Las Brochas

Los bares de tapas en los pueblos y barrios de periferia son lo que son: Tienes garantizado cero pulcritud, cero elegancia, cero complementos y cero muchas otras cosas que sí tienes en locales que muchas veces aparentan ser lo que ni de lejos son.
Pero sin embargo, tienes muchos alicientes que me hacen ser asiduo a estos bares, y sobre todo, sus terrazas.
Primero: la sorpresa. Nunca sabes qué te vas a encontrar. Jamás comerás dos raciones de bravas o dos pinchos de tortilla iguales en diferentes locales. O jamás te puedes imaginar lo que te pondrán de tapa con tu ronda de cervezas (o si te pondrán algo, de hecho).
Segundo: El acto social de la terraza del bar de barrio, que en sí, es todo es un acontecimiento.
Tercero: La relajación y tranquilidad que tienes siempre tomando unas cañas en tu barrio tranquilamente.
Cuarto: esa satisfacción instintiva de comer las cosas fritas, grasientas y pesadas que abundan en estos sitios.
Las Brochas en concreto, es un local que se lleva un aprobado alto en todos estos aspectos.
El plato estrella de este bar es, como su propio nombre indica, las brochas. Y no digo brochetas, digo brochas, porque son GIGANTES. Tu camarera aparecerá en tu mesa con una brocha de unos 40cms, colgando de un gancho y con una guarnición de patatas debajo. Puedes elegir entre brochas de carne, pollo o gambas y están siempre muy bien hechas. Con una brocha y las patatas, pueden cenar 2 personas.
Además, las tapas que traen con las rondas de de cervezas o vinos que os toméis suelen ser bastante generosas y ricas. Están especializados sobre todo en fritura de pescado, calamares, rabas y demás productos del mar…
Lo malo, el servicio a veces es lentíííííísimo, ya puedes ir cargado de paciencia y sin prisas porque las camareras tienen bastante tendencia al despiste, el olvido y el desastre, una lástima, la verdad.