El Picadero

Es un sitio sencillo que se caracteriza por sus carteles de «no dar de comer a las palomas», siempre hay alguna por allí dando una vuelta. Este sitio me trae buenos recuerdos porque más de una vez he ido después del trabajo con mis compañeros a tomar un algo.
El picadero está bien si quieres tomar un refresco o una cerveza y acompañarlo de alguna tapa, un poco caro para mi gusto pero los platos están ricos. Normalmente te ponen unas aceitunas y unos cacahuetes, que dan pie a que te quedes un rato de charla entre cerveza y cerveza.
El servicio está bien, tienes que ir a pedir a la barra y llevar las cosas a la mesa (autoservicio de toda la vida, sí), pero son rápidos, lo que agiliza bastante si solo quieres tomar algo con tu grupo de amigos.

Si hay algo que me gusta de este tipo de sitios es la sencillez que cobra la vida cuando estás en ellos. Una cerveza, unos cacahuetes y nada más… Ahora toca que tú mismo pongas la buena compañía y eches un ratito agradable. Y es que la buena o mala experiencia en sitios como éste la sueles conformar tú con tu actitud y tu forma de ver las cosas.
Aquí he vivido muy buenos momentos a la salida del trabajo con compañeros o amigos que te hacían pasar un rato agradable. El servicio es normal aunque si les insistes se enrollan y te ponen tapillas (una vez nos pasamos con los caracoles que acompañaban la cerveza).
Sin embargo, hace poco quitaron la oferta de 2×1 en cerveza los miércoles y ya no me agrada tanto. Es verdad que yo iba cualquier día de la semana, pero la cita de los miércoles era ineludible. En fin, cada uno entiende sus razones. Las ofertas no son para siempre.
Los desayunos son especialmente ricos, sobre todo ese maravilloso jamón que tienen. El café es normal tirando al típico chungaleta que te tomas en cualquier bar de Sevilla. Eso sí, los precios son medio-​altos en comparación con otros sitios de alrededores. Pero la calidad y cantidad lo compensa si quieres darte un buen homenaje.
En definitiva, es el típico sitio al que volveré porque me pilla de paso y es bastante agradable para el echar el rato, pero no se me pasa por la cabeza tenerlo en mi lista de imprescindibles de la ciudad.

Buen sitio para tomarse un par de cervecitas y tapear. Es la típica tasca sevillana, con sus adornos del mundo del toro.

Buen sitio para tapear algo o desayunar si nos pilla por la zona de Plaza de Armas, en una paralela a Reyes Católicos. Tienen 2×1 en cervezas los miércoles, cosa que agradecerán los que no saben que hay vida más allá de la Cruzcampo y, con cada bebida, regalan altramuces o aceitunas, algo la mar de bien recibido.
El interior es como el de cualquier tasca taurina rancia que podemos encontrar en nuestra ciudad ya que, como su propio nombre indica, por la cercanía a la plaza de toros de la Maestranza el ambiente del toreo está muy presente en cada uno de los rincones de este establecimiento.
Me gusta especialmente que en su interior tienen un pozo antiguo y le da un aspecto totalmente original y llamativo al local más allá de lo anteriormente mencionado. Tienen tapas, desayunos, menú del día y se llena de señores en la puerta fumando a todas horas. En cuanto a la comida, sobre todo he probado los desayunos que, si bien no están mal, tampoco son nada del otro mundo.

Cerveza fria, aceitunas y avellanas… para ver el futbol. De remate, un montadito de morcon!

Muy mediocre y algo sucio

…uno mas de la cadena.
Siguiendo la estela del resto de las Bodegas, en esta del Barrio del Arenal, se puede seguir disfrutando de sus ricos desayunos variados entre los que destacaríà la pringa, que yo jamás me la comería para desayunar (que ardores), pero si la mía, media integral con aceite y tomate añadiéndole un descafeinado de maquina templadito.
Cuando aprieta el hambre y hay ganas de tapitas y estamos lejos de nuestra tierra (Triana), nos decantamos a veces por esta bodeguita y al medio día si que cae una pringaita con su Cruzcampo de botellín fresquito.
Si vas por allí, pídete cualquier montadito, todos están riquísimos, y si te gusta la mojama (el jamón del mar), te la recomiendo.

Hace años, cuando se empezaban a retransmitir corridas de toros en la televisión de pago, iba con frecuencia a este Picadero de la calle Almansa a verlas. También allí viví ese Jaen– Betis que le valió un ascenso a mi equipo gracias a los dos goles de Gastón Casas, ese argentino que pensábamos que iba para figura y que pasó a la historia verdiblanca tras una patada asesina en el Nou Camp.
Aún hoy, de vez en cuando, me paso a comerme un picaderito, ríquísimo montadito ideal para el colesterol. No está malo tampoco el de mechada, como tampoco lo están las tostadas ni el café de por la mañana.
Su dueño es el mismo que el de el establecimiento del mismo nombre en la calle Arguijo. En mi opinión aquel y este son los dos mejores entre los negocios de esta pequeña cadena local.

Hay mil rincones sevillanos en cada esquina del barrio del Arenal, y este es uno de ellos, vamos… este es un rinconcillo pues es muy pequeñito.
El local es exactamente mitad barra mitad suelo, pero tiene tres o cuatro mesitas altas con taburetes fuera.
Es taurino total. A mi no me gustan los toros, bueno el toro si, lo que no me gustan son las corridas, pero bueno… yo hablaba de un bar… el caso es que aunque no me gusta nada lo que hacen con esos animalitos he de reconocer que los locales con esta decoración me atraen mucho. Son sitios con mucha solera, suelen ser muy antiguos y muy aunténticos. ¿cuántas historias no habrá escuchado esa barra? ¿cuántas cosas feas se habrán vivido en esos baños?
De momento yo paro a tomar montaditos que mi economía no me da para mucho más. Pero según cuentan algunos amigos adinerados que tengo, de esos que se pueden permitir una ración de pescaíto frito, por lo visto está rico rico…
Yo te recomiendo el montaito de jamón.