La cigala es de esos típicos bares de barrio, sí, aun quedan bares en el que tomar tapas de toda la vida. El local tiene mesas dentro pero sobre todo destaca la grandísima terraza que tiene en la plaza donde se ubica. La ensaladilla, el solomillo al whisky, o el chipirón plancha son una muestra del tapeo local, del de siempre. Si algo destacaría de aquí es el trato con el cliente, los camareros son bastante simpáticos, claro que también cuenta que cuando vas con gente que pasa más tiempo allí que los propios camareros te traten de otra manera. La última vez que fui no me gustó nada el solomillo a la carbonara, la salsa estaba hecha un pegote frío así que es un plato que descarto que vuelva a pedir. Pero lo demás que he probado no está mal, tampoco es un lugar al que se vaya para degustar su cocina. En definitiva un bar de barrio en el que poder tomar algo si andas por la zona y tapear a buen precio.
José Miguel B.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Se resume en cerveza fresquita y variedad de tapas a buen precio. Un muy buen servicio y un buen precio. Local muy bien acondicionado, aunque personalmente me gusta más la parte de terraza, y sobre todo en verano, que casi se llena la plazoleta que está en la parte trasera del bas con mesas y sillas. Una anécdota es, que aún siendo un buen sitio para tomar tapas tradicionales, el dueño es de procediencia china, por ello algunas tapas«chirrían» como el rollito de primavera o rollito cantonés(que también están muy buienos). Lo mejor: empanadillas al curry, unas lagrimitas de pollo, y el solomillo al roque.
Alejandro S.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
El mejor bar de la zona. Tapas ricas y baratas. Los mejores camareros de la zona. En verano los clientes se dan de guantazos para pillar mesa libre en los veladores.
Iram Amor M.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Cuando abrieron la cervecería, mi novia de ese entonces vivía justo enfrente, por la novedad íbamos a menudo a tomarnos una fanta de naranja y una cerveza. De vez en cuando nos pedíamos unas gambas o unas puntillitas. El punto fuerte vino cuando la temporada de caracoles. A mi siempre me habían dado mucho asco, pero ella me insistió tanto que yo al final los probé. No me hicieron mucha gracia al principio, peor una vez que les pillas el rollo ya no dan tanto asco.(Piensa que es una gominola salada y p’alante). En realidad les quedaban muy ricos aunque no eran la especialidad de la casa. Aún siguen abiertos y eso que en aquellos años parecía que no durarían ni dos telediarios.