Galisport El Porvenir

Sinceramente, nunca he tenido la fuerza de voluntad para apuntarme a un gym. Pero desde que me decidí a hacerlo y visité Galisport, mi elección no pudo ser otra.
Apenas empecé hace un par de semanas, pero hasta ahora estoy contenta con la variedad de las actividades colectivas, la calidad de las máquinas y el material, la comodidad de sus instalaciones y sobre todo: ¡el horario! Pienso que abrir todos los días es una fortaleza, que combinada con los demás puntos, convierte Galisport en un gran gimnasio.
Recomiendo una inmersión rápida en el jacuzzi y en la piscina de chorros tras el entrenamiento. Notaréis que os vais a casa mirando la vida de otro modo: D
No estoy demasiado contenta con los entrenadores de la sala de Fitness. Por lo general están ausentes y apáticos, y creo que esto puede afectar bastante a quienes vienen a entrenar por primera vez.
Consejos que insertaré en el buzón de sugerencias:
–Enchufes dentro de las taquillas para cargar tu móvil/​tableta/​portátil mientras entrenas. Sé que suena descabellado pero, ¿no sería genial?
–Darle un poco más de caña al aire acondicionado de en los días más calurosos. Entiendo que no debe estar muy fuerte, pero en días de verano, el calor es asfixiante incluso antes de empezar el entrenamiento.

Estuve apuntada a este gimnasio durante unos meses y la verdad es que no me gustó demasiado. Las instalaciones son geniales, hay bastantes clases y todo es muy bonito. Sin embargo, los monitores no son en general amigables ni de mucha ayuda y el horario deja bastante que desear para tratarse de un gimnasio de precios bastante elevados y de gran tamaño. No sé si ha cambiado pero cuando yo iba sólo abría el sábado por la mañana durante el fin de semana. Las clases que probé (Spinning y Body Pump) eran más aburridas que en cualquier otro gimnasio en el que estado. No me refiero a más flojas o menos exigentes, sino simplemente menos amenas, más enfocadas a ‘somos un súper gimnasio’, en plan un espacio enorme con el monitor en un escenario a kilómetros de la gente y llevando un micrófono.Si te pilla cerca, te molan las súper instalaciones o te da igual pagar bastante cuota, posiblemente te guste este gimnasio. Yo creo que prefiero un gimnasio más pequeñito de barrio donde me conozcan y las clases sean amenas y divertidas.

Soy un fracaso de los gimnasios. Sólo me he apuntado seriamente a dos, aunque lo cierto es que en ninguno de ellos tardé más de dos meses –en el mejor de los casos– en anular mi plaza dentro de ellos.
Uno de los últimos en el que me apunté, y de esto hace ya cerca de cuatro años, fue en el Galisport. Trabajaba justamente enfrente y pensé que sería una buena idea que justo después de salir del tajo y antes de empezar la jornada de estudiante en la facultad podría descargar adrenalina, entre otras cosas. Durante el primer mes he de reconocer que iba prácticamente todos los día, pero con el inicio del segundo ya empezé con los «esques»: es que tengo que hacer un trabajo, es que hoy estoy muy cansado, es que no me da tiempo de llegar a la Universidad… En fin tantas fueron las escusas que decicí quitarme.
Fue una auténtica pena, ya que las instalaciones estaban de escándalo, eran amplias y con máquinas suficientes para todos, al menos en el horario en el que yo iba. Estoy seguro que si se hubiera apuntado conmigo algún compañero hubiera permanecido en el gym al menos los seis meses que duraba mi contrato en aquella empresa. Si alguien quiere, nos apuntamos juntos…
Creo que es uno de los mejores existentes en Sevilla, tienen de todo, pero de todo todo. Apenas utilicé muchas cosas, sólo las salas de máquinas de definir y aquellas dedicadas al cardio.

Mi tía era clienta de este gimnasio desde hace años y le regalaron un bono mensual para probar las instalaciones en época de captar clientes. Fui la beneficiaria de ese bono y estuve yendo. Las instalaciones son muy grandes y están bastante cuidadas. Probé varias clases de pilates, aeróbic y bailes y casi siempre bajaba a la piscina a nadar. Lo que más me gustaba era el mini-​spa con chorros de presión para activar la circulación de piernas y espalda, la sauna y el baño turco. Lo de los chorritos estaba bastante lleno y a veces te tocaba alguien delante que le daba al botón una y otra vez, y y tú ahí en plan, déjame un poco.
El espacio estaba muy bien. El problema que le veía era el precio, con una matrícula de 70 euros. Claro que una vez que accedes puedes permanecer todo el tiempo que quieras, pero es que en el día día no es real poder dedicarle tanto tiempo, o al menos en mi rutina cotidiana no lo era.
En aquella época había cierto malestar entre la clientela porque habían instalado cámaras de viodeovigilancia en los vestuarios. Había gente a favor de aquello porque pensaban que así habría menos robos en las taquillas. Otras personas decían que vulneraba su intimidad.