Kustom Café

Otro bar más… La verdad es que no me dice mucho… Una buena idea pero le falta animación… Además, el trato de la gente que hay tras la barra no invita a quedarte mucho tiempo… Recuerdo que eso me marcó más que el sabor del whisky. Lo siento pero es la verdad.

Gente bastante antipática tras la barra.

Teniendo en cuenta la localización y la alternativa de ocio que plantea, me parece un local necesario.
Entre tanto bar de copas, discotecas y restaurantes familiares se alza este establecimiento con unos tintes más «gamberros» que todos los demás. Música rock, cerveza, motos y buen ambiente.
El trato de los camareros no depende del local puesto que todas las veces que he acudido he sido atendido sin problema alguno. Esto debe ser ocasionado a que en algún momento hubo un empleado que no resultó hacer bien su trabajo, cosa que no es excusa para deteriorar la imagen de Kustom Café.
Si quieres salir por la zona de Sevilla Este pero no te apetece estar rodeado de pechos depilados, zapatos de charol y camisetas abiertas hasta el ombligo este es tu sitio. No lo dudes y ve a tomarte unas copas mientras escuchas buena música.

Kustom Kulture es un estilo de vida que apareció después de la II Guerra Mundial. Nace en Estados Unidos de la mano de los veteranos de guerra que participaron en ese conflicto y que al volver a la rutina se volvieron moteros, pero habiendo visto lo ligeras que eran las motos europeas, decidieron quitarle todos los elementos «innecesarios» a sus Harley y consiguieron crear la moto Chopper.
Cuento esto porque es lo que se desprende de toda la decoración de este bar, está inspirado en esta forma de vivir. En este espacio se conjuga el motor con la guerra. Hay fotos de motos y aviones militares, matriculas, ropa motera en un expositor, música rock & roll y swing de fondo, y un dibujo impresionante que cubre todo el techo en el que aparece un avión de guerra de gran tamaño, lanzando bombas (una de ellas es «real», quiero decir que será de plástico o lo que sea pero que cuelga del techo). Todo está cuidado al mínimo detalle, mismamente, el pomo de la puerta es una cruz de Malta, en la barra hay incrustada una auténtica Chopper y los baños están empapelados de cuerpos semidesnudos tatuados (el de chicos con fotos de chicas y viceversa), para que te recrees un poco. A la decoración yo le pondría un 10.
Es un bar al que puedes ir por la tarde y tomarte un café con donugts en esa soleada terraza que tiene, o ir de noche y tomarte una copa dentro, que se está muy calentito. Yo estuve un viernes noche y cuando llegué habría un par de mesas, pero a eso de las 12 y media empezó a llegar mas gente. Otra cosa que destaco es que por esa zona no suele haber problema de aparcamiento.
Algo que no me ha terminado de gustar es el trato de la camarera, es un poco seco.
Pero si te atrae el rollo motero este sitio seguro que te gusta.