La terraza del«Mesón Es Verro» ya me había llamado la atención en otras ocasiones. Alrededor de la Iglesia de San Antonio sigue habiendo unas casas tradicionales, bajas y blancas que forman uno de los pocos rincones que todavía deja recordar el encanto que puede haber tenido el pueblo hace tiempo. Y justo detrás de la pared de piedra de la iglesia se agrupan las mesas de Es Verro en la acera. Que la calle tenga tráfico no molesta mucho.(Peor lo tienen las terrazas de Madrid). El restaurante también tiene unas salas interiores, pero se ve claramente que son para emergencias o la temporada baja. En verano ni había mesas puestas dentro. Por fin tuve la ocasión de catar la carta de Es Verro como invitado de un bautizo. La cercanía del templo lo convierte en un lugar idóneo para celebraciones y la mesa que nos montaron estaba arriba en los escalones, dándole más protagonismo. Se celebró en plan tapeo lo cual me dio la posibilidad de probar diferentes platos y la verdad es que cocina estaba muy bien: Pollo tailandés, costillas bbq, croquetas, ensalada caliente con queso de cabra, burrata, gratin de patatas, musaka(algo salado), jamón(criticado por un comensal), y pimientos del padrón iban llegando sucesivamente. En algún momento de la cena los camareros parecían un poco agobiados por la cantidad de trabajo porque la espera para el postre se nos hizo bastante larga. No puedo comentar acerca de los dulces ya que habíamos traído nuestra propia tarta de bautizo, pero volveré encantado otro día para probarlo.