Librería Cervantes

Entramos en esta librería por casualidad, porque queríamos visitar la iglesia de San Juan el Real pero había un coche fúnebre en la puerta y no queríamos entrar durante el funeral, así que Cervantes se nos apareció como la mejor opción, porque además estaba medio lloviendo.
Nada más entrar hubo una sección que nos llamó la atención por su nombre: «bellos libros». Y no podía estar mejor nombrada. Se trataba de una colección de ediciones especiales y bonitas de libros de las que te llevarías todos los ejemplares a casa. Para no salir más cargados nos tuvimos que conformar con un Salomé de Oscar Wilde con las ilustraciones de Beardsley y un poeta en Nueva York precioso. Además tenían un libro que llevábamos tiempo buscando. Por si fuera poco nos trataron fenomenal.
¡En cuanto que vuelva a Oviedo me paso a ver qué bellos lobros tienen!