Bocata’s Manolo

Un lugar único de bocadillos en Los Remedios. Donde Manolo y su mujer ponen todo su cariño para que salgan esos perfectos bocadillos con tanto arte y sabor.

Santuario de la Sevilla de la otra orilla del río, casi lugar de peregrinación. Y entre el santuario de Manolo y el de Lourdes no se yo decir cual habrá dado a luz más milagros.
Resumen para los no iniciados: bocatas enormes (posibilidad de elegir entre distintos tipos de panes), rellenados con ganas también a elegir entre una gran variedad de ingredientes (en la puerta se exhibe la carta, cada bocata con su propio nombre) y salsas (el mojo picón y el salmorejo es gratis).
El proceso es de ritual: llegas, le pides a su mujer el tipo de pan que quieres, ella te lo aparta, esperas tu turno, cuando te toque le pides a manolo los ingredientes, lo prepara y lo mete en el horno, cuando sale su mujer le echa la salsa que quieras, te cobra y te largas a disfrutar del mejor bocata que te comerás jamás en tu vida.
Los precios son geniales y van acorde a lo que pidas. La última vez que fui rondaba los 70 céntimos el bocata simple, bien pensado para los niños del colegio, y los 2,50 euros el más caro, para los sibaritas, que ya os podéis imaginar todo lo que puede llevar eso y las dimensiones…
¿Mi recomendación personal? No dejéis de probar el Graná y Oro en pan de chapata: jamón serrano y tortilla con baño de salmorejo. Sevillanía pura, manjar de dioses. 1,70 euros en un tamaño pequeño que de pequeño no tiene nada.
Pero nadie es perfecto y Manolo, aunque se acerca, tampoco podría serlo. El principal problema de este sitio (bendito problema para Manolo y su mujer) es que en cuanto se va acercando la hora del papeo no hay quien pille sitio en el diminuto local. Se forman colas en la esquina de la calle que parece que estuviesen repartiendo dinero. Y no llegues tarde porque te puedes encontrar con que al llegar tu turno ya no puedas elegir pan tras haber esperado un buen rato.

Mi primer #LunesDeReseña y será para un establecimiento que ha nutrido mis mañanas de recreo cuando eran «un poco más joven» ¡jajaja! ¿Quién no conoce los bocatas de Manolo? ¿En serio que no conocéis sus bocatas? ¡Ya estáis tardando, en serio!!! Es un lugar pequeño pero te sorprenderá con la calidad que tienen sus bocatas.
Manolo está cercano a Virgen de Lujan, en el radio de acción de varios colegios e institutos y es normal verlo lleno en muchas horas del día. Es normal y entendible, tiene bocatas baratos y con un pan que no se pone duro aunque se caliente y pase 4 horas, con muchos ingredientes (y bocatas variados) y con una salsa casera de mojo picón… ¡buff! Increíble.
En definitiva, si te gustan los bocatas tradicionales, con muy buenos ingredientes, barato y graaaaaaaaaaandes como el titanic, este es el lugar perfecto. Por 2,70 € tienes un bocata bastante grande, (por ese precio tienes por ejemplo un bocata con lomo adobado, carne mechada, queso y jamón serrano, y salsa gratis), con un pan del día y tierno, te quitará el hambre para unas cuantas horas.
¡Es un lugar obligado si quieres ser sevillano de verdad!

Es hora de ponerse serio, vamos a hablar de un lugar con solera, un lugar de sevillanía (que yo soy muy de eso ¿no), de culto, de peregrinación. Muchos habéis resaltado la frase que reza en el local, otros no la conoceréis, pero esa frase ha recorrido mundo, soy testigo, pero no sólo la frase, los bocatas de este lugar, han viajado y han hecho felices a muchísimas personas, muchos erasmus que se encontraban exiliados de estos maravillosos manjares, han sido recompensados por amigos fieles que en viajes de visita, llevaban presentes exquisitos a los pobres hambrientos. Se de buena tinta, que estando en una plaza de centro Europa, unos chicos hablaban y celebraran estar degustando estos inventos tan simples, pero a la vez tan grandiosos, y grupos cercanos, al escuchar la algarabía, resultando ser del mismo lugar de procedencia, saludaban y sorprendidos a la par que excitados, comentaban las bondades de dichos platos dignos de reyes, pero a precio y alcance de plebeyos. Tras esta introducción juglaresca (un poco excesivo definirla como tal) paso a otro parrafo para hablar del lugar.
¡Bocatas Manolo! Una tienda en la que el dueño elabora unos bocatas de GRAN CATEGORÍA, que han ido recibiendo los nombres a lo largo del tiempo, en mi caso mis preferidos son el Mítico, el Titanic o el Canoa, pero vamos, que hay muchos más, igual de ricos o mejores. No todo el mundo sabe, que la ubicación actual de la tienda no es la original, pero eso lo dejo para los más expertos en la materia y los que llevamos años disfrutando de estos bocatazos, con este dato simplemente quiero resaltar la «jartá» de años que lleva Manolo alimentándonos.
¡ES UN SITIO DE OBLIGADA VISITA UnilocalERS!

Hoy, en un breve break del trabajo he ido a hacer mi primera visita a Manolo con un amigo, y me ha dicho ‘No has estado en Sevilla si no has estado en la Giralda, la Torre del oro y no has probado los bocadillos de Manolo’.
Y después de ser Sevillano y llevar muchos años aquí, no había venido nunca. Y vale, sí, estéticamente no enamora, pequeño, muy cargado, sin apenas espacio para moverse, pero… Espérate a darle el primer bocado a uno de sus bocadillos. Puedes haber probado miles de bocadillos (como yo) en Sevilla, pero esto no es un bocadillo. Es mucho más, no sé que tienen, pero un bocadillo sencillo, como los he comido en muchos sitios, Manolo ha hecho que sepa especial, supongo que por experiencia, o por lo que sea, la cosa está en que saben soberbios.
La velocidad es relativamente rápida, teniendo en cuenta la cantidad de gente que hay allí a todas horas para pedir sus bocadillos. Además, los precios no son caros. Es una buena opción para estudiantes (que es lo que más hay por allí).
Velocidad + Sabor. Sin duda una gran combinación.

Mítico donde los haya, los bocatas del Manolo son conocidos en toda Sevilla y parte del universo conocido.
Cualquiera que se considere experto en bocadillos reconocerá que lo que se sirve aquí no es normal, son manjares traídos de los rincones más perdidos de la Atlántida, regado con ambrosía y néctar de los dioses. Bueno, quizá estoy exagerando, pero son los mejores bocadillos que he probado en décadas.
Años de experiencia avalan este pequeño local pensado para abastecer de alimento rápido a los muchos centros escolares y de estudios que hay por la zona. Impresionante.

«Dame un Titanic, y a poder ser que lleve a Leonardo Dicaprio dentro». No tiene guasa el dueño con los nombrecitos de los bocadillos. Si es que da gusto pedirse veinte solo por escucharlo repetir «Un grana y Oro». La especialidad que echo en falta es el bocadillo «Miarma» que para eso está en plena zona de los Remedios. Insto a que Manolo cree esta nueva especialidad con un toque de alioli, los demás ingredientes los dejo a su antojo.
Vamos que con dos euros ya te vas comido y servido. Salen calentitos, humeantes y expectantes para acabar en tu ansiosa barriguita. Ojo con las salsas que están riquísimas, yo como siga así un día me pediré un bocata que lleve solamente salsa, pero lo habré patentado antes. Dios, estoy hoy con una inventiva que me estoy planteando poner un Bocatas Carmen.
Por ahora, tendrá suerte el tal Manolo y no pienso hacerle la competencia, pero que conste que lo hago solo y exclusivamente porque soy una fiel seguidora de sus bocatas.
«Anda miarma, ponme uno de Giralda»

Lo de Manolo no tiene nombre.
Bueno lo que no tiene nombre son sus los bocatas.
Cárnico, Central Park, Giralda, Grana y Oro, Lolo y Panchita, éstos son alguno de los bocatas que se ofrecen.
Lleno todos los medio días, es el sito más popular para tomarte un bocata de todos los Remedios, y probablemente de Sevilla.
Y otra cosa, no se puede tener más arte. El eslogan, de los bueno e impactantes. «En Sevilla la Giralda, la Torre del Oro y los bocatas de el Manolo».
Varios tipos de pan y una variedad de bocatas que da miedo.
El tipo hace bocatas como churros, os puedo asegurar que de 13 – 15 es un no parar.
Los universitarios de la politécnica tienen un filón aquí que han sabido explotar.
Antaño, y en época de exámenes, iba muchos días a estudiar a la Politécnica (para ver si se me pegaba algo de los ingenieros), y era obligado un bocata de Manolo.
Baratos baratísimos y te los tienen en un plis.
El pequeño (que de pequeño tiene poco) cuesta entre 1.50 o 2 euros y el grande 2.50.
No hace mucho introdujo el «bocata crisis» de mortadela por 0.65.
Más que recomendable las salsas.
¡Dale un poco de alegría a tu bocata!, te dice el menda.

«En Sevilla la Giralda, la Torre del oro y los bocadillos de Manolo», ese es el eslogan de esta tienda de alimentación tan arraigada y popular dentro del barrio de Los Remedios.
Junto al Politécnico y frente a la fachada del colegio Santa Ana, en la esquina de las calles Padre Damián con Madre Rafols, econtramos este establecimiento pequeñito en el que posiblemente se sirven –sin temor a equivocarme-​, los mejores bocadillos de Sevilla, a buen precio y repletos de ingredientes variados dispuestos a saciar nuestro apetito durante un buen puñado de horas.
Al llegar encontraremos gente esperando fuera, ya que las reducidas medidas del local hacen que no todo el mundo pueda esperar su pedido dentro, por suerte la acera es espaciosa y en ella podemos esperar tranquilamente a que nuestro bocata salga del horno.
Lo mejor de todo son los nombres de los bocadillos, «Titanic», «Perito», «Mafre», «Roquefeller», todo un disfrute reír mientras pronuncias uno de estos nombres a la hora de hacer la comanda, igual que divertidísimo es oír como la realizan los demás.
En días soleados recomiendo tomarse el bocadillo y su correspondiente refresco en el parquecito que encontraremos al otro lado de la calle Padre Damián, merecerá la pena.