El Laberinto

Pérdida entre microchips, tarjetas de memoria, folios en blanco y negro, un disco duro roto y una cabeza llena de ideas desordenadas. Así llegué yo a este laberinto que prometía solucionar el desastre que azotaba a mi pequeño Acer.
De repente un día dejó de funcionar mi portátil. No encontraba el ticket de compra y según mis cálculos ya habían pasado los tres años de garantía que me habían dado en la tienda donde lo compré. Pero aun así, llamé al servicio técnico y hablé con uno, con otro, con otra… y conseguí que me lo recogieran por mensajería en casa para curar mi viejo trasto que tanto me soluciona la vida.
Le cambiaron la fuente de alimentación, no funcionaba.
Le cambiaron la placa base, no funcionaba…
Y ya cansada de tanto va y ven, tenían que llevarlo a Barcelona para cada arreglo, llamé enfadada diciendo que o me lo arreglaban de una vez o tomaría medidas… ya ves tu que amenaza para una empresa, pero bueno… me hicieron caso. Pedí el número de fax para enviar una queja por escrito.
Bajé al Laberinto a mandar el fax, yo que hablo con todo el mundo y viendo que la tienda era de informática le conté al chico que me atendió el problema que tenía y me dijo que solo faltaba cambiar el disco duro para tener un ordenador totalmente nuevo.
Mandé el fax con mi reclamación y a los pocos días tenía en la puerta de casa a un mensajero para llevarse de nuevo mi PC. Me cambiaron como decía el chico el disco duro y hasta hoy, nuevecico que tengo mi fuente de entretenimiento y trabajo casero.
Yo solo he usado el servicio de fax de este negocio, pero me resultó tan amable el chico que ya tengo decidido que si tengo que hacer fotocopias, comprar componentes informáticos, arreglar mi portátil (ya otra vez no cuela después de dos años…), comprar material escolar o lo que sea, volveré a esta tienda.