Bonsabor

Tenemos la nevera. Tenemos la bebida. Tenemos la barbacoa. Tenemos el carbón y las pastillas. Lo que no tenemos hoy son coches para ir a comprar la carne para echar un día en el campo… ¿Qué hacemos? Todos a Bonsabor, que está en plena Gran Plaza, y encima nos ahorramos un dinerito.
Bonsabor es el almacén de carne, carnicería, charcutería, o lo que quiera que sea, más raro en el que he estado. Para empezar porque sólo abre tres días en semana. ¿Quién se puede permitir, en estos tiempos que corren, tamaña proeza? Pues alguien que sabe que, aunque haga eso, no le va a faltar la clientela. Porque esa es otra. Hay que irse temprano (muy temprano, demasiado temprano diría yo) para coger la carne de mejor calidad. Como llegues un poco tarde (y un poco tarde son las once de la mañana), ya sólo quedan los restos.
Allí se ve de todo. Desde familias de chinos comprando para los restaurantes (imagino que serán familia cuando van todos juntos) a grupos de chavales que, como nosotros, tienen barbacoa ese mediodía y se les ha echado el tiempo encima. Todo por hacerse con algo de la carne más barata que he visto en nunca. Las bandejas de hamburguesas, pinchitos o churrascos a precios de risa. La mitad de lo que puede costar en la carnicería de una gran superficie.
Como ya he dicho, hay que ir temprano, y cuando tienes que coordinar a un grupo grande de gente, eso es prácticamente imposible. Así que cuando llegamos, queda poco. Como solemos decir, todo el «pitacro». Aunque la verdad, a esos precios, y con unas cervezas acompañando, en una mañana de sol, la calidad es realmente lo que menos importa.

No le cabe un alma los fines de semana, porque la carne es tal vez la más barata del mercado, pero también porque abren solamente los fines de semana. Con esto les basta y les sobra, ya que la gente deja siempre las neveras vacías con la garantía de que si no quedan satisfechos, les devuelven el dinero. Así me convencieron a mí también.
Bandejas de pollo y carne de vacuno por 2 €. salchichas grandes por 1 €, y así sucesivamente con todo tipo de carnes, hasta que ya no me caben más bolsas en las manos. Menos mal esta carnicería es grande, está bien organizada y tiene suficientes puntos de pago, de lo contrario sería un caos con toda la afluencia de público que tiene.
Al principio era reacia a comprar en este sitio, principalmente porque me parecía increíble que fuera tan barato y desconfiaba de su calidad. Sin embargo, un día terminé picando porque lo tengo cerca de casa y les aseguro que la carne es incluso de mayor calidad que en muchos supermercados conocidos. Hoy por hoy no me importa madrugar un poco más el sábado para ir a comprar toda la carne de la semana.
Excelente carnicería con precios difíciles de encontrar en otra parte. En realidad, merece la pena probarla!