Hotel de 3 estrellas en pleno centro de Santiago. Ubicado en zona peatonal. Muy tranquilo, y con buena atención por parte de los empleados. Desayuno suficiente, camas grandes, baños con ducha(sin bañera es lo que me ofrecieron a mi). La hubiera preferido. Por otro lado habitación no muy grande, sin servicio de habitaciones para cenar. La mesa de trabajo un poco incómoda. Pero las habitaciones con chimenea(tapada) pero que le daba al hotel un aspecto muy bonito. El hotel está nuevo, no me cobraron las llamadas externas ni la botella de agua del minibar. Buen wifi, pero no hay cobertura dentro de la habitación, quizás hasta mejor! Volveré.