Fuimos a tomar unas cañas y la verdad es que me ha sorprendido muy gratamente. No he ido a ninguno de los locales de esta cadena todavía y, desde luego, me lo anoto para la próxima que quiera tapear algo del sur. Prácticamente toda la carta está repleta de sabores gaditanos, que si atún de barbate, mojama de cádiz, queso de payoyo, etc, y está todo espectacular. Desde que entras en el local, ya te da la sensación de entrar en un mundo a parte, toda la decoración es de madera clásica, cuidada, pintada en blanco y con lámparas decoradas con botellas verdes que dan un toque suave e íntimo al local, también tienen otras lámparas de hierro forjado que dan un toque más cálido que hace que te apetezca quedarte horas y horas de charla. Hay zonas de sillas altas y mesas para sentarse de «a cuatro», nosotros escogimos las sillas altas al no haber sitio en barra(qué le voy a hacer, soy muy de barra, me gusta ver el trasiego y movimiento de los camareros, jeje). Merece la pena bajar al baño, ya que la decoración es muy sencilla y romántica y son espaciosos. Fallo, para mi gusto, el tener que bajar dos tramos de escaleras, me hizo pensar en que si vas con una persona mayor, niños o una persona con silla de ruedas o movilidad reducida, es imposible el acceso. Al lío con las tapas, aunque te ponen tempura de espárragos y algo de jamón para picar con las bebidas(de cerveza tienen cruzcampo y amstel pero tienen varios vinos distintos, un detalle delicioso, ha sido ver que tienen vinos andaluces), nosotros a las dos cervezas nos pusimos a mirar la carta al ver la mojama de una mesa de al lado y el jamón o el lomo ibérico. Acabamos pidiéndonos una ración de queso de payoyo y una ensaladilla con gambas. No estaban mal, especialmente el queso, un acierto aunque no pega ni con cola con la cruzcampo, pero desde luego el sabor es rico y el detalle de que te lo corten en tiras me ha gustado, lo disfrutas mucho más y lo vas tomando poco a poco. La ensaladilla estaba buena, aunque para mi gusto quizás demasiado espesa y las gambas de 8. Me he quedado con ganas de probar alguna especialidad como la burguer(¡cómo no!) de rabo de toro o la mojama. Es una buena opción cuando te apetece tapear algo distinto y a buen precio, 2 dobles y tres cañas, más las dos raciones, fueron 23 €.