Pertenece al grupo de ‘Les Quinze nits’, es una antigua casa de pescadores reconvertida en restaurante. Sitio muy tranquilo, pequeño e intimo(apenas caben 20 personas), por lo que es casi obligatorio reservar. Ideal para cenas romanticas de pareja, ofrece una carta de primeros basada casi exclusivamente en las ensaladas, donde para mi gusto destaca la de tosta con queso de cabra, una delicia para los amantes del queso. Los segundos son centrados en las carnes, todas ellas con un toque exotico-oriental(al curry, con fideos thailandeses, etc). En los postres el rey de la carta es el Chocolatissimo perdición para los amantes del dulce, biscuit de chocolate relleno de chocolate negro y cubierto de chocolate fundido. El resto de postres apenas los he visto pedir nunca. Tiene menu diario de unos 8 € y por la noche sale a unos 25 € por cabeza.