El Urogallo

Cuando hay algo que celebrar en el trabajo, la empresa nos invita a comer a este restaurante. Siempre que hemos ido ha sido en viernes y siempre ha estado de bote en bote, algo que no es de extrañar porque tienen mucha fama, y merecida, ya que se come muuuy bien.
Se trata de un restaurante de comida tradicional española con un toque moderno, pero no por ello las raciones son pequeñas; todo lo contrario: son bien generosas (igual que los platos, tan grandes que pueden llegar a ser incómodos). La materia prima es muy buena y fresca y la variedad de la carta no deja indiferente.
La mayoría de las veces hemos comido de menú, que cuesta 17,50 €, y la comida bien merece cada céntimo pagado. Dicho menú consta de bebida, primero, segundo y postre o café (y pan, claro, también muy rico). La última vez que fuimos yo tomé empanadillas de carne caseras y pluma de ibérico con salsa de albaricoque: exquisito, esto segundo, y acompañado de ricas patatas fritas caseras de verdad. Babeo solo de pensarlo. También probé unas sorprendentes lentejas marineras con sepia y gambas. El postre lo sacrifiqué por el café, porque ninguno del menú me entusiasmaba, pero probé el tiramisú de mis compañeras y, pese a que no es de mis postres favoritos, estaba muy bueno, con el toque justo de café.
Y además de comerse de maravilla, el trato es impecable y el restaurante consta de varios ambientes entre los que elegir: salón no muy grande dentro, con barra y con bodega vista; terraza de pie en el soportal de la entrada; terraza con mesas al aire libre; y amplísima carpa exterior muy bien acondicionada, que yo diría que es la estrella de la casa.
En definitiva, ya sea para unas raciones o para comer de carta o menú en una ocasión especial, El Urogallo merece mucho la pena; y, si este te pilla lejos, no te preocupes que hay un par más en la capital. Eso sí… ¡reserva!

Restaurante al que suelo acudir con mi familia. Buen ambiente, distendido y agradable. Posee distintos ambientes. Una zona de barra amplia con un pequeño apartado donde tienen una gran pantalla donde se pueden ver partidos. En esta zona encontramos una terraza para tomar el aperitivo. En el interior tienen unas pequeñas salas. El espacio rey del local es una gran terraza que en invierno cubren con una carpa donde se pueden reservar todo tipo de mesas. La comida es de buena calidad. Grandes raciones para compartir. Recomendado para cenas en grupo, de amigos, familiares o con niños. No recomendable para cenas románticas por el elevado ruido que se genera. Muy buena relación calidad– precio. Gran aparcamiento en las inmediaciones.

Raciones y platos abundantes. Comida de primera calidad y trato muy cercano. Para mi de los mejores restaurantes de Madrid por todo en general. Para disfrutar tanto de una cena en pareja como de una reunión familiar o de amigos.