Kiosco Avenida Sancho Dávila

Ni es el más grande, ni el más bonito, ni el mejor colocado, ni en el que te atienden mejor. De hecho, durante un tiempo estuvo cerrado por traspaso, con el perjuicio que eso causa a los lugares donde los animales de la mañana vamos a comprar nuestra prensa diaria y revistas. Pero da igual porque el Kiosko de la Avenida Sancho Dávila es mi kiosko. Para lo bueno y para lo malo, para las mañanas soleadas y las lluviosas que hacen que se quite las ganas de ir tanto a por el periódico como a por el pan al Polvillo de al lado.
Ahora viene lo bueno. Si eres cliente habitual siempre te van a guardar algún cupón que te haga falta para completar la colección que tanto te estás currando día tras día. Por otro lado, aunque es relativamente pequeño, cuando abre los brazos, descubres que tiene revistas para calmar cualquier clase de manía rara que disfrutes: belleza, informática, viajes, cultura, porno, cómics, etc. Como no podía ser de otra manera, también podrás hacerte con algo de chucherías, golosinas, chocolates o patatas. Pero no es un kiosko especialista en saciar las necesidades culinarias caprichosas, no lo olvides. En su momento vendían bonobús y supongo que aún lo hacen pero no lo puedo confirmar porque hace tiempo que abandoné el glorioso transporte público sevillano.
Está muy bien colocado, para su suerte. Cuando cierra es una auténtica faena porque no hay ningún otro lugar donde poder hacerte con tu diario preferido en 200 o 300 metros a la redonda. Lo más cercano es una copistería que también lleva prensa, pero ya está en el barrio de la Carrasca, que para recorrerlo recién levantada perece estar en otro país.
Lo dicho, no es el mejor pero es el mío. Y a ver quién se mete con él.