Qué voy a decir del pueblo donde he crecido… ¡solo cosas buenas! Este municipio se encuentra en el Vallés Occidental, justo detrás de Collserola y del Tibidabo si miras desde Barcelona. Fuimos a vivir con mis padres cuando yo tendría poco más de 3 años. Mi padre compró una casita y se montó el despacho allí cuando Sant Cugat todavía era solamente un pequeño pueblecito con muchas calles sin asfaltar, sin cines, sin biblioteca… y muy diferente a lo que es hoy en día. Muchos familiares y amigos le decían a mi padre que estaba«loco» por irse de Barcelona a vivir a ese«pueblucho», pero mi padre se enamoró de Sant Cugat desde el primer momento y confió en su instinto. Hoy en día Sant Cugat es uno de los pueblos con una calidad de vida mayor, muy verde, lleno de parques y zonas ajardinadas así como muchísimas áreas residenciales cuidadas y bonitas, está muy bien comunicado(en un momento estás en Barcelona, Sabadell, Terrassa, etc. tanto por autopista como en tren o bus). Cuenta con colegios, multitud de tiendas y restaurantes, dos mercados, centros deportivos(como el CAR, «Centre d’Alt Rendiment» donde han entrenado algunas de las grandes figuras del deporte español), una de las sedes de televisión española(TV2), centros de negocios, un centro comercial, estación de ferrocarril, de Renfe, un golf precioso, etc. etc. etc. Me encanta cuando visito a mis padres los domingos y encuentro mercadillo en la Rambla del Celler, o fiesta con conciertos en la Plaza del ayuntamiento viejo. Sant Cugat es un pueblo con mucha vida. Además, creo que es el municipio con más niños por metro cuadrado(y no es de extrañar, creo que es uno de los mejores lugares donde formar una familia). Es un sitio más tranquilo que Barcelona, pero a la vez con mucha vida, y donde es más fácil estar en contacto con la naturaleza(hay clubs de tenis, hípicas, gente patinando por la calle, ciclistas…) y los edificios son más bajos que en cualquier ciudad por lo que siempre ves ese cielo azul que tanto enamora. La zona del centro es preciosa, empezando por el majestuoso y mítico Monasterio, su amplia plaza, las calles principales y peatonales como el carrer Santiago Rossinyol o el carrer Santa Maria, siempre llenas de gente paseando y yendo a comprar. La zona de los cines es de las más concurridas también, llena de bares y terrazas, con el Auditori en frente, la biblioteca, el mercado nuevo… Las fiestas mayores de Sant Cugat son un momento especial del año, una cita que intento no perderme nunca pues es momento de encuentros con personas que igual solo ves esos días del año: fuegos artificiales, barracas donde alcoholizarse y pasar noches de locura(sobretodo los adolescentes, a mi ya se me ha pasado el arroz jeje), conciertos, concursos de cocina en la calle durante el día, y muchas, muchas actividades más donde se involucra«la gent del poble». Ahora ha crecido mucho y es algo que me da un poco de penica… molaba cuando con 18 años cogía el coche y aparcaba delante del bar donde estuviesen mis amigos, siempre había sitio. Apenas hacías cola en las horas puntas y te conocías las caras con casi todo el mundo. Hoy en día, aunque mantiene su esencia, esto ya no puede decirse que sea así. Y el otro pero… los precios. Vivir en Sant Cugat es caro, y los precios de los pisos son muchas veces inaccesibles a la mayoría. Pero vamos, que si el bolsillo lo permite Sant Cugat es de lo mejorcito que hay; yo cuando voy se me inflan los pulmones y el corazón de buena energía. ¡Larga vida a San Cucufate!