Envidia

Le pondría 5 estrellas si los precios fuesen mejores, lo veo caro para lo que es ¿Una copa de aguardiente 5 €? un poco descabellado… aún así se esta muy agusto y la camarera que nos atendió muy amable. Eso si, la tarta de queso… demasiado arenosa: S Habría que mejorar la receta.

El Envidia suele tener bastante fama y, la verdad, es una de las mejores opciones para tomar café con tarta o una cervecita por la zona, sin caer en las Cruzcamperías típicas. No se trata de un local grande, pero tiene su encanto, decorado con libros en las estanterías y con pizarra por las paredes.
A mí me gusta especialmente sentarme en la terraza, aunque en invierno se está mucho mejor en el interior, obviamente. Aunque les pega, no tienen WiFi, lo que en mi opinión resta muchos puntos para los que nos gusta salir a trabajar a la calle y echar la tarde en un local de este tipo.
El trato es bueno y tratan de tener siempre buen producto, desmarcándose de lo habitual. Creo que es de los pocos sitios de Sevilla donde puedes tomar ginger-​ale. También cuentan con cervezas artesanas y de importación. Me falta venir a probar las tapas que ponen de noche, pero será otro día :)

Muy recomendable para ira echar la tarde. Para merendar tienen una amplia variedad de tartas y otros dulces, pero lo que más me sorprendió de este sitio fueron sus granizados caseros. Si no recuerdo mal los había de limón, mango, fresa y café. Probé los de limón y mango y los dos estaban espectaculares.
Es una pena que no me pille más cerca de casa, porque la verdad es que en verano apetecen sitios como el Envidia que cuentan con terraza para cuando hace bueno.
Si pedís la tarta Dobo, informo de que me pareció un poco seca y tuve que tirar de granizado para empujar. Por lo demás, todo estupendo. El servicio muy amable y atento y la decoración es bastante original, especialmente las paredes con mosaicos o las puertas de los cuartos con colash de fotografías.
Un sitio estupendo para ir en grupo a merendar: D

Si no vengo más a Envidia es porque no me pilla muy de paso, pero me parece un sitio genial.
Aunque su maravillosa terraza es muy apetecible para los días que hace bueno, normalmente me he sentado dentro.
Lo que más me maravilla del sitio es que tiene algunas cervezas especiales, el café no está nada mal y, además, tienen granizadas artesanas. Sí, en realidad siempre acabo tomando la de limón que es la más típica en todos lados, pero es que está deliciosa. Tienen de otros sabores, más tropicales, pero para algunas cosas soy una clásica.
Es un sitio perfecto para pasar la tarde por lo que ofrecen: cócteles, cafés, tartas, aunque por ahí he visto que también tienen cocina. Sinceramente, no es al sitio al que iría para tapear, pero me parece interesante que tengan tanta variedad.
Por lo demás, me encanta la decoración, los mosaicos de la pared… Hasta los baños son bonitos, limpios y elegantes. En definitiva, me parece un sitio acogedor.
Suele tener bastante gente, por lo que no es demasiado práctico para una reunión de trabajo, pero se puede tener también. De hecho, la última vez que estuve fue para un par de reuniones que tenía y, salvo que no escuchaba muy bien a mis compañeros sentados más lejos, estuvimos perfectamente.
Con respecto a la atención, no son personas que estén demasiado encima de las mesas lo que te permite estar horas relajado tomando algo cuando te apetece. Por otro lado, puedes pedirles recomendaciones que te las facilitan amablemente.

Muy cerquita de Santa Justa encuentro este sitio acogedor y diferente. Esta vez solo para tomar un café. El trato exquisito y la ambientación y música perfecta, con tintes alemanes y anglosajones. En su justa medida para poder charlar a gusto.

De este sitio me gustan dos cosas:
— la decoración, original y cuidada, y
— los mojitos.
Está cerca de Santa Justa y puedes tomar un café o una copa. Por la noche, la luz tenue, la música, que no está mal, y el ambiente tranquilo invitan a la charla tranquila. Casi diría que es un lugar «romanticón» de esos a los que puedes ir después de una cena.
La pega: no es nada barato. Más bien caro.

¿Qué queréis que os diga? Hay sitios que molan, y el Envidia es uno de ellos. Es una pena que no me pille más a mano, porque desde que Juan B. me lo enseñó, me enamoré de su café, y sus granizados.
Te atienden de maravilla, y es un gustazo ver cómo te preparan las bebidas que pides, personalmente, me gusta el detalle con el que cuidan la presentación y la calidad de lo que ofrecen. Me pirra el granizado de mango, ¿qué le voy a hacer?
Está muy bien ubicado, en una avenida amplia, y tiene una sala, que es mediatinta de tamaño con varias mesas, muy bien decorada y una terraza que, si no hace mucho calor, es gloria bendita.
Arianne te trata de maravilla, siempre con una sonrisa y muy buen humor, bromea, incluso se preocupa por ti (un día me tomé tres cafés casi seguidos y me dijo que me iba a dar algo).
Tienen una carta de tés, copas y cafés muy variadas, preparados todos con mucho mimo, cuidado y esmero, me repito en que da gusto ver cómo los preparan, y si lo quieres aderezar con una de sus tartas… Es una combinación explosiva.
Hay que dar la enhorabuena a los que están allí trabajando. Cada vez que voy, hacen de mi tarde una experiencia de 5 estrellas.

Cafés, tartas, pasteles, cócteles, copas… Estupendo servicio, amables y serviciales. Local limpio y acogedor. Terraza para tomar el fresco o/​y el sol (dependiendo de la estación del año) acompañado de amigos y un buen café .
Uno de mis lugares favoritas para copas sin alcohol, además con un buen precio.
No dejéis de pasar por el local, os merecerá la visita.

Uno de mis lugares favoritos para desconectar de todo. Su ambientación musical, el trato de su plantilla y sus productos, lo hacen ideal para ir en compañía de amigos o pareja.
Sus tartas, del obrador Ambrosius en su mayoría y ocasionalmente de Tartas de Autor (@suitcake) unido al café realizado con máquina de tirador manual, el binomio perfecto.
En época de calor, no dejes de pedir el Té de la casa.
Variedad de cócteles con y sin alcohol.
Mucha gente no sabe que también tienen tapas internacionales para picotear sólo en las noches, de 20:30 a 23h.

El Bar Envidia es un sitio muy acogedor, lleno de encanto con sus rincones con mosaicos, en él te sientes muy agusto, tiene un montón de cócteles con o sin alcohol super ricos, y sobre todo lo que más me gusta a mí son los granizados de Mango, que están buenísimos, el trato es exquisito, y hay buena energía, recomendable para pasar una tarde magnífica con amigos. No os arrepentiréis, ah!!!, y Ariadna es un amor…

Cuando pienso en un lugar tranquilo para tomarme algo alejado del centro pienso en Envidia. Este local lo conocí hace varios años, pero al no estar dentro de mi ruta habitual no lo frecuento demasiado, pero eso sí, siempre que puedo me acerco por allí.
En envidia hay bastante variedad en bebidas, tanto en tés y refrescos como en su carta de cóckteles. Es de eso bares que me gustan porque tienen Bitter kas: P. También puedes probar a merendar allí ya que disponen de una carta de tartas y hay tantas que cuesta decidirse.
Si queréis probar un sitio nuevo, pasad por allí, podéis sentaros dentro o en su terraza, el ambiente es tranquilo y te tratan muy bien :)

Lugar ideal para amantes de las bebidas espirituosas y, como no, deleitarse en el ocaso –o albores– de una excelente velada. Que no teman los abstemios, también tienen cócteles para ellos… en fin, una joya

Este es uno de mis rincones favoritos cuando se trata de tomar un café, cóctel o batido helado. La cantidad de productos que ofrece su carta nos hace disfrutar de una buena variedad en la que elegir. Para todos los gustos, tienes a disposición una amplia terraza y además (ahora que llega el frío) un acogedor interior para optar a un entorno mucho más íntimo. Moderado en el precio y con un servicio rápido y efectivo seguramente, repetirás cuando lo pruebes.

Dicen que de poco en vida valiste si envidiosos no tuviste. Si esto es cierto gracias al resto de locales éste vale mucho. La verdad es que en esta calle hay algún que otro bar, pero ninguno como éste. Me recuerda mucho al estilo de esos sitios molenes que hay por la Alameda pero muy cerca de Santa Justa en la parte opuesta a Nervión.
Siempre he ido de tarde cuando residía por la zona. Un amigo del Pueblo, que vivía en José Laguillo, y yo quedábamos en la esquina que da comienzo a la calle casi todos los sábados. Nuestros horarios eran muy complicados para vernos entre semana pero ese día y ese lugar era el que siempre elegíamos para ponernos al día.
Es el sitio más chic a dos kilómetros a la redonda –para mi gusto-​. Lo que más me gustan son los cafés de media tarde, tienen un montón de capuchinos. Yo casi siempre pedía el biberón con leche condensada, un pecado capital que nunca evitaré. Si alguna vez tengo que ir al infierno, sin duda, será por ello.

Este es el sitio perfecto para disfrutar de un cóctel tranquilamente sentados. Su carta es muy amplia y encuentras casi cualquier bebida que te apetezca. Nos sorprendió cuando vimos que incluso tenían «lo spritz» una bebida típica de una ciudad al norte de Italia que no habíamos vuelto a probar desde que estuvimos allí.
Los camareros son muy simpáticos, e incluso se paran si necesitas ayuda entre tanto «pecado».
Cuando vayas al baño hazlo tranquilamente porque los tienen empapelados con fotos de actores y actrices, por lo que la gente se demora un poco más en salir, y es que la lujuria también es un pecado ¿no?

«Aquí en el corazón de la envidia, déjate envidiar…» Reza la carta de este curioso café bar, inspirado en los «Pecados cotidianos» de Antonello Pira, para convertir en irresistible tentación cada una de sus especialidades.
¡Y les aseguro que lo consigue! Primero con el ambiente: Tranquilo y acogedor. Decorado con incrustaciones de vidrio de colores estilo gaudiano en las paredes, una estantería de libros hecha con ramas de árboles, cuadros de artistas locales alrededor y música chill out, jazz o pop de fondo para amenizar las nueve mesas de clientes que normalmente llenan su interior y las diecisiete de su amplia terraza.
Lo segundo, es su variada carta para todos los momentos. merendar, tapear o tomar copas. Las tartas son deliciosas, especialmente la «Bombón» con base de avellanas y mousse de chocolate con leche.
Para tapear, me quedo con la pechuga con crema de boletos, aunque hay muchas más que no he llegado a probar. Y en cuanto a las copas, sorprende la variedad de cócteles a elegir con y sin alcohol. El «Bombay» y «Noche de verano», están buenísimos…
Por último, los precios son bastante módicos, e incluso si eres artista y quieres exponer tus propios cuadros, te dan la oportunidad de hacerlo gratis durante un mes. Definitivamente un bar que lo tiene todo… Envidia les dará a los que no lo prueben!
Interesante y muy recomendable.