Sabiendo que en Santander hay más mexicanos en proporción con lo que encuentro por Madrid(o que al menos son más fáciles de encontrar), pedí a mi tío, que es de aquí, que me recomendase el mejor. Me señaló este lugar con un, cito textualmente: «La comida es la mejor y el menú está muy bien, ahora sí, el tío es un personajo…» Y razón tenía, oye. El hombrecillo muy amable pero raruno nos guió hasta nuestra mesa y nos trajo los menús: no os comáis la cabeza, coged un menú de gustación para 2 personas. Son 15 euros con bebida y postre y así probáis un poquito de todo. Lo que me fascina de este sitio es, por un lado, que TODO es casero. Como el dueño nos dijo«aquí no existe la palabra bote». Así que mientras esperábamos la comida pudimos catar, cortesía de la casa, unos deliciosos nachos CASEROS(es la primera vez en mi vida que veo un sitio que los hace) con guacamole CASERO. Ahí ya me habían conquistado pero es que las salsas también están hechas allí! Si hay algo aun más alucinante es que se adaptan a ti completamente. Estuvimos un buen rato hablando con él sobre lo que nos gustaba y lo que no(«os gusta todo: el tomate, la cebolla???» «Queréis las quesadillas de jalapeño, de champiñón, de carne???») Así que el menú estaba completamente adaptado a nuestros gustos. Vaya lujazo! Todo estaba estupendo, y yo me puse de picante como una pepa. La mujer de la cocina miraba desde arriba para ir calculando cuándo sacar el siguiente plato, y es que en este sitio eres la estrella del lugar y se nota. Cuando creí que no iba poder aguantar más la emoción vienen los postres: mamma mía, el postre de la casa y la crèpe de dulce de leche! He probado buenos mexicanos, pero nunca había estado en un sitio como este. 5 estrellas de ley.