Talleres Salvador Opel

Para que engañarnos, ir a un taller mecánico, duele y mucho. Yo estoy seguro que es algo que nadie haría voluntariamente, sólo es comparable con ir al dentista porque si. Sabes que seguramente van a encontrar algo y que no será barato. Pero vas por que una vocecilla en tu interior te empuja a hacerlo.
Malditos Pepitos grillos!
Pues bien, asumiendo esto, he venido a mi concesionario de Opel habitual, para una revisión pre vacaciones, ya que yo soy muy de hacer rutas por carretera e ir descubriendo lugares que de otra forma pasarías de largo.
Lo bueno de este taller es que en dos años que llevo viniendo por aquí, jamás me han dado un presupuesto y luego «encontrado» cosas raras que encarezcan la factura. Siempre han cumplido en plazo y presupuesto y eso teniendo en cuenta que como he dicho anteriormente es un taller y si pudiese evitarlo no vendría.
Pero, lo dicho, precios en la media del mercado, recambios originales y todo muuuuy explicadito para los que como yo, sólo sabemos que un coche tiene cuatro ruedas y poco más.
Lo único negativo es que tienen una sala de espera sacada de la primera edición del Cuéntame, ya que parece anclada en el tiempo y teniendo en cuenta de que el taller está en una salida del pueblo, y no queda nada cerca, lo normal es quedarse a esperar y claro, si no te traes un libro estás vendido.