Ya hace tiempo que no voy, pero he ido bastantes veces a este sitio con mi familia y tengo muy buen recuerdo en varias ocasiones. La calidad de la comida es buena, aunque también se paga. No es un restaurante prohibitivo pero sí es un poco más caro que la media. Sus especialidades son los pescados de la ría y carnes de tenera y buey. El servicio es muy bueno y personalizado y el local cuenta con una cristalera con vistas a un riachuelo cercano al río. Merece la pena una visita.