Ginza

Creo recordar que en un principio estaba sólo una pequeña tienda enfrente del bar Trajano. Cuando yo era hippie solía comprarme pendientes allí, los típicos pendientes de plata con diseños de ondas y espirales. Ya sabéis de qué os hablo. Tenían (y tienen) una amplia gama de pantalones de lino con rayas verticales, faldas mínimas con rayas horizontales, camisas de cuello Mao… ese estilo permanentemente veraniego que sólo puede mantenerse durante todo el año de Sevilla para el sur.
Se me pasó el hippismo (el vestimental al menos, aunque habría que ver cuánto de hippismo ideológico se inventó como pose y cuánto es real, y sobre todo quiénes lo conservan) y se me pasó la etapa de visitar esta tienda. Hasta que vi unas zapatillas, ya en la otra tienda, la negra, que a mí me parecieron de estar por casa y que tenían pintas de súper cómodas. Resultaron ser, al final, un poco caras. Quizás porque (y esto me lo decíà la cara de quien me atendía) no era de estar por casa en absoluto.

Soy fan de Ginza. Recuerdo cuando la tienda llevaba mucho menos tiempo y aún no teníà la espectacular decoración que luego le pusieron. Ya entonces me llamaba la atención porque trabaja productos de estilo popero, hippie y para gente a la que le guste el colorido. Ahora es más fácil encontrarlos en Sevilla pero por ser pioneros se han convertido en la tienda de referencia.
Además me gusta porque es como la antesala de la Alameda, cuando coges la calle Trajano sales de la estirada Plaza del Duque con sus «hippies» cada día menos hippies y casi lo primero que te encuentras es Ginza, una explosión de color. En cuanto a precios, tiene un amplio abanico. Para mi gusto hay cosas que están bien de precio, sobretodo las artesanales, y otras que tienen un margen alto respecto a comercios similares o mercadillos. Porque Ginza es fundamentalmente eso, un compendio de puestos hippies muy bonito y en el que te atienden que da gusto.

Tengo una duda con el nombre de esta tienda. No sé por qué la han llamado Ginza, que es un distrito de Tokio, cuando la mayoría de los artículos que venden aquí proceden de Tailandia. Quizás sea porque ese distrito está lleno de tiendas y restaurantes. O quizás pueda deberse al significado de la palabra, «lugar de la plata», ya que en este negocio venden abundante joyería manufacturada con este metal, procedente también de Tailandia, claro.
Pero no quiero liaros con mis dudas. Yo venía aquí a hablaros de esta tienda, una más de estilismo hippie, un poco trasnochada ya esta moda, por cierto, pero que en Sevilla al menos sigue teniendo filón. Y es que además de las telas con motivos geométricos y colores vivos de los bolsos y pantalones de estilo más «étnico» (vaya palabreja también, qué dirán los antropólogos cuando la vean utilizarse de este modo), tienen camisetas y faldas de diseño español y que circula por circuitos de tiendas pequeñas. Y unas zapatillas o sandalias de tela, estás sí del mismo país del sudeste asiático cuyo nombre me resisto a repetir, que me parecen bastante majas, además de muy asequibles. De los ya popularizados pantalones tailandeses, tan cómodos en verano y que sientan tan bien en el chiringuito playero, puedes encontrar variedad.
El propietario del negocio es un poco irregular en los horarios, se le nota el hippismo en eso también, pero si te lo encuentras en el local es probable que acabes echando un ratito de charla amigable con él. Alguna ventaja tenía que tener. Lo último: son dos tiendas, una enfrente de otra (calle en medio), en la misma acera.