El As de Oro

Me encantan los pequeños tesoros escondidos en plena Sevilla. El As de Oro es uno de ellos, porque parece una cosa pero luego es otra. Desde fuera dirías que es un quiero y no puedo, una papelería que quiere ser administración de loterías y no tiene sitio para ambas cosas. Pero luego entras y descubres ante ti que no solo es una papelería bien surtida sino que todavia tiene sitio incluso para vender revistas. Increíble, yo no he visto menos metros mejor aprovechados.
Además, tienen gusto y estilo a la hora de seleccionar el material de oficina. Hombre, la mayoría son cosas muy básicas entiendo que por problemas de espacio, pero te puedes encontrar con auténticas monadas sin pretenderlo. Con las revistas pasa un tanto de lo mismo. Igual que pasa en los kioskos tradicionales, puedes encontrar revistas poco conocidas o de distribución limitada.
También venden lotería, si, pero yo no compro puesto que nunca me ha gustado tentar a la suerte a lo grande. Prefiero que ni me toque nada bueno ni nada malo, quedarme como estoy. Pero para el que sea aficionado, un servicio más que tiene al alcance de la mano en una sola tienda.

Lo reconozco, no compro nunca lotería. Mi mente racional siempre se ha guiado más por las estadísticas y las pocas probabilidades que hay de que te toque algo con lo que irte con Curro al Caribe, que por los sentimientos y el argumento demoníaco de «si no compras, no ganas». Sin embargo, hay veces en que la lógica es desafiada sin miramientos por la realidad. Y, en el caso de la Administración de Lotería «El As de Oro» de la calle Asunción, un análisis de la realidad diría que algo falla.
Supongo que ya sabes por dónde voy. Sí, aquí han tocado premios y muy gordos. No solo una vez, sino varias. Si quieres saber más, pásate por allí que los tienen bien anunciados en la puerta, junto a los periódicos del día. Yo no diré nada de cifras en este comentario, que en época de crisis me parece obsceno hablar en esos términos.
Aún así, tengo una explicación para esto. Yo no sé a quién le ha tocado ese dinero pero sí conozco, afortunadamente, a los dueños de la Administración y puedo entender que, si hay algo ahí arriba que imparta medianamente un poco de justicia, haya hecho que Paco y Mati hayan podido repartir tantos euros. Sin duda, son un oasis de simpatía, amabilidad y cariño entre tanto trajeado y vestido de noche que suele pulular por esas calles de Los Remedios.
Apreciados por los vecinos y por muchas otras personas que vienen de muy lejos a comprarles lo que haga falta en cuestiones de apuestas del Estado, en «El As de Oro» te podrán despachar también todo tipo de revistas, así como la prensa diaria. También encontrarás artículos de regalo y mucho material de papelería. Todo ello en unos pocos metros cuadrados. Pocos pero maravillosamente bien llevados.