Go! Música

Extremadamente pequeña no, lo siguiente. Algo así como un zulo de castigo. Entiendo que los locales en el centro son caros pero esto es demasiado. Digamos que unas 3 personas anchotas ya empiezan a notar que les falta espacio.
En busca de cuerdas para el bajo tuve que recorrerme un sábado bastantes tiendas de toda la ciudad. No sé si los planetas se alinieron, esa noche había luna llena o me echaron mal de ojo pero en ningún sitio tenían un calibre 125 o 130 (cosa rara la verdad) y si lo tenían era de alguna marca que no me interesaba.
Cuando ya estaba hasta las mismas narices y seguramente iba a tener que aplazar lo de comprar la cuerda vi este local. Lo conocía de oídas así que me aventuré a preguntar con bastante poca fe. Para mi suerte había y además una de las marcas que no me importaba comprar.
Tras todo este jaleo de tienda arriba tienda abajo aprendí la lección. Comprar un juego de cuerdas de reserva o directamente comprarlo por internet porque como me ocurra lo mismo no vuelvo a recorrer tantas tiendas.

En unas semanas comienzan las Navidades, aunque en algunas ciudades de España, los Ayuntamientos parecen haberse olvidado de la crisis para lo que quieren y han vuelto a tirar la casa por la ventana en lo que se refiere al adorno de las luces. Miles de luces iluminan las calles de ciertas ciudades, y con las luces todos nos tiramos a las calles en busca de un regalo para tal o cual.
El años pasado, por esta fechas, acompañé a Maribel en busca de un pedal eléctrico para Ale. Ella estaba embarazada ya de muchos meses, y si no es agradable recorrerse las calles llenas de gente en busca de lo que sea tú sola, embarazada lo es menos. Así que con la compañíà la una de la otra, nos lanzamos a la jungla que es la ciudad cuanto más cerca está la Navidad.
Ninguna de las dos sabíamos de música de manera profesional. Como la amplia mayoría de la gente de nuestra edad, dimos flauta dulce en el colegio, y algunas nociones de cultura musical general sí que adquirimos, pero aunque Maribel estuvo años en clases de guitarra, ella no pasó de perfeccionar la misma sevillana y yo abandoné mi prometedora carrera de flautista en cuanto descubrí que la flauta dulce era un sucedáneo de flauta. Con nuestro desconocimiento a cuestas, pensando que a pesar de ello, podríamos comprar un pedal para una guitarra. Creo que era un pedal para un guitarra. Nos metimos en Sevilla Musical. Nada más abrir la boca, era evidente que nosotras de música, pues eso, de tocar instrumentos poco. El dependiente nos trató de imbéciles y como si no atendernos fuera perder el tiempo, nos ignoró, así que nos fuimos cabreadas. Sevilla Musical nunca más, pensamos, pero no conocíamos otra tienda.
De vuelta a casa de Maribel, pasamos por una bocacalle de la calle Baños, y allí estaba Go! Música. Como agua de mayo, como caída del cielo, la tienda y su amable dependiente. Encargamos el pedal allí mismo y a muy buen precio. Todo nos pareció fácil, amable y barato.