Heladería Torres

Servicio horrible y irrespetuoso. Helado rancio. Qué asco. No voy a volver. Hay lugares mucho mejores en Sevilla.
Terrible service and my ice cream had stale cookie pieces in it. Just revolting. I’m not going to return any time soon. There are much better places in Sevilla with great service and fresh ice cream.

Esta heladería, por su ubicación, suele ser una de las que visito con más frecuencia ya que está muy cerca del centro comercial Nervión Plaza y suele ser un buen sitio de paso tras ver una peli en el cine en las calurosas noches de verano sevillano.
La heladería en si no es muy grande y dentro de su local apenas tiene mesas pero si tiene una gran terraza que ha ido ampliando poco a poco y que ahora cuenta con un sistema de microclima. Además, al estar ubicada en una esquina entre dos avenidas grandes, suele ser un sitio más fresquito que la media de la ciudad porque siempre corre algo de viento.
Cuenta con dos vitrinas de helado de distintos sabores, todos ellos artesanos, predominando sobre todos los sabores muy dulces. Eso no es un problema para mi que me encantan este tipo de sabores pero si que lo puede ser si lo que buscas son sabores más refrescantes de frutas ya que de eso no tiene mucha variedad.
A mi todos los que he probado me han encantado pero sobre todo el de leche merengada (que es de los más fresquitos y ligeros), el de twix y el de nutella blanca (este último delicioso). Los precios están dentro de la media de este tipo de helados costando la tarrina pequeña en la que se pueden combinar dos sabores y tiene un tamaño bastante razonable, 3 euros.

Buena atención y helados artesanales. En buen sitio. En la terracita se está de lujo.
Podría ser más barata, pero bueno… No está mal.
Creo recordar que eran 3 € por la tarrina pequeña.
El helado está bueno, pero hay que reconocer que tampoco es nada del otro mundo.
Probablemente vuelva.

Esta heladería, que lleva unos 4 años en pleno corazón de Nervión, es un lugar ideal para tomar un helado en una calurosa noche de verano en Sevilla. Helados ricos y elaborados. Atención estupenda. Además sirven copas y refrescos.
Un sitio perfecto para un ratito con los amigos.

Si quieres tomar un helado por Nervión, podrías elegir esta heladería. Aquí tienen mucha variedad de sabores y los precios son asequibles.
El local es algo pequeño, dentro sólo hay una o dos mesas, y durante la noche no está climatizado, no se por la tarde. La atención es buena, había tres personas sirviendo y son amables, pero no te ofrecen a probar sabores.
Para tomar estos helados, puedes hacerlo en las mesitas de fuera que son muchas y además como está en una esquina, es una zona con bastante aire fresco.
Los helados no son mis favoritos, porque me resultaron demasiado cremosos y espesos, pero si había muchos sabores entre los que pudieras elegir y probar por ti mismo.
Si con estos calores estás a la caza del mejor helado, el más sabroso y el más rico, puedes probar por aquí, y a ver qué tal te parecen a ti ;)

Sin llegar a estar en el Top de las heladerías de Sevilla, es cierto que es un buen sitio para degustar una de estas cremas si no tienes ninguna alternativa mejor por los alrededores. Yo he venido varias veces en los últimos años a comprar tarrinas de helados para regalar a unos viejos amigos a una radio cercana cuando su programa cumplía aniversario, y alguna que otra vez con mi madre después de comer por la zona.
La verdad es que los helados están ricos y hay algunos que están especialmente sabrosos, pero todos comparten una cualidad «demasiado mantecosa» que hace que no me terminen de convencer del todo. Aun así, ofrecen cafés, granizadas y tartas que gustarán a los más golosos, pero que no serán memorables cuando hagamos memoria.

My sister keeps looking for a boy who works there. She won’t shut up about him. Jose. He works there apparently. She said the eye candy was as good as the ice cream. Would you have Jose email me so I can hook them up so she will finally shut up about him?
thanks Jose!

Los que estamos con frecuencia por la zona de Nervión conocemos perfectamente la heladería Torres, aunque solo sea de vista. Es una opción interesante si vienes de compras por aquí y no te quieres mover mucho a la hora de comerte un helado o tomar café o un refresco. Sin embargo, a mí este sitio como que me estresa un poco para sentarme en una de sus mesas. Está en el corazón de Nervión, sí. Tan en el corazón que está en la esquina donde confluyen los semáforos de dos grandes avenidas: Eduardo Dato y San Francisco Javier. El aglomeramiento de gente para cruzar, se forma a medio metro de ti, con su posterior trasiego. Y todos sabemos cómo están los ánimos de la gente que suele venir a la zona, la mayoría de compras. Muchas prisas, y a mí eso se me contagia. Por no hablar del tráfico.
Luego, los helados son muy normalitos y los precios son muy estándar. Me parece correcto para pedírtelo y moverte a otro sitio, seguir paseando. Pero para sentarme, prefiero tomar helado en las múltiples opciones alternativas que existen en los alrededores, ídem de lo mismo si lo que quieres es tomar un café o merendar.

«La heladería», como así la llamamos entre mis amigos, es un sitio agradable para merendar, aunque hay que decir que los helados no son los mejores del mundo. Además, desde que se inauguró ha ido decayendo, y no hablo de los productos que ofrece, hablo de la decoración y del personal. Éste es cada vez más maleducado y parece que no se esfuerza mucho en hacer su trabajo, hablan entre ellos mientras te atienden, cosa que puede resultar muy molesta. En cuanto a la decoración, al principio era «mona» y con algo de estilo, pero poco a poco se ha ido convirtiendo en un bar de carretera, lleno de chismes por todos lados.
Eso sí, no os vayáis sin probar su tarta de queso… riquísima!

Sin estar entre las mejores de Sevilla y teniendo en cuenta que los precios en heladerías de primer nivel son altos, el estándar lo mantiene.
Puntos a favor, los helados están ricos, sí. Stracciatella y Kinder, que son los que probé, están bastante bien. Regular el chocolate blanco.
Y sinceramente, tienen los asientos más cómodos que he probado en mi vida, sin exagerar, es increíble.
Sumad una fuente con vasitos de plástico que ayuda a acompañar, un lugar inmejorable en Nervión y tendréis vuestra heladería por allí ;)

Entré por primera vez en esta heladería hace poco tiempo, de camino a otro lugar y porque Freskura, a donde habíamos ido en un principio, estaba cerrada. La decepción de quedarse sin el helado prometido puede ser fatal para un niño. Y eso nos pasó, que cuando tocó elegir aquí no tenían ninguno de sus sabores preferidos (los de Freskura, claro) y pasó un buen rato, entre llanto y recomposición, hasta que consiguió decidirse. En el transcurso a mí, que también soy un poco niña chica, se me antojó probar el de chocolate. He de reconocer que la dependienta tuvo una paciencia infinita ante una situación bastante embarazosa. El helado de chocolate no estaba mal, aunque tampoco sobresalía en ningún modo. Cuando íbamos hacia el coche el que tanto había costado elegir cayó al suelo. Imaginaros el sofocón.

Malísima la experiencia con esta heladería. He puesto los pies una sola vez en este establecimiento y cuando algún amigo o cualquier otra persona pasa junta al local y se anima a entrar le insisto en que pase de largo y vaya a otra.
El día que entré no había casi nadie, como mucho cuatro personas más en las mesas, y de primeras no me dio buena impresión. Quienes atendían estaban de espaldas a los cliente apoyadas y mascando chicle, algo no muy positivo. Al pedir la tarrina era uno de esos helados que tanto odio: ultracongelados. Parecen una señora roca con un sabor nada conseguido.
Lo mejor de todo fue cuando entró un cliente nuevo y pidió una bandeja de pasteles. Se notaba la poca experiencia a la hora de empaquetar las bandejas. Tuvo que estar bastante tiempo y no le salió especialmente bien el papel con la cinta adhesiva. Para colmo las dependientas seguían mascando chicle.
No hay duda que esta heladería tiene clientela gracias a la situación estratégica en la que está porque en servicio y calidad de productos no salí nada contento.

Esta heladería-​cafetería ocupa toda la esquina de la Avenida Eduardo Dato y fui una de las primeras en visitarla cuando se inauguró hace unos cuantos meses, porque es un sitio ideal para merendar después de un cansado día de compras en el Centro Comercial Nervión, que queda justo cruzando la avenida.
Imposible de pasar desapercibida, con su letrero de néón, una foto ampliada de una niña tomándose un delicioso helado (el marketing visual funciona!) y mesas de diseño en la terraza, que le dan un toque modernista.
En la vitrina se pueden apreciar diferentes tipos de helados artesanales, servidos en cucurucho, tarrinas o copas. Hay desde los clásicos de turrón, fresa y vainilla; hasta otros combinados más elaborados como plátano y naranja con chocolate, cookies, trufa, tocino de cielo, menta y chocolate con cerezas, uno de los mejores, sin lugar a dudas .
Aparte de los helados, preparan todo tipo de pasteles tradicionales como la poleá y las torrijas. Muy recomendables son los muffins de dulce de leche y queso con arándanos. También elaboran tartas y dulces por encargo.