Sin llegar a encantarme del todo, es un lugar en el que me encuentro cómodo y donde la música no está mal, aunque se echan de menos más temas en castellano. La bebida y los precios, la misma mie*** que en la mayoría de los sitios del barrio.

I’m a big fan of Tupperware. I have been here twice now and have enjoyed the experience a lot.
There are two floors in Tupperware. The bottom one is completely packed with people and I usually don’t stick around here very long. The upstairs however is much different. It’s very relaxed and there is plenty of seating for groups of people to sit down and chat or play some drinking games.
My only complaint is the music from downstairs doesn’t carry over to upstairs at all.

No pasa desapercibido. Gran decoración exterior muy divertida, con una gran cola de gente esperando para entrar (casi siempre). Tiene dos plantas, pero la verdad es que cuando he ido estaba cerrada la barra de arriba. Solo abierto para subir al baño (que todo sea dicho, con alguna copilla esa escalera de bajada es la muerte). La planta de abajo está decorada en su mayoria por un mural de Mauro Entrialgo. Es una caricatura del local. Todo muy retro, y buen ambiente. Eso sí, de gente hasta reventar. Música más que genial, y el personal es de traca. Junto con la Vía Láctea, otro imprescindible de Malasaña.

He pasado tantas veces por delante del Tupper que pensaba que ya había estado dentro… Cuál fue mi sorpresa cuando fui el sábado pasado y me di cuenta de que… ¡no!, no había estado nunca. x)
He de confesar que me gustó, aunque había mucho moderno, que no dejan de darme algo de repelús. La decoración es muy «vintage», sobre todo en la planta de arriba, destacando el mobiliario y la decoración: todo ultramegasetentero, original cien por cien (nada de «remakes»). Como bien decía mi colega, aquello era como la típica discoteca de pueblo; es decir, algo que en tu pueblo es extrarrancio (aunque en su momento era genial) pero que, lo sacas de ese contexto y lo pones en Madrid (o Barcelona o…), y es la mar de «cool» y chachiguay. Es lo que tiene la moda, que es cíclica.
La música me gustó mucho: una especie de electrónica que no sé catalogar. Los precios, supongo que bien para la zona. Y tuvimos la suerte (eso me dijeron) de poder sentarnos. Eso sí, cuando nos fuimos, la planta de abajo estaba petada… Por cierto, muy curiosa también la decoración de esta planta.
Una experiencia interesante.

El Tupperware o, más comúnmente para cualquier malasañero de pro, «El Tupper» es uno de esos sitios con solera, donde se puede salir en Madrid cualquier día de la semana: ya sea lunes, martes o sábado. Siempre hay gente en este local, da igual la hora y el día de la semana, porque no solo es un local mítico, sino también es uno de los más divertidos de la ciudad.
Que no te engañe, eso sí, su entrada. Pese a que parezca que se trata de otro bar más o menos chiquitito de la Corredera, el Tupper tiene dos plantas. La de abajo tiene una decoración indescriptible, y está llena de dibujos en las paredes que le dan un toque aún más psicodélico al local, como si te hubieras tomado un tripi. Pero imagino que es un poco la idea…
La segunda planta tiene sillones, que como ya se ha comentado por ahí arriba, son verdaderamente peligrosos, porque puedes terminar durmiendo el sueño de los justos en mitad de un local repleto de gente. Pero los efluvios del alcohol y la penumbra del local no ayudan mucho a mantenerte despierto.
Siendo un clásico entre los clásicos del barrio (siempre ha estado allí), merece la pena pasarse y echarse unos buenos bailes. Eso sí, su fama le precede, así que ten cuidado, porque a veces está tan lleno que es posible que te quedes en la puerta.

Aquí lo que impera es la psicodelia… paredes llenas de dibujos que recuerdan a los comics, con caras muy coloridas, sonrientes y tristes… parece que te están mirando. La última vez que estuve tenían una película sesentera en su gran pantalla que está frente a la barra.
Si te acercas a la barra a pedir una copa, te sorprenderá la decoración que allí encuentres, hay una especie de televisores transparentes con cosas dentro.
Algunos domingo tienen mercadillo, por ejemplo en el últimoo que hubo vendieron discos traídos de USA, ropa, chapas y objetos.
Ahh… y te ponen copazos, así que no bebas muy rápido.

Psicodelia en las paredes y flequillos en las cabezas. Música popera a todo trapo que, sin ser mi preferida, al menos escapa de la basurilla comercial de las radios. Recomiendo tomar tercios allí (las copas nunca me supieron bien) y no subirse a los sofás de arriba, porque te atrapan y por muchas ganas de juerga que tuvieras acabas medio dormido (o dormido entero y hay más de un caso documentado).
El ambiente mola, suele ser de gente moderna y comunicativa que incita a la charla y al intercambio de ideas.
Si vas tarde, estará hasta los topes.

Si al pasar por la puerta no te fijas en él…estás ciego. La decoración de su fachada es de lo más llamativa, y el local po dentro no se queda atrás, es super curioso, tanto por las paredes como por todo lo que lo adorna, muy setentero, retro. Con mis amigos de la facultad íbamos muchísimo, y siempre está lleno, a veces hasta es agobiante. Pero a última hora suele estar muy muy bien, si quieres terminar la noche allçí, porque la gente se empieza a ir a otros sitios que cierren tarde, y se queda un ambiente mucho más tranquilo.
La música pues… malasañera: pop, pop-​rock, etc. no demasiado comercial, no esperes conocer todas las canciones, hay bastante música «independiente», pero sí que conocerás más que en otros sitios de la zona, a mí es uno de los que más me gustan.

El templo de la chavalería melómana veinteañera: música rock, punk, pop-​rock, brit-​pop, new-​wave, grunge, psicodelia… todo dentro del Tupper, sírvase bien frío o calentico del microondas.
También tiene dos plantas: la de arriba, con un techo muy bajo, es una buhardilla oscura, donde si encuentras sitio puedes pasarte horas y horas sentado tranquilamente escuchando el musiqueo.
Yo he estado un par de veces: una de ellas, era jueves para ser exactos, me encontré al bueno de Fran Perea con tres amigas, dándolo todo. Supongo que Malasaña tiene estas cosas, y éste es uno de los clásicos… impracticable los fines de semana.

Es un pub que ya desde la entrada te atrae por el colorido de la fachada, tiene dos plantas en las que puedes tomar una copa tranquilamente y también bailar, entre semana se está bastante tranquilo pero el fin de semana está bastante concurrido.
En la planta de arriba tienes sofás en los que te puedes sentar para charlar mientras te tomas una copita con buena música independiente de fondo. La decoración es muy chula.

Para mi un clásico donde los haya, pues ya me llevaban los colegas aquí cuando venia desde Sevilla con ganas de pasarlo bien. Y anda que pocas horas abre pasado sentado en los sofas de arriba con buena compañía y entre carcajadas.
Con una decoración muy retro chachi con ramalazos de se me va la olla y pinto mi pared por que quiero y puedo. Los precios son como en todos los locales de la zona. para mi que soy de Sevilla me parecen caros carisimos, pero segun tengo entendido es lo normal. Así que chiton.
Déjate llevar por la música y el espíritu de una epoca en la que los tupperwares eran lo mas de lo mas y representaban el futuro.

Buena música, buenas camareras, aceptable ambiente, pero mucho humo y todos apiñaditos. Aún así estuve un buen rato y me lo pasé bien. Que a eso de estar aplastaito ya me acostumbré en algunos bares de Bilbao. Volveré.

Muy buen sitio, el mayor porblema es la cantidad de gente que hay lso fines de semana, un tanto agobiante.
En cuanto a muscia bastante aceptable.

Even though the name might sound misleading, this is probably the hippest and coolest place in Malasaña. It’s run by three sisters and their kid brother, who often DJ’s, the drinks are always on the cheaper side and the crowd is mixed, though you can find lots of old-​timers here and many younger people with a knack for the non-​fancy and the different. Do pay attention to the great memorabilia around the walls and the dressed-​up Killer Barbie dolls behind the bar. A large colourful mural on one of the walls by the acclaimed comic writer Mauro Entralgo brings back memories of the old regulars, and there’s a top floor that opens on weekends, and which is also available for private parties at any other time. The music is usually punk rock. A great choice!

Un buen local si sales por Malasaña, con una decoracion muy llamativa como rasgo mas destacable.
Luego, pues como todos, hay veces que está tan cargado y con tanta gente que ni importa la decoracion, ni las camareras ni nada
Musica indie/​pop, al menos cuando yo estuve mas de los 80.
Las copas caras, pero bueno, en la linea de otros similares.

Situado en la zona de Tribunal y de visita obligada. Para mi gusto es el mejor local de la zona. El nombre le viene que ni pintado para lo que podemos encontrar dentro.
Posee una decoracion muy moderna y kitsch que dicen ahora, es decir extravagante. Es un lugar muy bonito.
En el local se podra escuchar un gran abanico de oferta musical, es decir, desde pop en todas sus variantes sin rozar la oferta comercial y sin calidad, a las alternativas indies del momento, esos Vetusta Morla .
No hay excusa para no ir cuando sea puesto que se encuentra abierto toda la semana.
Me gustaria recordar que se encuentra un poco en esquina y tal vez sea facil perderlo de vista, aunque no es para nada dificil llegar a el.
Lo mejor: el mejor de malasaña
Lo peor: esas copas.

Corredera Alta de San Pablo, 26, Madrid, 28 004
Horario: L-​D 21 a 3
Metro: L1. L10 Tribunal
Es un pub de esos en los que entras por primera vez y te tiras toda la noche mirando los detalles de su decoración, realmente original
Pinchan música indie desde los 70s hasta ahora. Las copas son de buena calidad