Planeando una escapadita de última hora a la playa, se nos ocurrió que buscar alojamiento en un pueblo cercano podía ser más divertido, así que buscando, buscando, dimos con un hostal en el centro de Mijas Pueblo. La verdad es que cuando llegamos nos quedamos boquiabiertos. El sitio era encantador, la chica de la recepción era superatenta y cuando entramos en aquella habitación ENORRRRME, nos quedamos patidifusos ¡Qué pasada! Todo muy bien cuidado y moderno, pero con el encanto de un hostal de pueblo. Por 60 euros la noche: dos camas grandes, un amplio sofá cama, televisión plana, minibar, cuarto de baño con dos lavabos y dos espejos, mesita con un par de sillas y miniterracita con unas vistas espectaculares. Algo que nos llamó la atención especialmente fue su maquina para hacer auto checking y su curioso libro de firmas, repleto de comentarios de japoneses, chinos, rusos, americanos, británicos,… y hasta españoles ;-). En definitiva, un sitio precioso para alojarse y disfrutar del encantador pueblo de Mijas y sus simpáticos burro taxis. Expectativas superadas, pero con creces. ¡Estoy deseando volver!