Lo que más me gustó de este pequeño restaurante fue su localización: junto a una ermita que mira a un acantilado donde poder ver unos atardeceres de escándalo. Sus dueños, muy sabiamente, han pensado el comedor con una amplia cristalera desde la que ver el mar entre pinos y esto contribuye notablemente a que tu almuerzo o cena sea aún mucho mejor. La cocina tampoco desmerece: me encantaron las croquetas de centollo y la merluza que pedí, dispuesta con primor en el plato y decorada con lo que en un principio creí eran algas pero que, al olfato, resultaron ser filigranas de judías verdes. El postre, bizcocho con chocolate y frambuesa, nos vino que ni pintado y el precio final nos pareció ajustado. Pude ver clientes habituales que llamaban a los camareros por su nombre. También eché un ojo a la carta de vinos, que no estaba mal y, después del festín, volví más contenta que unas castañuelas por haber pasado tan buen rato en un sitio verdaderamente hermoso.
Monty L.
Rating des Ortes: 5 Madrid
El local, con mucho encanto, está situado en un maravilloso paraje, muy cerca de Comillas y San Vicente de la Barquera, junto a una ermita del siglo XIX. Carta sencilla pero resultona con buenos productos de la zona, el servicio profesional y efectivo. Sorprendente panceta glaseada, grosella y judía verde, Croquetas de centollo sencillamente magnificas, estupenda Cebolla rellena de Lechazo de Mayorga, riquísimas las Rabas con compota de limón, deliciosa Ensaladilla rusa con Carabineros, una espectacular Barrita de Chocolate blanco y negro con salsa de Toffee y Crumble, buenísimo el Arroz con leche al Moscovado.
Oscar D.
Rating des Ortes: 5 Puente San Miguel, Cantabria
Impresionante, la cocina, la bebida, el trato, sólo con las vistas ya has comido los entrantes, el mejor restaurante de la zona, se notan las ganas y el saber del equipo joven y preparado que lo regenta. Con un precio muy competitivo.