Uno de los tesoros más preciados de un hombre de letras es su biblioteca; no me refiero ya solo a los libros, sino también al mueble de estantes que le da cobijo. La mía, como muchas cosas de mi habitación, es de Diaco, una tienda cercana a la plaza de la Alfalfa. Aquí podréis encontrar todo tipo de muebles: para el salón, para habitaciones, para un despacho, hasta para el cuarto de baño… Llamará vuestra atención que el local es muy grande para las pocas piezas que en él se exponen. El motivo es bien simple: Diaco diseña tus muebles a medida; tú describes lo que tienes en mente, ellos la plasman en papel y si te gusta, te hacen el presupuesto y le dan forma física. Una vez está concluido, te lo llevan e instalan, y retiran, si fuese necesario, el mueble que te sobra. En casa primero fueron unas literas, donde de pequeños dormíamos mi hermano y yo; después unos muebles cajonera para la ropa y por último, la referida biblioteca: mi biblioteca. El estilo es clásico pero a la vez bastante juvenil, por lo que quizá lo ideal sea recurrir a ellos para redecorar el cuarto del niño que se va haciendo un hombrecito, o para que un primer hogar de pareja adquiera personalidad. En cualquier caso, como os decía, dan forma a las ideas más diversas.