Las Cestas

Yo antaño iba al mercado de la calle Feria, pero al final, por comodidad he terminado haciéndome asiduo a esta frutería. Y es que me pilla a la vuelta de la esquina y claro, con las prisas de la vida moderna…
El negocio lo regentan con mucho tino dos hermanos: ella salerosa y parlanchina y él tímido y silencioso; ella encargada de la venta al público y él del reparto a domicilio. Son el yin y el yan de la fruta.
En lo que se refiere a precio no sabría decir si son caros o baratos porque no soy tan mari, pero me da la sensación de que ni una cosa ni la otra. Lo que sí es irrebatible es que cuentan con género de primera. Al menos a mí siempre me tratan bien. Por otro lado, aparte de los productos habituales que podemos encontrar en cualquier frutería, cuentan con otros un poco más especiales que van desde las frutas tropicales a las magníficas setas en temporada.
En fin, que empecé yendo por comodidad y me he enganchado: ¡ahora hasta el repartidor silencioso me saluda por la calle!

Me gusta mucho ver como la gente prospera, y no creo eso que dicen de que la envidia es el deporte nacional.
Hace unos años este frutería estaba en el local de enfrente y era mucho más pequeña. Después se quedó libre el local y se cambiaron. Y ahora es más grande lo que equivale a que hay más género.
Suele estar tranquilo por norma general. Yo las veces que he ido no he tenido casi ni que esperar.
Además de todas las cosas que suelen tener las fruterías, ellos siempre tienen alguna cosa más o algo de temporada. Por ejemplo ayer estuve allí y me sorprendió ver un cartel que ponía que tenían setas de campo. Entré a preguntar que era eso y me comentaron que las setas que suele haber son las cultivadas, pero que además tienen de las que crecen salvajes en el campo y la gente las recolecta. Mas sano que eso imposible. Lo malo su precio: el cuarto está a 5 euros, pero también comprendo que la gente que se dedica a recogerlas también tiene que ver remunerado su trabajo.

Esta frutería es una de mis favoritas en el barrio, además de por su antigüedad (otras de la misma época han cerrado), por la variedad y buena calidad de su verdura, aunque no sea la más económica.
Me han indicado esos horarios, pero yo he ido muchas veces a última hora de la tarde, cuando otros lugares habían cerrado, y seguía abierta. A lo mejor ahora chapan más temprano, pero si te quedas sin sitio a donde ir puedes probar porque seguro que muchos días se alargan con la clientela tardona.
Además de variedad de fruta y verdura, tienen hierbas frescas de todos los tipos. Y conservas de verdura, aceite de buena calidad, polen, salsas y especias y aceitunas, así que pueden sacarte de un apuro de paso por allí.

En la variedad está el gusto.
Esta frase era el estandarte de mi madre cada vez que quería que probáramos algún alimento nuevo.
Cuando eres chico, la fruta por lo general no te atrae lo más mínimo.
En mi casa, mi padre era de los que si no nos habíamos tomado una pieza de fruta mínimo al día, no nos íbamos a la cama (la última oportunidad por lo tanto era después de cenar). Yo de lo único que me quejaba es que estaba harta de lo mismo, manzana, plátano, pera y naranja. En ocasiones especiales mandarinas, fresas y kiwis, y en verano el combo de melón-​sandía. A las ciudades de interior antes no llegaban las frutas exóticas (ahora si que hay donde encontrarlas), y sinceramente las «normales» me parecían un rollo.
Pero esta frutería va mucho más allá, con una variedad que ni por asomo era la que manejaban mis padres. ¿Qué mundo el de las frutas tropicales eh?
Aquí podemos encontrar caquis, mangos, aguacates, chirimoyas, papaya, granadas.
La variedad de esta frutería es increíble, muy buena calidad, y precios aceptables.
La verdura es también muy buena.
Como novedad hacen zumo de granada, que por cierto están espectaculares.
Yo soy de las que va un día al super y otro a la frutería. Cuando entro aquí me vuelvo loca. Ojo con comprar más de lo que eres capaz de comer (todo tiene demasiada buen pinta). Tirar la fruta no es de recibo (ni la fruta ni nada).