Mi padre es un enamorado del vino. A mí me gusta mucho, pero no soy nada entendido. Como quería completar, de alguna manera, su regalo de Reyes con un buen caldo, estuve buscando durante un buen rato en Unilocal alguna vinoteca a la que acercarme para que me hiciesen una recomendación a buen precio, ya que yo soy eminentemente torpe. Terminé encontrando Emele, que me pillaba de paso a otro sitio al que tenía que ir ese mismo día y allí que me planté. Para mi sorpresa, en la entrada del establecimiento tenían ya puestas unas cuantas sugerencias para Reyes, por lo que les eché un vistazo rápido. Pero desafortunadamente, no soy yo un gran entendido en vinos, y sabiendo que mi padre probablemente lo abrirá mientras estemos todos alrededor, me decidí a comprar algo que yo supiera que también me iba a gustar. Así que pedí un tinto que fuese suave y que no fuese nada ácido, que es lo que a mí menos me gusta de los tintos. Tanto el dependiente como la dueña, me estuvieron preguntando más datos sobre la persona a la que le iba a regalar, y sobre todo cuál era mi presupuesto. Terminamos hablando un poco de todo tipo de vinos, y recordé que hacía poco había probado en casa de mis padres un vino, de nombre Vínqulo, que a mí me había gustado y a ellos también. Dicho y hecho, se fueron directos a una botella, que además era bastante atractiva. Todavía no lo hemos probado, pero tiene muy buena pinta, así que espero que la próxima vez que vaya a comer con ellos, sea esa la botella que abramos.
Andrea H.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Uno de mis momentos sagrados consiste en sentarme en mi butaca de lectura con un buen libro y un vasito de vino. Me gusta el tinto, el espumoso, el blanco… cada uno tiene su momento preciado y su sabor acompaña mil y un recuerdos míos. Emele es una vinoteca ideal y ha abierto hace relativamente poco. Acabé allí atraída por una de sus degustaciones, un Quixote Cabernet Sauvignon Syrah del 2005. Armoniosa explosión de sabores, después de tragar se te quedaba un gusto exquisito. Curioseando por la tienda encontré vinos y botellas de todo tipo, unas conocidas por mí y otras totalmente desconocidas y novedosas. Decidí llevarme una botella del Quixote que prové y un Protos para mi madre. El precio muy bueno, que supongo también será debido a su reciente apertura. La tienda está perfectamente cuidada y es muy cool. Está todo expuesto de manera muy casual pero estudiada. El encargado, agradecido con los que por allí parábamos, nos habló sobre la apertura del local y los productos que irían trayendo. Fue un encanto y muy servicial. Recomendable 100% para sorprender en alguna comida con algún vinito novedoso.