Bar Manolo

Yo no destacaría este bar de otros del estilo. Tiene variedad de tapas, pero son las típicas de siempre y muy enfocadas al turismo. No diré que son malas pero sí del montón tirando a flojas. La terraza por la ubicación y espacio son muy buenas. Pero yo no lo recomendaría si lo que se busca es un sitio con encanto o que su cocina destaque del resto.

En mi nueva reseña me deje guiar por uno de los clásicos cuando mi padre me llevaba a ver Semana Santa. Esta ubicado en Plaza de la Alfalfa, añejo, antiguo, de los de toda la vida de Dios. Viendo la ubicación ya sabréis que está encallado en una plaza donde predominan los bares, céntrica y que me llevo a el al recordar sus magníficas pavias. Hacia muchos años que no entraba y sigue tal cual lo deje, los mismos camarero, con unas cuantas cerveza ya echadas. Camisa blanca, pantalón negro, canas y una limpieza tanto en los camarero y el local justa, justa de que si le das un cierre, un buen limpiado, una manita de pintura aquello lo agradece. Las tapas son las típicas de un bar añejo, pinchitos, solomillo al whisky, carne con tomate, sangre encebollada… Lo dicho, clásico. Nos decidimos por para mi, cosa a resaltar unas magníficas pavias que como antes, no me defraudaron, un solomillo al whisky algo seco y unos magnífico boquerones en adobo que sin ser los de Blanco Cerrillo se dejaban comer. De beber tenían un magnífico tirador con una muy buena manzanilla que me acompaño con las tapas ya mencionada. Sin duda altamente recomendable por sus pavias, a mejorar, mucho de lo que os he comentado.

Quizás el Manolo sea el bar por excelencia, como comentan otros compañeros, el «típico bar sevillano». Lo mejor de este establecimiento es el sitio en el que está situado. En plena plaza de la Alfalfa, sentarse en uno de sus múltiples veladores e impregnarse de la vida de nuestra ciudad es una opción excepcional.
El interior gira en torno a una barra y no hay mesas. Lo idóneo es sentarse en uno de las mesas de la terraza. En relación al servicio coincido con el resto de los Unilocalers, es impresionante, rápido, atento, amable, vamos, unos profesionales como la copa de un pino.
Su carta no te va a sorprender, son tapas de las de siempre, ni más, ni menos. Mis favoritas son las patatas alioli y la pavía de bacalao. Pero cualquier cosa que te pidas, te gustará. Aunque no sea mi tipo de cocina favorita, he de ponerle cuatro estrellas, porque el Bar Manolo es uno de los mejores dentro de su segmento y eso hay que valorarlo.
Buon Appetito.

Para mi es el mejor bar «típico sevillano» del centro. Situado en la peatonal plaza de la Alfalfa, puedes pasar horas sentado en sus veladores al medio día o por la noche. Tienen todas las tapas típicas.
Calidad, rapidez y buen precio todo en uno.
Las patatas con alioli son solo para quienes les guste el ajo de verdad.
Los camareros son de lo más profesional que te puedes encontrar.
En la misma plaza hay un parque de juegos para niños y justo al lado de la mesa los poyetes de los árboles también dan mucho juego.

I love this tapas bar so much. It serves Andalusian soul food. I’ve been coming here for a long time, but now it’s become my local. You can get 2 tapas and a beer, with change from € 6. It’s a great place to sit and watch the people go by.

Desde que llegué a Sevilla hace casi 25 años, La Alfalfa siempre me pareció uno de los rincones más especiales de la ciudad. Durante todos estos años, casi nunca hice de este espacio un lugar de recreo y ocio, hasta que hace algún tiempo comencé a frecuentarlo, porque un día me dije: tengo que ir más por ahí y quedarme aunque sea a tomar un café. Cuando empecé a ir, nunca pisé el Bar Manolo: me parecía un bareto cutre, quizás condicionado por la decoración a la antigua del local al compararlo con los otros locales de la zona (eh, que conste que ni soy sibarita ni me gustan las moderneces, pero oye, me cogió así el cuerpo ese día)…
Pero hete aquí que, no sé por qué, de repente hace ya algún tiempo uno de esos días por la Alfalfa pisé el bar. Será que me estoy haciendo mayor y me están empezando a gustar las cosas viejunas. Al entrar, noté sin embargo un regusto a bar de toda la vida, en realidad nada cutre como había sido mi impresión, muy limpio, con unos camareros competentes, que saludan con afecto a los habituales que frecuentan el bar y que están siempre atentos a sus clientes. Lógicamente me di cuenta de mi error en la apreciación con el sitio, y enseguida le cogí cariño a este, desde entonces, mi rinconcito de La Alfalfa.
Con muchas tapas a elegir, yo destacaría, sin lugar a dudas, las pavías, especialmente la de bacalao. Perfectamente fritas, con un tamaño considerable, son de las mejores pavías que he probado en Sevilla. La cerveza bien fresquita, como debe ser, y que siempre te acompañan con unas aceitunas riquísimas. A destacar también las cabrillas, que tienen todo el año.
Los mejores momentos para pasar en el Bar Manolo, o por lo menos a mi me lo parecen, son por la tarde, tomando un café en la barra que da hacia La Alfalfa, viendo pasar a la gente, o ya por la noche, sentados en las mesitas de la plaza.
Sí, amigos, un clásico en toda regla. No os dejéis llevar por las primeras impresiones, que engañan ;)

Spanish friends brought me here for some lunch. They ordered most of the taps and they mostly consisted of deep fried battered fish. Some dishes were more bland than others. The beer was refreshing. The place was packed with Spaniards, it seems they really enjoy this place.

While in Sevilla on our honeymoon trip to Spain, we stopped by Bar Manolo on a night out of tapas bar hopping. We grabbed a seat outside on this mild but cool night to sample some of their delicious tapas.
We tried their fried prawns, fried anchovies, olives, and spinach and garbanzo beans. We had discovered espinaca con garbanzos the previous night at El Rinconcillo so we decided to get them again.
While the food itself was pretty simple, as was the outside seating, the dishes were prepared expertly, particularly the fried prawns, which could best be described as awesome little chunks of pleasure from the sea.

El Bar Manolo es un auténtico clásico de la plaza de la Alfalfa, en la que se sitúan sus veladores, ideales para disfrutar del ambiente de uno de los barrios más agradables de Sevilla (¿se nota que es el mío?:P).
Lo mejor de Manolo es que es de esos bares a los que puedes a acudir a casi cualquier hora. Por la mañana, además de servir buen café y buenas tostadas desde muy temprano, te permite llevar el papelón de calentitos de la cercana churrería y comértelos en una de sus mesas, sentado al solito. Suelo hacerlo con bastante frecuencia y os aseguro que es uno de los pequeños placeres más habituales entre los que vivimos cerca. A mediodía y por la noche, sus tapas son un referente en la zona. Me encanta su pavía, de considerables dimensiones y precio muy asequible; y no se quedan atrás su pez de espada empanado, su serranito y su hamburguesa (estas dos últimas tapas para los más glotones).
Además, y para mí esto es muy importante, sus camareros son de los de toda la vida; es decir, profesionales de los que están pendientes de todos los detalles para que estés agusto.

El Bar Manolo es justo lo que busco cuando llego a la Alfalfa: o busco tapitas grandes y baratas o simplemente busco tapas grandes o un buen serranito para acompañar toda la cerveza que normalmente una se toma en el Salvador.
Los serranitos tienen toda lo que debe llevar un serranito. Y pide mayonesa y ali-​oli que te la traen a la mesa sin problemas. Aprovecha la terraza en una plaza mítica, ¡todavía recuerdo ese mercadillo de animales los domingos! Ahora los animales parecemos nosotros poniéndonos de comer hasta arriba. Y si tienes niños, déjalos que jueguen en el parquecito de juegos que hay en mitad de la plaza mientras te tomas tu cervecita bien fresquita.
Llevo toda la vida yendo al Manolo. Los camareros son típicos típicos sevillanos. Preguntad por Ismael, mi familia lo conoce de toda la vida. Atiende con gracia y con ganas, así que además de comer (por cierto, ¡se me olvidaba… además del serranito, la tapa de solomillo al whisky es ¡maravillosa!) te reirás un rato.

Estuve este sábado comiendo con un amigo en casa de Manolo, un bar de barrio típico, que esta en la zona de la plaza de la Alfalfa. Eran las tres de la tarde y ya íbamos doblados por los vinos del Salvador.
Por suerte, y aunque no había mesa libre, sólo tuvimos que esperar unos minutos para tener hueco.
El bar es un bar de terraza, de los que es mejor estar fuera que dentro. De hecho entré al baño, y lo que es dentro del bar, solo estaban los camareros y el de la barra.
La cocina es casera, típica y a precios populares. Fuimos de tapas, que por cierto cuestan casi todas 2,5 euros, fueron pavía de bacalao (super buen bacalao y nada grasiento), choco frito, boquerón adobado y chipirón plancha. Diez euros más otras dos cervezas, en total menos de quince euros.
Casi todas las tapas cuestan a 2,5 euros, las medias a 7,5 y enteras a 12,5 euros, y son bastante generosas.
Muy agradable la terraza.