Desde hace un par de años de su apertura, es mi lugar habitual para tomar un rico café mientras decido qué pasteles llevarles a mis abuelos. Abren muy temprano y es una manera de no tener que saludar a mucha gente, a diferencia de otras cafeterías de la zona. No sólo por la amabilidad de sus trabajadoras, sino por los detalles que siempre tienen con la clientela y como no, sus pasteles y empanadas/pastelones. Unos precios muy buenos y son de los que pocos lugares que hacen brioche, además suelen ponerte un trozo gratis con el café. Ubicados frente al convento de las monjas(también con obrador y que no cotizan a Hacienda –con La Iglesia hemos topado-) se está convirtiendo en un referente de la repostería en Ribadeo.