Jardines de la Buhaira

Los Jardines de la Buhaira (o «el parque de las vacas» para los peques, conocido así por las tres vacas de madera que encuentras al entrar, todo un clásico) son uno de los pulmones verdes del barrio de Nervión, un parque tranquilo que se sale de lo típico al integrar en su estructura una alberca enorme, una avenida que lo parte en dos –Buhaira– y un palacio mudejar donde, en verano, se organizan conciertos al aire libre y otras actividades.
Además de para traer a la peque y que queme energías, me encanta venir simplemente a dar un paseo; buscar un banco a la sombra para sentarse cerca de alguna de las fuentes y simplemente escuchar el agua correr es una delicia. Uno de mis rincones favoritos en el barrio.
(En verano funciona un chiringuito en la zona sin columpios, tanto para tapeo como para copeo. Un sitio estupendo para las noches de verano, con jaimas, tumbonas y sofás para disfrutar de la copa)

Me gusta mucho esta zona verde de Sevilla porque ofrece un poquito de todo lo que vamos buscando en un espacio así, pero sin ser gigante ni tampoco ser tan pequeño que no se quepa.
Tiene dos partes, pues la avenida de la Buhaira la divide. La parte este, más pequeña y con un estanque, los cimientos de lo que iba a ser la Basílica de la Inmaculada Milagrosa de Aníbal González, una casa de imitación de estilo mudéjar donde se celebran conciertos y mercadillos de artes, algunas fuentes y parque infantil.
En el otro lado, un kiosco donde tomar café o tapear, más fuentes y jardines donde leer tranquilamente a la sombra de los árboles. Este lado es algo más grande y amplio.
Yo le tengo un especial cariño a este parque porque durante un tiempo estudiaba en EUSA, que no está lejos, y cuando no apetecía estar en clase nos veníamos aquí a echar el rato y unas risas.

Este parque, mejor dicho jardín, por su tamaño más bien pequeñito, tiene un especial encanto que te trae aires románticos de los cuentos de las «1000 y una noches».
Recomiendo el paseo al atardecer, por las fuentes y los arriates alrededor del palacete árabe.
Aún se pueden observar en los bordes de la alberca que hay tras el palacete, las conducciones y restos de exclusas que se usaban para canalizar el riego. Interesante.
Por otro lado, tiene el típico parquecito infantil con columpios y demás, reformado recientemente para sustituir el suelo de arena y piedras por el de caucho, más higiénico, y unas simpáticas vaquitas de madera que encantan a mis hijos.
Un último detalle: Cruzando la avenida que divide al parque en dos, entras en una zona más pequeña que da la impresión desde fuera de no haber nada más que árboles.
Todo lo contrario, encontrarás un pequeño caminito por completo cubierto por las hojas de la arboleda, a lo largo del que han instalado las clásicas máquinas de gimnasia, y cuyo paseo termina en un quiosco donde tomar un refresco. Cortito pero recomendable 100%

Buen jardin para dar un paseo tranquilo en la zona de Nervión.

De siempre le he tenido un cariño especial a este parque de Sevilla. La primera vez que pasé por él fue en taxi, a las mil de la noche, con dirección al hotel Sevilla Center que se encuentra justo al final del parque.
Habitación de esquina, planta once, con vistas al jardín. Las vistas magníficas, así que me autoinvité a dar un paseo por el jardín al día siguiente.
El jardín se encuentra partido por la avenida, y en él se pueden observan algunos restos arqueológicos bastante reconstruidos, muy bien integrados en el parque y con la jardinería.
Esta semana pasada que he vuelto por trabajo a Sevilla, y aprovechando que el azahar ya estaba medio que, me dí un paseíto por el parque.
Seguía estando bonito, a pesar de que estaba más sucio y había algunas pintadas que antes no estaban.

El Jardín de la Buhaira es una zona verde en medio de la ciudad. Un jardín de los que podemos llamar históricos ya que su existencia guarda una relación directa con su pasado y es un eje de transmisión de cultura per se. Un parque declarado Bien de Interés Cultural en 1972 en el cual se localizan los restos arqueológicos de lo que fue este espacio y su evolución. Dos etapas fundamentales han sido individualizadas en su estudio:
— En primer lugar su fase islámica, época a la que pertenecen los restos de un pequeño pabellón de recreo de época almohade. La Buhayra fue construido fuera de las murallas por el califa Abu Ya Qub Yusufy en la segunda mitad del siglo XII. Una gran cantidad de plantaciones (olivos, viñas, frutales exóticos…) eran regadas por un avanzado sistema de riego que obtenía el agua de los Caños de Carmona. Un gran estanque situado al oeste del palacio le servía de espejo y se ha considerado como el antepasado directo de los que se construyeron en Granada y Marrakech.
— En una segunda fase el complejo se transforma en el siglo XVI. Adquirido por Catalina de Ribera pasa ahora a llamarse la Huerta de la Buhaira y cuyos cultivos se han mantenido hasta el siglo XX. El palacio se amplía y el estanque se llena de peces y barcas de recreo.
Ambas edificaciones fueron sustituidas por un nuevo pabellón de recreo sobre las ruinas del construido en época de Catalina. Tenemos hoy ante nosotros un pabellón neonazarí convertido en centro cívico y donde se realizan numerosas actividades culturales, exposiciones, obras de teatro, conferencias… La reordenación urbana del sector ha propiciado que el Jardín se divida en dos siendo atravesados por la Avenida de la Buhaira.
Como anécdota apuntar que el proyecto previo de la Estación de Santa Junta la zona elegida para su construcción era en los Jardines de la Buhaira por lo que su modificación ha sido un logro para los ciudadanos ya que hoy podemos disfrutar de uno de los parques más agradables de la ciudad. Dentro podemos disfrutar de una cerveza ya que el cuenta con un bar-​chiringuito en su interior con una terraza preciosa bajo unas caracolas cubiertas de enredaderas.