Vine a esta nueva ubicación atraído por el fantástico sabor de boca que me ha dejado cada visita al otro establecimiento, el más pequeño, que está ubicado en plaza Santo Domingo. He encontrado el mismo y fantástico repertorio de cafés y dulces, en un ambiente muy diáfano y cómodo; es de agradecer que contando con espacio de sobra hayan optado por la comodidad del clientes en lugar de saturarlo todo de mesas. Además este establecimiento cuenta con una terraza semicubierta, ideal para una ciudad como Murcia donde nos empeñamos en estar fuera aunque haga frío. La parte negativa de la visita la puso el personal. Hasta que nos dijeron el importe de la consumición ni uno ni otra dijeron palabra alguna ni esbozaron nada que pudiera asemejarse a una sonrisa. Una diferencia SUSTANCIAL con el establecimiento de Santo Domingo donde la amabilidad del personal es un ingrediente más del café que te tomas. Daban la sensación de que más que empleados, estaban allí condenados.