Simpatía y rapidez son los calificativos que le pondría para calificar este bar de polígono. Además como la mayoría de los clientes son asiduos de diario, son los trabajadores del polígono, se crea un ambiente muy familiar. En la barra te encontraras a un chico que siempre te recibirá con una sonrisa, dicen que nunca tiene un día malo. Si te sientas en la terraza, con solecito y todo, te atenderá una de las camareras. Aquí la rapidez y la simpatía puede variar dependiendo de la camarera que te toque, si que tienen días malos. Respecto a los precios son económicos: medio bocadillo, bebida y café 4,30. Un detalle muy positivo es que aunque te pidas solo una bebida siempre te ponen unos cacaos y olivas con guindillas. Y por ultimo añadir que justo al lado y del mismo dueño que el bar hay unas pistas de paddle. Así que si quedas con los amigos solo con salir por la puerta ya tienes el bar delante de ti mismo.