Lidl

Aunque ya había comprado alguna vez en este establecimiento, solo habían sido chuminadas varias tipo chocolate, galletas y cosas del estilo.
El Lidl ubicado en Eduardo Dato es amplio, y dispone de Pescadería y carnicería sin necesidad de pasar por caja al encontrarse justo antes de la entrada al local.
Allí encontraras además del género habitual en un supermercado, diversos productos que van rotando según la oferta vigente en ese momento. Actualmente puedes encontrar sabanas, forros polares, ropa interior e incluso botas de agua para mujer por 9,95 €.
La panadería ofrece panes variados la mar de ricos, entre ellos, de queso, cereales, etc. También bollería del día y pizzetas y empanadas de diversos sabores, las cuales no las he catado aunque puedo afirmar que tenían una pinta estupenda.
Existe una gran oferta de comida italiana, pastas de distintos tipos y salsas y quesos.
Para los amantes de la comida japonesa, había una oferta a muy buen precio de diferentes tipo de sushi.
A destacar los productos corporales y faciales de la marca Cien, los cuales según la OCU tienen bastante efectividad.
A la hora de pasar por caja la cosa flojea bastante, ya que está muy mal organizado, la gente se agolpa y no dejan pasar al resto de clientes que realizan la compra diaria. Yo lo he sufrido en mis carnes y ha sido bastante incomodo. A lo que hay que añadir que no todas las cajas estaban operativas.
Por lo demás me parece un hipermercado a tener en cuenta para la cesta de la compra.

Es impresionante ver como un supermercado puede cambiar tanto en el sector, con el paso del tiempo. Yo desde hace poco tiempo vengo a este, porque ahora me queda más cómodo, pero en realidad, la marca no es lo que era antes.
Es un recinto amplio, pero si tengo que decir que según el día y la hora, te lo puedes encontrar extremadamente desordenado, para que digas: ¡aquí no vengo más! Pero después, ofrecen productos de buena calidad, y en el último tiempo, hacen semanas temáticas, con ofertas en productos concretos, y eso hace que acabes volviendo.
También los sábados ahora hacen ofertas exclusivas, y normalmente con pocas unidades, por lo que se suelen acabar en el día, y con descuentos muy interesantes, así que muy recomendable que estés atento a sus publicaciones en la web.
La atención es viables, a veces te tratan bien y otras no, según como tengan el día. Eso sí, en la caja siempre están las dos mismas, y no son simpáticas y tal vez un poco lentas, así que tienes asegurado que para pagar tendrás que esperar cola.
Venden de todo tipo de productos, algunos muy concretos y especializados. También productos frescos como verduras, pescado y carne. Además pan y hojaldres calientes y hechos durante el día para llevar. Es recomendable que al menos vengas una vez, después decidirás si repites o no.

Lidl funciona y bien. A pesar de que lleva varios años abierto en esta ubicación, hasta hace uno o dos no empecé a frecuentarlo con intención de comprar de verdad y no por un desavío.
La marca blanca que utilizan para cada una de sus gamas de productos (higiene, dulces, snacks, etc) suele ser un acierto.
Yo solía venir principalmente a por toppings para tartas y por temas de repostería, porque fue de los primeros supermercados de la zona en introducir fondant y preparados para tartas, que me encantan. Ahora me tiran mucho las semanas temáticas, especialmente las asiáticas (tienen de manera permanente bandejas de sushi que dan para salir del paso por 5,99 €) los productos de panadería frescos (deliciosas empanadillas y pan de queso) y las bases para pizzas, hojaldres y empanadas caseras. Se ha vuelto más famoso además recientemente por la crema hidratante de marca propia, baratísima y que no está mal.
Es un supermercado cuanto menos curioso, porque tienes prácticamente un poco de todo: productos de limpieza, charcutería, bebidas y refrescos, panadería, conservas… y también mantas para el frío, libros de recetas, linternas para ir de acampada o decoración. Yo recomiendo venir con mente abierta y no con una lista fija de cosas por comprar. Seguro que encuentras lo que necesitas y repites.

Me sorprendo a mí mismo poniéndole cuatro estrellas a un supermercado que, de primeras, en nuestra cabeza puede ser sinónimo de cutre y marcas raras pero que, con el tiempo, han sabido cambiar ese concepto y ser sinónimo de ser el súper al que más veces he ido mientras he vivido en la Gran Plaza, teniendo muchas alternativas por la zona.
Es cierto que no es el más bonito, ni el que tiene más marcas conocidas por el consumidor español, pero Lidl ofrece ese batiburrillo de cosas que hacen que visitarlo casi a diario sea norma y no excepción. Si, además, le sumamos que de vez en cuando tienen como semanas temáticas y ofrecen un surtido de productos especializados a buen precio, pues mejor que mejor.
El único problema es el de las cajas. Tiene muchas pero normalmente sólo funcionan dos y lo habitual, vayas cuando vayas, es encontrarte largas colas que aburren hasta a las moscas. A lo mejor un par de personas más contratadas no vendrían mal, que las que hay también tienen cara de agotadas y necesitarán descansar.

En el pasado, los supermercados Lidl eran sinónimo de baratuno, de ahorrar a costa de la calidad. ¿Os acordáis del pegadizo eslogan del anuncio «Lidl: mejor precio y calidad»? Quizás entonces no fuera verdad, pero en los último años los estudios de la OCU han posicionado cada vez más artículos de los Lidl como los mejores productos en relación calidad-​precio.
Este Lidl de Eduardo Dato es un establecimiento muy amplio. Podemos encontrar tanto las marcas normales de los productos y, por supuesto, las recurridas marcas blancas, como la marca Milbona. La parte de la panadería es muy buena, pues, aparte de pan, también vende empanadas y dulces que, si tienes suerte, pillas recién hechos.
Como casi todos los supermercados de hoy en día, la mitad de las cajas está desatendida, por lo que las colas que se pueden formar, sobre todo los días de diario por la mañana, pueden llegar a ser importantes. Como curiosidad, dispone de un aseo para clientes, cosa que no he visto en otros supermercados, pero la última vez que fui, una señora le preguntó a la cajera y respondió que estaba fuera de servicio.

Casi no llego al #lunesdereseña, pero quería dejar mi aportación sobre este supermercado en Gran Plaza.
Es cierto que se trata de una franquicia conocida a nivel nacional, sin embargo, creo que viene a suplir muchas carencias en la zona, donde resulta difícil encontrar de primeras comercio local, como panaderías, droguerías, carnicerías… Y a este reto tuve que enfrentarme el otro día en el barrio. Tras recorrer varias calles no pude encontrar más que una frutería, por lo que decidí entrar en el Lidl.
Es un sitio bastante concurrido a cualquier hora con gente de la zona. Jóvenes, mayores, todos se dan cita aquí para sus compras. Tiene variedad de productos, pero me llamó especialmente la atención la parte de panadería, con sistemas bastante sotisficados para garantizar la higiene y el autoservicio eficaz. No sé cómo de eficaz será, ya que cuesta descubrir el funcionamiento, pero una vez hecho… Son todo ventajas. Tienes hasta para cortar el pan y envasarlo tú solito.
Otra de las cosas que también me llaman la atención de esta marca es que tienen una zona de todo un poco con productos poco habituales de un supermercado. Sin embargo, no encontrarás por ejemplo palos para la fregona.
Como curiosidad, tras pagar en caja podrás comprar en la carnicería o en la pescadería que encuentras a la entrada.
Además, está muy buen situado junto al metro.