La Bohemia

Tranquilo local de predominancia osa aunque hay un poco de todo. Los gin tonics están bien servidos y es una buena opción para tomarte las primeras copas, aunque no esperes darlo todo en la pista de baile porque la música está muy, muy, muy bajita, de modo que casi a lo que invita es a que pongan unos sofás y quedarte ahí con los amigos de charleta en plan Central Perk Late Night. Eso sí, hay bastante gente y tiene ambientillo

Ich konnte nichts besonderes für oder gegen diese Bar feststellen. Scheint mir der klassische Ort zu sein, um vorzuglühen. Wenig überraschend: voller Bärchen. Die Stimmung war daher auch eher gemütlich.

Al principio me pareció un poco repelente el sitio, esa fachada, ese barroquismo, que recordaba bastante al … por qué no… de Manuela Trasovares, … ya sabeis la Mezzosoprano lírica… me parecía que al traspasar el umbral me la iba encontrar allí tumbada en un diván…
Que cosas no?. Al final una tarde, más bien noche, el Pablo y yo nos lanzamos, ya estabamos hartos del Barón, del Bosque y las mismas getas de todos los fines de semana.
No tenía ni idea de con que empezar la noche, zumos? dicen que los preparan ricos, … no era momento, así que para calentar motores me pedí mi clásico daikiri, mi combinado favorito. Estaba bueno, fuerte, la verdad es que en Sevilla siempre ponen los daikiris fuertes. Me dió un poco de envidia de la piña colada que se pidió Pablo.
En este local como en muchos otros de la Alameda se está mejor fuera que dentro.

Viniendo de comer de la Alameda con los amigos, se nos apetece una copita, pero algo light nada de marcha, estar sentado hablar y reírnos todo juntos.
El bohemia es ideal para esto, no es muy grande pero muy bonito, decorado con muy buen gusto con unas lamparas de araña muy bonitas y una luz indirecta que hace un ambiente intimo.
En verano hacen muchos tipos de coctel, yo tome una vez un caipiriña pero hecho con fresas naturales, muy bueno, te regalan frutos secos, claro para que bebas mas.
La música muy agradable, los camareros simpáticos, hay mucho gay porque es el paso a la zona mas gay de Sevilla, pero el bar tiene un ambiente mezclado muy variado.
Es un local muy estrecho y muy a la calle, me encanta estar fuera, aunque no tiene veladores, solo unas mesas altas apoyadas en la pared, porque se ve todo el trasiego de la Alameda, gente para arriba y para abajo.

Nunca me hubiera fijado en este bar. Uno mas de los mil que han abierto en esta zona, pensé cuando mi amigo Alfonso sorpresivamente nos propuso ir tras un tapeo veraniego. Y cuando Alfonso propone ir a un sitio, no se te ocurra contradecirlo, pues puedes arrepentirte el resto de tu vida. En lo relativo al paladar, el sabe de lo que habla.
El interior es tan kistch que echa para atrás, parece que lo hubiera decorado el mismo del desaparecido Chispitas, unos años mas tarde, con dinero y tras acabar su tormentosa relación con Sara Montiel. El que en las mesitas exteriores te ahumen los vehículos que pasan por la calle tampoco ayuda.
Eso si, los zumos naturales que ponen son para quitarse el sombrero. La fruta bien fresca y la diligencia de la camarera hacen que te tele-​transportes automaticamente a una playa caribeña, y eso en el verano sevillano, es casi milagroso. Los mas osados pueden aderezarlos con una pequeña dosis de alcohol, con lo que la sensación es aún mas placentera