Avelino

El Avelino es un clásico. La mayoría de las veces que piensas «quiero unas tapillas y no dejarme mucho dinero», el Avelino te viene a la cabeza. Y es que a pesar de que no son tapas muy elaboradas ni la calidad es excelente, la relación calidad-​precio sí que es estupenda.
Tiene una terraza que está bien, aunque a veces te preguntas por qué no pondrán más mesas (que además ves que las tienen) ya que siempre está hasta la bola…
Los camareros a veces son algo ineficientes, la verdad que la ultima vez que fui, salí diciendo que era para ponerles una estrella, tardaron siglos en tomarnos nota. Es verdad que las otras veces que he ido no he tenido problemas, por eso no lo he tenido tanto en cuenta.
En cambio, la comida sale bastante rápido. No es una carta extensa pero nunca falla. Las croquetas de cabrales están buenísimas, la pechuga rellena también, es algo así como la tapa estrella. Hay también solomillo roque, carbonara, al whisky, miniserranito, montaditos, salmorejo, camembert frito… Comida sencilla. Las tapas valen unos 2 – 2’50 €.
El sitio invita a volver, la verdad, y si estudias en reina mercedes, comer allí es una opción estupenda, a cinco minutillos de las facultades, rico y barato.

Llegó la hora, pero os voy a poner en situación antes que nada. Para mí El Avelino es mitiquísimo por estas razones:
Creo que esta es una de mis reseñas más esperadas, y es que tengo este bar a literalmente un minuto andando de mi casa.
Se encuentra en la Plaza de los Andes, en pleno barrio de Heliópolis, y es uno de los bares por excelencia para muchos tipos de clientes: desde los pre-​partidos del Betis (también los after), la tapita de las 12:00 de los negocios de la zona, las quedadas a cualquier hora de los colegas, «la última copa en el Avelino, y pa’ casa» (mentira, luego la siguiente parada está en el karaōke), y el almuerzo de (para algunos después de misa) de los domingos.
Seamos sinceros, no esperes de «El Avelino» un sitio encantador, ni un gastrobar, ni cervezas artesanas, ni platos elaborados con una decoración exquisita. Es lo que es, un bar de barrio, pero tiene ganado a todo Heliópolis, Reina Mercedes y gran parte de Bermejales. Y la atmósfera, el contexto o la escusa de un Avelino no tiene nada que envidiarle a ningún bar de la zona.
Si es la primera vez que vienes ve a tiro fijo a por la pechuga bechamel. Sólo he vivido una vez en mi vida que se hayan acabado, y es que son muy previsores y las tienen que preparar de 10 en 10 por lo menos porque es lo que más sale. En general, todo lo que te pidas está muy bueno. Son tapas clásicas (con sus patatas congeladas o de bolsa de toda la vida, pero tiene un algo que hace que no quieras más que eso) como el chipirón plancha, pechuga rellena, pechuga bechamel, patatas bravas/​alioli, mini serranito, camembert frito con sirope de frambuesa, solomillo carbonara/​whisky/​roquefort… A algunos ya ni nos hace falta mirar la carta.
Lo bueno de este sitio es que para la zona, invita a tomar una tapa (2 – 2’50 €) y una cerveza o un tinto (1’20 €), porque tiene una terraza inmensa de albero, las tapas son en patos pequeños pero las ponen a rebosar y llenan mucho, y detrás tienen los niños un parque con columpios, tobogán y mil cosas más para jugar y están controlados.
Para terminar, y como no podía ser de otra forma, la atención al cliente es magnífica. Los camareros/​as son muy atentos, están rápidos por si falta otra cerveza o un par más de pechugas bechamel. Los pobres no dan a basto, y es que el sitio se llena a cualquier hora y cualquier día de la semana. Que no te extrañe que te pidan tu nombre para una lista de espera en la terraza, pero tranquilo, va rápida y además te encantará esperar en la barra o en las mesas altas tomándote una cerveza ;)
Hay ciertos rumores de que lo van a comprar y/​o van a cambiar de dueño. Espero que esto no influya en la magia que tiene este sitio para muchos de nosotros, porque perdería a una clientela muy numerosa y fiel durante años.

Love this place so much that I came here three times during my 2.5 day visit in Seville. Each tapa is about 2 Euro. ½ means 2 tapas, and a plate is about 4 tapas. Not sure if that’s a common thing in Spain, but you can sit anywhere indoor even there’s a waiting list for outdoor. If you really want to sit outdoor for dinner, I recommend going at 8 or even earlier and avoid Friday night. It’s just so busy everyday. The waiters are very friendly even they don’t really speak English, but they have English menu, so that’s fine.
I love the baby squid, grilled mushroom, and pork cheek. (Sadly they didn’t have pork cheek the second day I went) Snail and the tomato soup is good too. The pork chop is a bit dry.
Overall, it’s an amazing food place with super low price. I highly recommend this place, and I’ll definitely come back if I happen to be in town again!

Sin duda, una buena elección para tomar unas tapas al solito. La terraza es de lo más cómodo al ser una plazoleta amplia. El servicio es rápido y eficaz. Muy agradables. No te pierdas la pechuga bechamel, mi tapa favorita de aquí, las croquetas de cabrales o el rulo de cabra con miel.
Para terminar puedes tomarte una copita tranquilizo disfrutando del buen tiempo sevillano.

Ayer estuve trabajando por la zona y una de las compañeras nos llevó a comer al Avelino. La verdad es que no conocía este lugar, pero me sorprendió que siendo un miércoles estuviera tan lleno.
Lo primero he de deciros que la edificación es preciosa, te traslada a otra época, un lugar donde pasar un buen rato de tapeo a buen precio. La tapa está a 2 € aproximadamente y el tamaño es el justo. Ahora en cuanto a sabores y calidad:
Evidentemente el pan que emplean para los montaditos y serranitos son de baja calidad, como casi todos los de Sevilla. Es el típico pan de blanco que te lo tienes que comer el mismo día. Más quisiera que fuera un pan de leña (por si no los sabéis distinguir, el pan industrial el tostado es uniforme, y tiene agujeros en la base donde inyectan la masa en el molde. Pero por 2 €, esto es lo normal que te encuentras. Aun así, si te comer un pan industrial el mismo día está bien, no es la maravillas de las maravillas, pero para un montadito sirve.
Ahora, yo me pedí un miniserranito, esto me encantó, porque muchas veces se te antoja un serranito pero si lo pides no puedes con las demás tapas de la mesa. XD Así que genial para poder degustar los demás platos. En cuanto al sabor, el pimiento muy bien hecho, así que conservaba todo su sabor y la carne también… el cuanto al jamón creo que era de paquete, cada día te encuentras más bares que optan por esta opción… este plato iba acompañado por unas patatas fritas enormes riquísimas, con un dorado perfecto. Olé esas papas! como que pedimos un par de platos de papas fritas, uno con alioli y otro con mojo picón. ¡Tremendas! el mojo picón de picón no tenía nada, pero tenía todo su sabor, así que de enhorabuena a los que no les guste el piqué, podrán hartarse de esta salsa sin que se les ponga la boca hinchada. XD Y en cuanto al alioli (ya sabéis que aquí se prepara con mayonesa), estaba muy bien de ajo, así que no ataca demasiado al aliento, creo que es un buen término medio para los que les gusta suave y fuerte.
Ahora las croquetas, las croquetas de jamón me ha gustado mucho, me habría gustado con más tropezones, pero de un gran sabor. El de queso de cabrales me decepcionó un poco, como todo allí, con un sabor medio, me habría gustado con un sabor algo más intenso, y la bechamel estaba algo rara… no creo que repita con las croquetas de cabrales, pero sí con la de jamón.
En fin, es un lugar que me ha gustado mucho, bien cocinados y con sabores buenísimos aderezados en su justa medida,. Es un comodín difícil de no acertar, Muy muy recomendable para grupos grandes con gustos diversos.

Este sitio siempre me ha chiflado principalmente por dos cosas: sus tapas y el precio.
No es el mejor bar de Sevilla, pero la relación calidad/​precio es bastante alta. Las tapas son muy baratas y yo aún no probé una que no me gustara: croquetas de roquefort, solomillo carbonara, champiñones plancha, arroz… Eso sí, por lo general las últimas veces el servicio fue algo lento (bastante). Si es cierto que con tanta gente es casi normal. Eso y que la mayoría de camareros son chavalitos que trabajan allí los fines de semana pero que no se dedican profesionalmente a ello y eso se nota (obviamente no todos)
Pero repito, si estás por la zona y te apetecen unas tapitas ricas y a buen precio, ¡no lo dudes! Eso sí, o vas temprano ¡o tendrás que esperar para poder sentarte!
PD: No sé por qué pero casi nunca atinan con la cuenta (generalmente a favor del cliente)

Si pruebas el Avelino un día soleado, querrás repetir una y mil veces. Aunque está lejos de mis sitios habituales, es una opción genial para venir a tapear a mediodía o por la noche al aire libre, tomar un café o pegarte una tarde de copas con amigos al sol.
Tiene una terraza muy amplia en un parquecito, ambiente relajado, tapas riquísimas y a muy buen precio y te sirven la cerveza bien fría. Si vas con niños, tendrán espacio de sobra para corretear y jugar mientras no los pierdes de vista desde tu sitio.
Además, si eres de esos a los que le gustan enredarse de copas toda la tarde o después de la cena, te molará el plan. Copazos bien preparados, a un precio genial y con ambiente relajado pero muy agradable.
Y si eres amante de las croquetas… ¡prueba las de cabrales!

No se la de veces que he parado a tomar algo en este local. Ya desde la época preuniversitaria era normal que fuéramos la pandilla a tomarnos unas tapitas. Regentado por exclaretianos en su mayoría, son gente muy maja y que atienden bastante rápido, tanto en las mesas de dentro como en la amplia terraza llena de veladores.
Entre sus tapas estrellas, siempre pedimos las pechugas bechamel, mini serranitos y chipirones plancha. De precio, bastante económico, hasta los cubatas.
Tienen Ginger Ale de Schweppes, cosa que me gusta y pocos tienen por la zona.

Para los que estudiamos en Reina Mercedes, Avelino es un clásico.
Es un local muy amplio con una terraza ideal para tomar una cerveza los días de Sol, decorado con un estilo clásico con pinceladas de modernidad muy medidas. Que junto a sus precios asequibles y su gran variedad hacen de Avelino uno de los lugares más visitados por los estudiantes de la zona.
El encanto de Avelino también está en que sirve tanto para un roto como para un descosido, puedes ir a tapear, a tomar café, una cerveza después de clase, o una copa después de los exámenes, encontrarás Avelino abierto, vamos, un todoterreno.
Quizá, por poner pegas es que a pesar de tener una amplia carta de tapas, ninguna destaca en especial. Aún así, siempre merece la pena dejarse caer por allí.

Un sitio para tapear hasta ponerte «puo», barato y después tomarte unas copas a gran precio. Tiene una carta de tapas muy amplía y a buen precio. Es de los típicos sitios para tapear de Sevilla. Tiene una terraza amplía.
No recomendable ir un día que juegue el Betis ya que suele estar lleno y para aparcar es imposible.

Aviso a navegantes (o maleantes, o copeantes, o enredantes): el Avelino puede atraparte un domingo y no dejarte escapar, porque es uno de esos sitios con una terraza enorme para aprovechar el solecito y en el que se empieza con unas tapas y uno se relía de copas y no sabe cuándo parar. Otro aviso: si juega el Betis el atrape es real, colapso total, mejor no ir.
Hubo una época en la que iba mucho porque uno de los camareros era amigo mío, y aunque me pilla un poco lejos de mis sitios habituales, la visita merecíà la pena. Y no sólo para ver a nuestro amigo, sino porque las tapas estaban muy buenas. Sin meterse en nada elaborado, algunas frituras, una ensaladilla, queso frito… Un poco de todo para picar a gusto.

Si te gustan los sitios amplios, sentarte en una plaza donde poder respirar aire (más o menos puro), estar en un lugar tranquilo, en el que se puede hablar con calma, y escuchar, mejor… Puede agradarte el Avelino.
Recuerdo hace años, cuando aprobé el carné de conducir, era el sitio más lejos donde me atrevía a ir, ¡de Triana a Heliópolis!, ¡vaya odisea! Y tengo muy buenos recuerdos aparcando por los alrededores, ¡no!, el bollo ese de tu coche no lo hice yo ¡inocente… ;-)
Después llegó la época de la facultad y nos veíamos allí las amigas, también cuando terminamos la carrera lo instauramos como nuestro «lugar» para las quedadas «facultativas», como nos gusta llamarlas… En el Avelino nos hemos comunicado buenas y malas noticias, pero afortunadamente, más buenas, como el nacimiento de un par de niños de la pandi…
En fin, independientemente de todo lo que representa este sitio para mí, el Avelino tiene un toque diferente. Da gusto ir para tomar un café por la tarde, con ese solecito calentando la plaza de albero. También recuerdo sus tapas más elaboradas de lo común, algo originales… Me gustas, Avelino.

Cuando después de comer le digo a mi mujer, «Janine, ¿le damos un toque a esta gente para ir a tomar una copita al Avelino?».
Esas tardecitas de fin de semana suelen acabar muy mal… bueno, o muy bien, según el punto de vista.
«Esta gente», son mis amigos, así en genérico. Porque no siempre son los mismos. Unas veces son Miguel y Lupe, otras Fran y María del Mar, otras Paco e Inés, otras José Carlos y Sandra, y otras veces todos… que suelen ser las más peligrosas.
Aunque a veces también vamos a tapear, he de reconocer que ganan las que vamos a «alternar» cubateando. Este sitio me parece ideal para eso, para pasar tiempo con amigos, así en genérico, o sea, con quien te dé la gana, porque aquí gana el sitio. No importa con quién estés, porque Avelino es especial, es un sitio de lo más original.
A veces nos quedamos dentro, en la barra o en cualquiera de las dos mesas alargadas que tiene en el centro… raras veces nos sentamos en las mesas bajas. Otras veces nos ponemos en las mesas altas de fuera, bajo el soportal, y las menos nos sentamos en la terraza de fuera, aunque si vamos a tapear el orden de preferencia se invierte.
Advertencia para navegantes: No se os ocurra quedar aquí si juega el… ¡Beeeeeeeeeeeeetiiiiiii, Beeeeeeeeeeeeeeeeetiiiiiiiiii! ;).

Otro que podría estar en la categoría de «los de toda la vida». Ubicado en el barrio de Heliópolis, el Avelino es todo un clásico del tapeo de la zona, muy frecuentado por estudiantes de las facultades cercanas y los vecinos del barrio.
En esta especie de ágora de barrio, es curioso ver cómo se encuentran y se mezclan distintas generaciones, personas mayores y chavalería, padres e hijos, sin ningún tipo de problema, atraídos por su espléndida terraza y por esa relación precio-​calidad-​cantidad más que aceptable.
Para disfrutar de este ambiente variopinto, tan familiar, estudiantil, pureta y juvenil, cualquier hora es buena, ya sea para la cervecita y tapita del mediodía, el cafelito de la tarde, la cervecita y tapita de la noche, o las copas de después. La gente joven lo usa como lugar de quedada donde, con unas buenas raciones –de pechuga de pollo con bechamel, especialidad de la casa, por ejemplo-​, coger fuerzas para aguantar toda esa noche de marcha que se les presenta por delante.
Lo malo es que, como a todo el mundo le gusta venir aquí, todos queremos llegar y sentarnos, cosa que, por norma general, es misión imposible, ya que siempre está de bote en bote.