Fuimos a ver el salto de la novia y al terminar la excursión rondamos la plaza del pueblo a ver si nos daban de comer. La plaza tiene un bar, una cafetería y una heladería, más o menos, así que mucha opción no hay. Pensé que igual debí ir al bar que había justo donde empezaba el recorrido pero claro, suelo evitar ir al punto-atrapa-turistas si es posible. Esta opción no era nada maravillosa ni del otro mundo, un bar de la zona con pizzas y bocadillos. Nos recomendaron las pizzas de ahí que dicen que las hacen muy buenas aunque llegué a pedirla. Las tapas no estaban mal y el bocadillo no pude terminármelo, era de los grandes y estaba bueno así que lo guardé para más tarde. En cuanto a postre, poca oferta, supongo que es para dar trabajo a los de la heladería también porque nos dijo que podíamos comprarlo en la heladería y sentarnos de nuevo en nuestra mesa si queríamos. Todo muy familiar. Comimos en la terraza aunque el sol nos duró poco y creo que pasó a la zona de la cafetería. No lo pensé a tiempo. Iba con mi perra y otra gente también llevaba a sus perros. Yo llevaba bebedero así que los perros de los alrededores venían a visitarnos de vez en cuando. No me importa pero igual si el bar ofreciese algún cuenco con agua a quienes van con perro sería un gesto bonito. Además la plaza tiene en su centro una de esas fuentes típicas para beber, con lo que es fácil de rellenar por el propio dueño una vez tienes un recipiente.