Esta chucherría me alegra a mí el comienzo del día muchos sábados y domingos. Me encanta despertarme y saber que voy a poder tomar churros calentitos, recién hechos para mí. Este mini localcito se ha llevado años cerrado. Famoso por vender, durante muchos años, las patatas fritas de Navarro(esas sí que me daban a mí alegrías), las mejores que he probado en mi vida, ¿por qué desaparecieron? Hace un añito y pico abrió de nuevo, pero le costó comenzar con los churros, que si no encontraban a nadie que los hiciera, que si la máquina estaba estropeada…, hasta que ¡por fin! volvieron los calentitos a la calle Santa Cecilia. Los churros están buenos de sabor, pero a veces se quedan como muy lacios, como atontaos, no sé por qué, pero aún así ¡soy feliz de vivir cerca de esta churrería! Te aconsejo que no pidas más de 1 € por persona. Conozco yo a uno que se le fue la mano y pidió 4 € para dos y no hubo litros de agua suficientes para calmar la sed ese día… Eso sí, baratísimo les salió porque no volvieron a comer en dos días :-)
Maria T.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Creo que la historia que tengo con la churrería los puentes es digna de contarla. Gran parte de mi vida la he pasado en la Calle Santa Cecilia, comprando patatas en esta churrería y cuando no tenía dinero(cuando era pequeña y jugábamos las amigas en la calle) íbamos allí a pedirle«surrapa» y nos llenaban un buen cartucho que nos comíamos entre todas. En realidad, esta churrería es la churrería «Navarro». Santiago, un hombre agradable, y «buena persona», empezó con esta pequeña tienda junto con su mujer. Al principio vendían churros, luego incorporaron las patatas y actualmente venden alguna cosa mas. El negocio fue a bien y ahora puedes encontrar las patatas fritas en muchos sitios envasada. Me alegro por ellos(aunque ya no vivan) y por la familia. De toda la vida mi madre le ha comprado allí las patatas fritas a granel que luego comíamos en casa, y, por supuesto, no tienen nada que ver con esas que ahora venden de matutano. Esa bolsita de plástico amarrada con una pequeña gomilla que Santiago, su esposa, su nuera, o actualmente su hijo, gira y gira con tanta facilidad para que el paquete permaneciera cerrado. Esas patatas enormes, que no te cabían en la boca… Ummm. Los sábados y domingos en los que mi padre descansaba, allí compraba los churros que todos desayunábamos. Después de un tiempo cerrado, afortunadamente para los vecinos del barrio, han vuelto a abrir, así podremos continuar degustando esos maravillosos churros y patatas fritas. No tiene ningún cartel donde indica el nombre del negocio. Solo unos azulejos antiguos(los de siempre) donde ni tan siquiera aparece lo que venden. Solo tienes que pasar por la puerta para descubrir lo que esa pequeña tiendecita puede ofrecerte. Para mí, sabores de mi infancia, sabores de una vida y recuerdos imborrables, por supuesto, todo rico, rico…
Óscar H.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Esta pequeña(enana) churrería es colindante con la cervecería de Los Puentes. Realmente ni siquiera se si se llama Los Puentes pues por no tener no tiene ni letrero, pero la conocemos así por el bar, no debe tener más de un metro y medio de ancho el mostrador y eso es toda la tienda. Además de los churros, vende patatas fritas, cortezas, y unos pocos tipos de aceitunas, gordales, verdales, banderillas, etc. Los churros son bastante baratos, los vende al peso, el cuarto a dos euros, y aunque lo he hecho pocas veces, es un clásico comprar los churros y tomarlos en la terraza del bar de al lado. El otro día sin ir más lejos nos clavamos un cuarto entre un amigo y yo desayunando en la Terraza de Los Puentes.