Resas

Resas es un restaurante que cuida su apariencia pero no tanto sus platos. Sin ir más lejos el menú del día de esta semana incluía una ensalada griega elaborada con queso fresco en vez de queso feta y cuatro trozos de tomate.
El menú cuesta 11,90 en una ciudad como Santiago con un buen número de restaurantes con buenos precios, si quiere ser un restaurante competitivo no debe ratear la cantidad en una ensalada.
La hamburguesa del segundo plato estaba bien elaborada pero los ingredientes le daban un sabor ordinario al plato: carne rebozada o salsa alioli.
Por otro lado el tataki maguro es una pena pues el trozo de atún se presenta sellado lo que malogrado un poco el sabor de la pieza.
Sin embargo, el restaurante es muy agradable, buen servicio y tarjeta de fidelización. Al mismo tiempo la carta es osada y cuando pides un albariño te sirven Troupe, un vino muy cuidado.
La posibilidad de disfrutar de buffet desayuno por 5 euros es una gran idea.
El restaurante tiene sus cosas buenas y malas. La idea es buena falla la ejecución en algún caso. En todo caso, opción recomendada.

Resas son muchos restaurantes en uno. La carta es maravillosa, tanto para picar como para comer de plato. Algunos días de la semana tienen noche de hamburguesa, otros días tienen menús especiales por 11 – 12 €, los sábados tienen sesion vermú con Bigote Mix y, además, aceptan reservas de local entero, si quieres celebrar alguna reunión allí.
Fui varias veces a comer el menú del día, normalito pero con platos diferentes a los de otros lugares, y pude curiosear la carta. Me quedé con ganas de probar sus platos y decidí ir a comer con unos amigos este fin de semana. Reservamos una mesa grande y nos la prepararon en el comedor de la parte de atrás, muy cómodo a pesar de estar lleno. Para empezar, pedimos varios entrantes: dim sum de zamburiñas, tostas, croquetas caseras y maguro marinado. Estaba todo muy rico, correcto, no llama la atención especialmente. Las raciones de picoteo no son muy abundantes por esos precios, pero tampoco son una ridiculez.
De segundo, pedimos hamburguesas Resas, solomillos de cerdo con salsa de queso y tataki maguro. La hamburguesa es enorme, trae ketchup y mostaza, y unas patatas fritas que son más adorno que guarnición. El solomillo estaba en su punto y venía acompañado de patatas con cebolla al horno. El tataki de atún estaba rico, pero viene muy marcado, algo que debes tener en cuenta si lo que te gusta es el sabor del atún crudo. Como colofón pedimos tarta de manzana con helado de vainilla, deliciosa.
La relación calidad-​tamaño-​precio es mejor en los segundos platos y en el postre. Éramos nueve, pedimos cinco raciones de picoteo, un plato principal cada uno, tres postres y cuatro cafés… 20 € por cabeza. La experiencia fue buena: la comida muy rica, el ambiente agradable y el servicio muy amable y rápido. Repetiré, seguramente una noche de hamburguesas.

No lleva demasiado tiempo abierto pero me parece un sitio de 10. En plena Zona Vella pero no en una de las partes más transitadas por los turistas.
El local es amplio, decorado como el 90% de los sitios nuevos (maderitas claras y rústicas combinadas con colores pastel) pero con más encanto (su buena dosis de granito).
Los camareros educados y eficientes. Había un dj pinchando una música muy agradable, de esa que no crea más ruido pero que complementa el ambiente.
El menú es bastante peculiar, una especie de batiburrillo de árabe, asiático, mexicano y gallego. Podría ser un despropósito pero tiene pintaza.
Yo comí el menú del día con una amiga. De primero bacalhau a dourada y crema de calabaza con gengibre, de segundo brocheta de merluza y un solomillo de cerdo con queso de Arzúa y patatas de llorar rico. De postre un brownie de verdad (no un bizcocho de chocolate). Pan y bebida por 11.90.
Y como colofón te dan una tarjeta con la que cada 5 menús del día el 6º es gratis.
Espero que les vaya muy bien y yo volver para verlo.