El Laurel

Cuando vives solo y vas de un lado a otro todo el día lo mejor es que te olvides de la cocina, yo por lo menos, no me da tiempo y si me quedo a comer en casa veo que no tengo nada que hacer y termino comiendo yogures.
Esta tienda es otra opción, a veces al pasar por la puerta he comprado comida para llevar, me gustan las comidas porque son las tradicionales de aquí y caseras. He comprado varias veces, espinacas con garbanzos, ensaladillas rusa y solomillo al whisky, si los de la guía michelín provaran el solomillo de aquí se les acabarían las estrellas. También te puedes llevar el pan y los refrescos. Me gusta mucho porque tiene la tienda muy limpia y todo muy recogido, nada de adornos que puedan caer en las comidas.
La dependienta es muy generosa con las raciones, después de pesarlas te pone un poco mas. No compro mas veces aquí porque cuando salgo de trabajar y paso la mayoría de los días esta cerrado y entonces me toca yogur o pasta.

Tengo invitados para comer y no tengo que ponerles, ni tampoco tengo tiempo para hacer comidas. Entonces sin pensarlo se me viene la palabra el Laurel a la cabeza. Esta palabra ahora mismo significa salvación, pero en realidad es una tienda con comida casera para llevar.
El Laurel se encuentra relativamente cerca de mi casa, esta en San Julian a escasos cinco minutos andando. En esta tienda se puede encontrar comida casera de todo tipo, a mi me encanta la ensaladilla y los guisos.
Hoy en día con todo lo que tenemos que trabajar, es casi imposible hacer comidas caseras de diario, este tipo de comida la comemos en casa de nuestros padres, pero otra opción es comprar la comida ya preparada, el precio para una persona o dos es mejor ya cocinado, porque si empiezas a comprar para cocinar algo al final te cuesta mas caro.
La cocina del Laurel es casi exquisita, me gusta todo lo que hacen, aunque la mayoría son comidas típicas de la cocina sevillana.

Una de las grandes fatalidades de la transformación del concepto de familia que estamos viviendo son sus consecuencias alimenticias. Si vives solo no te vas a poner a hacer cada dos por tres un cocido, un estofado, un potaje o unas croquetas.
Y claro, todos sabemos que este tipo de platos constituyen parte fundamental de nuestra dieta, y el vacío que dejan es enorme. Es muchas veces satisfecho con una visita a la casa de la abuela o a la casa paterna, pero debe haber otras formas de llenarlo.
Por este motivo existen establecimientos como El Laurel. Aquí puedes comprar a la salida del trabajo ese plato casero que tanto echas de menos. Suele ser una opción puntual, pues los precios tampoco son para comprarlos a menudo, y la calidad… como en casa de tu abuela en ningún sitio.